Un recuento histórico: La iglesia “Tintiri” de Azángaro


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Escribe: Hernán A. Jove Quimper | Cultural - 24 Jan 2016


La iglesia “Tintiri” duró más de siglo y medio, 156 años (1860-2016), quedó derruida por las fuerzas de la naturaleza, estuvo a punto de desaparecer como vestigio histórico; símbolo de la tiranía feudal. La iglesia “Tintiri” se encuentra a 12 kilómetros, al Noreste de la ciudad de Azángaro, a una altitud de 3,870 m.s.n.m., a 14º 54” 33” de latitud sur y a 70º 11” 42” de longitud Oeste del Meridiano de Greenwich, en el ex fundo de la Sociedad Agraria de Interés Social “Macaya” (1968-1990) y adjudicada a la comunidad campesina 2do Choquechambi.

En el 2010 se formó el centro poblado “Tintiri” con 50 familias, estimulado por el pavimentado de la carretera Azángaro-Muñani-Sandia. La iglesia “Tintiri” emergió en la feudalidad de la república oligárquica (1860) y el conflicto de la guerra con España (1866), cuando el hacendado gamonal José María Lizares Quiñonez (1826-1904), reclutó campesinos indígenas de “Añaypampa”, “Cayacayani” y “Jilahata-Choquechambi”. Formó un batallón militar de 600 hombres, lo llevó a Lima-Callao, apoyando al presidente Mariano Ignacio Prado (1865-1868) y se hizo Comandante del ejército “Batallón Azángaro”. Concluida la guerra, fue ascendido a Coronel.

La hacienda “Dos de mayo” fue codificada con el significante de “Tintiri”, por repudio campesino, pues significa “sangre”, “tinta”, “tiranía” y “tintirillo”. Era la significación al origen ilícito de la hacienda “Dos de mayo” (200.46 Ha) y “Cayacayani” (1,744.25 Ha). El infame gamonal, Coronel José María Lizares Quiñonez, “alma mía” o “el chacal”, era “tirano”, “déspota”, “tinterillo”, “leguleyo”, “tramposo”, “estafador” y “pleitómano”. De conducta coercitiva y violenta, sediento de un botín: extorsionaba, arrebataba y se apropiaba a fuerza de crímenes, látigo y pleitos, de las tierras de los campesinos indígenas al desamparo del Estado oligárquico republicano. Luna, L. (1961 y 1998) y Salas G. (1967), narraron hechos de sangre, la injusticia y el absurdo del papeleo judicial en “Kapakmarca” (pueblo de ricachos).

La Iglesia “Tintire” o “Romería del señor de Tintire”, fue edificada sobre una huaca pre-inca “Añaypampa”, con una planta basilical cuadrada (45 m x 50 m) sobre una superficie de 2,250 m2. En forma de cruz latina de Este a Oeste, con cimientos de piedra y barro, paredes de adobe con mezcla de lana y paja, con dos puertas de entrada. La puerta superior está construida de ladrillo y la inferior, de piedra y barro. La mesa ritual de sacrificios con argamasa de sustancias de cuero hervido y sangre. El cuerpo del templo tenía tres naves, la nave central era la más alta (8 m), con dos laterales de 6 m de altura y ventanas para la iluminación. El techo y paredes interiores estucados con barro fino. Tenía dos torres campanarios de 17 m de altura, que marcaron los tiempos de misa. Para Pisagua (1903), terminado el templo iglesia “Tintiri” (1863), más parecía cueva de ladrones. Originalmente, fue techada con tejas, luego, en 1905, fue refaccionada con calamina inglesa, adquirida de la ciudad de Arequipa.

La iglesia “Tintiri” fue un medio coercitivo de la libertad espiritual y corporal de los campesinos indígenas, al rigor personal de la autoridad patriarcal déspota, avara y utilitarista. Pisagua (1903), comentó que José María Lizares Quiñonez, tuvo el cinismo de obligar al pueblo de Azángaro a sepultar a sus muertos en “Tintire”. La iglesia “Tintire”, convertida en panteón humano y de salvación espiritual monetaria, obtenía rentas con sepelios estamentales. La salvación individual de almas afligidas insertada a la iglesia “Tintiri”, era de completa irracionalidad ética religiosa, irónicamente solo accesible a los pudientes, no importaban los pecados ni crímenes. Las almas que irían al cielo se inhumaban en los subterráneos cercanos al altar; las que debían ir al purgatorio, en los subterráneos laterales; y las almas condenadas al infierno, fuera de la iglesia. Con el paso del tiempo, los túneles fueron conectados a la casona “Camal humano” de Azángaro y la casa hacienda “Bóveda de tortura” de Muñani Chico. El “Camal humano” o “Matadero humano” fue vendido al Municipio de Azángaro (1992), allí se construyó el edificio edil y el teatro Municipal.

La iglesia “Tintiri” fue el panóptico rural de difuntos y la jaula terrenal de afligidas almas campesinas, por la malignidad y la ferocidad irracional del gamonal Coronel J.M. Lizares Quiñonez. Tamayo, J. (1982), refiere que la iglesia “Tintiri” fomentó el dominio y la tiranía opresiva del gamonal déspota en la sociedad patriarcal feudal. Para Pisagua (1903), significó: luto, sangre, muerte, horrores y lágrimas; el pan arrancado a los huérfanos, viudas y víctimas indefensas. El gamonal Coronel José María Lizares Quiñonez, con sotana, convertido en cura déspota, junto a su ayudante el párroco Aquino, usurpó las funciones sacerdotales con sermones y embustes, dizque por méritos concedidos por el Papa Pío IX del Vaticano.

La iglesia “Tintire” era una ermita para la “Romería del señor de Tintiri” y la festividad del “Señor de la exaltación”, celebrada el 14 de setiembre de todos los años en honor a los niños pastores de ganado de sus fincas, hasta los años 60s, siglo XX. Mercado Gonzáles, J. (1982), narró que durante su apogeo, convertida en fortaleza, los colonizados y gente extraña no podían transitar libremente por las noches; los sicarios liderados por los Miranda y Béjar, secuestraban a las jóvenes llevándoselas a caballo. Hacían todo tipo de abusos, entre ellos mayordomos y quipus de hacienda. La iglesia “Tintire”, años más tarde a la muerte de José María Lizares Quiñonez (1904), fue heredada por adscripción a su hijo José Angelino Lizares Alarcón (1866-1930). Según Gallegos, Luis. (2006), el “Coronel de la espada virgen”, “Fray Angelino” o “Artega Alarcón”; cruel, violento y sanguinario como su progenitor. Caudillos militares de la guerra con España y Chile mantuvieron “cuerpos armados de sicarios”, con fusiles Charleville y carabinas Winchester. Con embustes impusieron violencia física y legal, requisando títulos de propiedad de tierras, quemando y victimando con sicarios a los opositores campesinos y hacendados.

La iglesia “Tintiri” del Coronel José María Lizares Quiñones, según la teoría religiosa de Weber (1944, 2012), Comte (2012), Cohen (1986), Marx (2012), Durkheim (1982) y Parsons (1976), fue atípico, era un instrumento de dominación y control social campesino, símbolo de opresión espiritual, legitimó la subordinación campesina y no fue gratificante de valores cristianos. De acuerdo a Foucault (2012), el poder del gamonal Coronel J. M. Lizares Quiñonez se sustentaba en el disfrute y ejercicio de la vasta propiedad territorial feudal de la iglesia “Tintiri”. Como expresión religiosa de dominio espiritual campesina, duró más de un siglo (1860-1968). Instrumentalizada por el poder de la religiosidad católica, orientada por fines y acciones tradicionales desde la represión violenta sanguinaria a la dominación ideológica espiritual como “wirakhocha” o “tatituy”.

En 1956, Talavera (1983), refiere en su visita a la iglesia “Tintiri”, la existencia de estatuillas de santos y en los subterráneos, más de diez ataúdes de madera sin identificación. En 1968 con la Reforma Agraria, llegó la emancipación campesina y la muerte de la dominación simbólica de la iglesia “Tintiri”, ésta fue abandonada y las estatuillas las destruyeron los hijos de ex colonos siervos de hacienda. En 1982, post-reforma agraria, hubo ataúdes blancos de niños y adultos empotrados en los nichos de los túneles, antes de su profanación. En la tarde del mes de febrero 1991, cayó un rayo cósmico fulminante sobre la torre izquierda de la iglesia “Tintiri”, derribándolo estruendosamente en escombros; seguida de tormenta de granizo, relámpagos y truenos. Así se inició el derrumbe material y simbólico del templo de barro de los Lizares, llena de misterios, magia e historia teocrática. El dominio religioso impuesta por la iglesia “Tintiri”, a través del ritual, sentimiento y creencia para los campesinos, había fenecido.

El histórico templo iglesia “Tintiri”, en la madrugada del día viernes 15 de enero a horas 2 am. 2016, se desplomó la torre derecha con estruendoso ruido en escombros; aplastando a uno de los tres añosos árboles “queñuales”, cercana a los portones de la iglesia. La iglesia “Tintiri” (1968-2016), quedó convertida y codificada como símbolo: “Panteón del tirano”, “Tumba del oligarca” y “Casa del diablo”.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
COHEN, G.A. (1986). La teoría de la historia de Karl Marx. España, siglo XXI.
COMTE, Auguste. (2012). Física social. España, AKAL.
DURKHEIM, Emilio. (1982). Las formas elementales de vida religiosa. España, Akal.
FOUCAULT, Michel. (2012). El poder. España, Alianza editorial.
GALLEGOS, Arriola Luis. (2006). Coronel de la espada virgen. Perú, Puno.
LUNA, Lizandro. (1961). Morgue. Perú, Miranda.
LUNA, Lizandro. (1961). Tierra Prócer. Perú, Gráfica.
LUNA, Lizandro. (1998). Aya-Ruphay. Perú, UNAP.
MARX, Carl. (2012). Escritos sobre materialismo histórico. España. Alianza.
MERCADO Gonzáles, Jorge. (1982). Comunicación directa. Arequipa, electrónico.
PARSONS, Talcott. (1976). El sistema social. España, Revista de Occidente.
PISAGUA. (1903). Biografía criminal de don José María Lizares y su hijo Angelino Lizares Quiñones. Chile, imprenta el pueblo.
SALAS P. Gilberto. (1967). Monografía sintética de Azángaro. Perú, Los Andes-Puno.
TALAVERA, Cervantes, Juan, M. (1983). Monografía de Azángaro. Puno, Azángaro.
TAMAYO H. José. (1982). Historia social e indigenismo en el altiplano. Perú, treintaitrés.
WEBER, Max (1944). Economía y sociedad. México, FCE.
WEBER, Max. (2012). Sociología de la religión. España, Akal.


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