El Inca Garcilaso y la rebelión que hizo temblar un imperio. Entrevista a María del Carmen Martin Rubio


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Escribe: Juan Manuel Castañeda Chávez | Cultural - 13 Nov 2016


En el año de 1782, solo unos meses después de haber sido sofocada la Rebelión de Túpac Amaru II, se prohibió a la población local llevar el título de Inca; y a la vez que se le incluía en el Índice Expurgatorio, en una Real Cédula de Carlos III, se dispuso que los Virreyes del Perú y de Buenos Aires recogieran todos los ejemplares del libro del Inca Garcilaso de la Vega: “Comentarios Reales de los Incas” (1609), sellando tal ordenanza con una frase que siendo pequeña reviste gran significación e importancia. Según rezaba el texto, porque ”…aprendían en ellos los naturales muchas cosas inconvenientes”.

¿Por qué el libro inspiraba tal temor por parte de la todopoderosa Corona Española? ¿Podría ser tan peligroso para la estabilidad de la región un libro que en su prólogo recoge estas palabras?: “A los indios, mestizos y criollos de los reinos y provincias del grande y riquísimo Imperio del Perú, el Inca Garcilaso de la Vega, su hermano, compatriota y paisano, salud y felicidad”. Acaso ya desde aquellos tiempos las ideas podían ser tanto o más peligrosas que las propias armas.

En el 2016 comparten efemérides, a los 400 años de su desaparición, figuras relevantes del panorama literario universal: Miguel de Cervantes Saavedra, creador de la novela moderna con el Hidalgo Don Quijote de la Mancha; William Shakespeare, dramaturgo intemporal llamado el padre del teatro; y con ellos la figura del Inca Garcilaso de la Vega, prosista exquisito, con una obra de trascendencia literaria e histórica de múltiples lecturas, considerado simbólicamente el primer mestizo.

El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) tenía en su sangre convergidas dos fuentes culturales­: de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, heredó la influencia occidental de la que se empapó más desde los veinte años, residiendo en España, donde fue militar, tradujo obras del latín e italiano, escribió los Comentarios Reales y de donde nunca regresaría, mientras que por el lado materno fue vástago de la Ñusta Isabel Chimpu Ocllo, una princesa Inca. En Cuzco, donde nació (su casa es hoy un museo), creció arropado por los nobles incas que le trasmitieron en quechua el esplendor del Tahuantinsuyo, un mundo que retuvo vivamente en sus recuerdos, ya que irremediablemente se perdía frente a sus ojos.

En sus libros (escritos en Montilla, Córdoba) y especialmente en los Comentarios Reales, Garcilaso exhibió un dominio narrativo del castellano dotándolo de unas texturas y matices propios, con naturalidad expropió a la metrópoli su titularidad y se adueñó del lenguaje, cimentando esa mixtura cultural americana y europea, y entonces se hizo universal. Un camino que desde entonces toda América ha seguido, enriqueciendo el lenguaje que nos une y fortaleciéndolo en su inmensa proyección.

La singular obra del Inca Garcilaso de la Vega ha tenido enorme trascendencia histórica, la cual es posible rastrear en muchos procesos importantes, siglos después de haber sido escrita. El filósofo Edgar Montiel menciona la influencia de los Comentarios Reales en la literatura de la Ilustración: Voltaire, Diderot, D´Alembert, entre otros, fueron ávidos lectores. También hallaron inspiración Francis Bacon o Locke, en la construcción de concepto de “derecho natural”. La obra, igualmente, fue referente de los independentistas americanos: pertenecientes a Thomas Jefferson aún se conservan dos ejemplares en el Congreso norteamericano; Bolívar la menciona continuamente en sus cartas y San Martín quiso publicarla en Córdoba en 1816.

Por su parte, José Gabriel Condorcanqui (1738-1781) fue un cacique mestizo con sangre inca educado en un colegio de la Compañía de Jesús para nobles indios del Cuzco. Era una persona instruida (dominaba español, quechua y latín) y de posición acomodada que solía constantemente viajar y frecuentar los ámbitos ilustrados de Lima y Cuzco. En su declaración aduanal de una de estas travesías, durante 1770, consta que poseía un ejemplar de los Comentarios Reales de la edición de Andrés González de Barcia (Madrid, 1723) que había sido llevada desde Cádiz a Perú por Miguel Montiel ese mismo año. ¿Fue determinante el libro para que José Gabriel Condorcanqui deviniera en Túpac Amaru II?

La Rebelión de Túpac Amaru II apareció fulgurante en el firmamento americano: en la primavera de 1780, el Cacique José Gabriel Condorcanqui se levantó contra los abusos de las autoridades virreinales, emulando a sus antepasados tomó el nombre de Túpac Amaru II y les mantuvo en vilo en un conflicto que se saldó con cien mil bajas. A las conocidas repercusiones locales y regionales, el historiador Charles Walker, en su libro The Tupac Amaru Rebellion (Harvard College-2014), considerado ese año por The Financial Times y gran parte de la crítica entre los mejores títulos, señala con claridad nuevas dimensiones: “The Tupac Amaru rebellion changed Peru indelibly and had important repercussions in South America and acroos the Atlantic” (La Rebelión de Túpac Amaru cambió el Perú de forma imborrable y tuvo repercusiones importantes en América del Sur y en el Atlántico). El remecido territorio que el autor alude constituía gran parte del imperio español de aquel entonces y acaso la rebelión fue la simiente de posteriores acontecimientos que lo fraccionaron definitivamente, reconfigurando de esta manera el mapa mundial.

La Rebelión de Túpac Amaru II, además, añade Walker, forzó un recambio en la administración virreinal que, sintiéndose muy afortunada de haber sido capaz de aplacar el levantamiento, intentó silenciar su recuerdo y prohibiendo el quechua procuró también borrar de la memoria colectiva a los Incas.

Contamos, a través de la siguiente entrevista desde Madrid, con la invalorable colaboración de la renombrada historiadora Dra. María del Carmen Martín Rubio, estudiosa del mundo andino, quien nos ayudará a desentrañar la influencia de los “Comentarios Reales de los Incas” de Garcilaso de la Vega, publicada en Lisboa en 1609, en la Rebelión de Túpac Amaru II acaecida casi dos siglos después, en 1780.

1. Dra. María del Carmen, ¿Qué inspiró a Garcilaso a escribir los Comentarios Reales de los Incas? ¿Cuándo fue escrita? ¿De qué se trata la obra?
La nostalgia que Garcilaso sentía en España por su tierra, pasados ya los cincuenta años, le llevaría a escribir y a plasmar todos los recuerdos de la niñez y las historias que le habían transmitido sus parientes maternos en su obra cumbre: Comentarios Reales de los Incas, de la cual publicó la primera parte en 1609 y la segunda, que seguramente escribiría hacia 1612, salió a la luz en 1617, un año después de que hubiera muerto, con el título de Historia General del Perú.

En el prólogo, Garcilaso dice que escribe los Comentarios Reales por amor a su patria y con el propósito de salvaguardar las pocas antiguallas incas que aún quedaban en ella, propósito que consigue plenamente al narrar con todo lujo de detalles la formación del imperio del Tahuantinsuyo y sus peculiares formas de vida.

2. Gómez Suárez de Figueroa adoptó el nombre de Inca Garcilaso de la Vega y se llamó a sí mismo mestizo ¿Cómo se expresa la condición del mestizaje en su obra?
Gómez Suarez de Figueroa nació en Cusco el 12 de abril de 1539, cinco años después de que se hubiera hecho la refundación española sobre la capital del Tahuantinsuyo; por lo tanto, en aquella época todavía se estaba imponiendo la arquitectura hispana sobre el trazado aborigen y la centenaria Q´osqo iba adquiriendo el sello mestizo que hasta ahora conserva. Garcilaso también vino al mundo con ese sello mestizo, dado que era hijo del capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, sobrino nieto del poeta renacentista castellano Garcilaso de la Vega, y de la princesa Isabel Chimpo Ocllo, nieta del cuarto hijo de Tupac Inca Yupanqui y sobrina de Guayna Capac. Consecuentemente, el niño, producto de las dos razas, fue educado en la cultura española y creció bajo el ambiente indígena de los altos personajes parientes de su madre, por lo que asimiló ambas culturas.

Garcilaso se proclama mestizo; sin embargo, en el fondo de su obra subyace un profundo nacionalismo, derivado de su incanismo natal, el cual se pone de manifiesto cuando destaca la importancia de su estirpe materna, la gran civilización creada por el Imperio inca, el bienestar que proporcionó a los habitantes andinos y su nostalgia ante el desmoronamiento del gran Imperio. En tal sentido, escribió que antes del dominio de los Incas todo era barbarie; por ello el padre Sol, además de mandar a Manco Capac, el fundador del reino, que hiciese el bien en los territorios donde se asentase, construyese casas y acequias e implantase formas de vida con urbanidad y hermandad.

3. Para entender el posterior actuar de José Gabriel Condorcanqui tenemos que analizar un capítulo clave en los Comentarios Reales ¿Quiénes son los Incas de Vilcabamba?
La sorpresa sufrida por los habitantes andinos ante la llegada de hombres y animales europeos desconocidos, precipitaron el derrumbe del Imperio inca, aparentemente, sin apenas resistencia. Pero, una vez pasada la conmoción surgida por su presencia, reaccionaron poniendo cerco al Cusco con el propósito de expulsar de sus territorios a los extranjeros y, tras no poderlo tomar, se refugiaron en las montañas de Vilcabamba desde donde iniciaron una guerra de guerrillas, que duró casi cuarenta años, al frente de la cual estuvieron cuatro príncipes cusqueños descendientes del poderoso Huayna Capac: Manco Inca, Sayri Tupac, Tito Cusi Yupanqui y Topa Amaro, o Tupac Amaro y Túpac Amaru, según se fue transformando el nombre con el paso del tiempo.

4. ¿Por qué José Gabriel Condorcanqui adoptó el nombre de Túpac Amaru II?
José Gabriel conocería la historia de su antepasado, Topa Amaro, a través de las narraciones de sus mayores y desde la infancia le admiraría. Después Garcilaso le aportaría los máximos detalles sobre su captura e injusta muerte, ya que en los Comentarios Reales la evoca con dolor, y asimismo denuncia la injusticia que cometió el virrey Toledo desterrando a la Ciudad de Los Reyes a muchos indios de sangre real. Sin duda, el triste final de los nobles incas expuesto por Garcilaso, aportaría a José Gabriel nuevos argumentos sobre la opresión que sufría su pueblo desde la llegada de los españoles y también fuertes bases históricas para combatir al gobierno virreinal, siempre hostil con los indígenas. Convencido de su destino, hizo de Topa Amaro el máximo símbolo de la rebelión que fraguaba; de ahí que anteponiendo el nombre del Inca a sus apellidos, firmase todos los documentos que se generaron durante el levantamiento que acaudilló como José Gabriel Thupa Amaro o Jose Gabriel Thupa Amaro Inga

5. ¿Tupac Amaru II halló legitimidad moral tanto en el Incanismo de los Comentarios Reales como en su ascendencia Inca?
Efectivamente. En los Comentarios Reales, Tupac Amaru encontró el gran incanismo que Garcilaso seguía manteniendo a sus sesenta años y ese incanismo, junto con la ascendencia incaica de su familia, le dio la legitimidad que necesitaba para acaudillar el levantamiento con el que se proponía que la vida de sus paisanos aborígenes volviera a ser semejante a la descrita por el cronista

La rebelión de los Incas de Vilcabamba debió de dar a José Gabriel la fuerza moral necesaria para preparar el alzamiento. Aunque su padre ya figuraba en documentos personales como Miguel Thupa Amaro, necesitaba el reconocimiento oficial del cacicazgo de Surimaná, el cual solicitó en 1766, en el que se demostraba que los Condorcanqui descendían del Inca vilcabambino. Para conseguirlo se apoyó en la concesión real hecha a su tatarabuela Juana Pilco Huaco, cuyos documentos guardaba la familia. El título le daría la ascendencia que necesitaba sobre la población indígena que había de seguirle. Como se ha dicho, nunca llegó a lograrlo, mas el solo hecho de que la documentación aportada hubiera sido admitida en la Audiencia de Lima, hizo suponer que lo era; de ahí que sus órdenes fueron acatadas incondicionalmente por muchos indios y curacas

6. ¿Por qué el Rey Carlos III mandó prohibir el libro en América? ¿Cuál era el temor que tenía la Corona Española al prohibir los Comentarios Reales?
Convencido de su destino, Tupac Amaru se alzó en armas el 4 de noviembre de 1780 contra el corregidor Antonio de Arriaga, y tras muy duros enfrentamientos entre los rebeldes y las tropas virreinales, fue hecho prisionero y ajusticiado públicamente el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de Armas del Cusco; en la misma que había sido ejecutado su gran héroe Topa Amaro. A partir de entonces se prohibió a los indios llevar el título de Inca y en 1782, una Real Cédula de Carlos III ordenó a los virreyes de Lima y Buenos Aires recoger todos los ejemplares que se pudieran hallar de los Comentarios Reales porque “... aprendían en ellos los naturales muchas cosas inconvenientes”. Desde esa fecha, la obra de Garcilaso quedó vetada en América y registrada en el Índice Expurgatorio; sin embargo, al no ser prohibida en España, donde incluso se publicó una nueva edición en 1801, secretamente llegaron muchos ejemplares a manos de nuevos líderes que para entonces preparaban la independencia. De esta forma, los Comentarios Reales continuaron siendo un fuerte acicate nacionalista para los que retomaron la antorcha de libertad, que había dejado encendida José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru.

7. La obra de Garcilaso de la Vega es multidimensional ¿Cuál es el punto que usted resaltaría como más relevante?
En efecto, los Comentarios Reales son multidimensionales porque narran minuciosamente las genuinas formas de vida que existieron en una desconocida parte del mundo y al mismo tiempo la formación de un importante país, como es el moderno Perú. Por su carácter etnohistórico literario, han sido siempre muy valorados y además constituyen la primera gran obra escrita sobre el continente americano.


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