Los Andes

Se ha dado a conocer un estudio longitudinal de seguimiento a niños que, en opinión de padres y maestros, estaban en riesgo por conductas agresivas, que fueron objeto de una intervención terapéutica de “Fast Track� en los años 90s para enseñarles habilidades blandas como el autocontrol, comprensión social y resolución de problemas, que previnieron problemas de delincuencia y criminalidad en años posteriores. Se trata de rasgos de personalidad, actitudes y motivaciones que no se incluyen en las medidas tradicionales de inteligencia (Kenneth Dodge, Duke University, Journal of Child Development).

Los investigadores monitorearon a 9 495 niños reportados de conducta problemática. De ellos, al azar, 445 se asignaron a la intervención y 446 al grupo de control. La mitad eran afroamericanos y 70% varones, provenían principalmente de hogares con desventajas (un 60% vivía en hogares uniparentales y un 30% eran hijos de padres con menos que educación secundaria). Se incluyó un entrenamiento a los padres para promover relaciones positivas y hubo visitas a hogares para ayudar a resolver conflictos. También grupos de lectura y emparejamiento de niños con otros para aprender a hacer amigos en clase. Cuando fueron adolescentes la intervención incluyó encuentros de padres e hijos y servicios familiares.

Los investigadores midieron las habilidades académicas, sociales y de autocontrol durante la primaria (6 a 11 años) así como arrestos, delincuencia y uso de servicios de salud mental entre los 12 y 20 años para hacer el seguimiento en el largo plazo.

El aprendizaje de estas capacidades sociales y de autocontrol, aprendidas entre los 6 y 11 años, tuvo un peso de 1/3 en el efecto final del programa en reducir los arrestos y más de la mitad del efecto en reducir los actos de delincuencia. El entrenamiento del autocontrol era relativamente más efectivo para el largo plazo para niños de muy alto riesgo, mientras que el aprendizaje de las habilidades sociales fue más efectivo para niños de mediano nivel de riesgo.

Ojalá entendieran el MINEDU y los políticos con propuestas, cuán crucial es esto para la educación ciudadana y la paz social, ya que es algo ignorado en la pedagogía tradicional y queda fuera en las mediciones de las pruebas censales de matemáticas y comunicaciones que orientan la pedagogía escolar peruana.