Los Andes

Los gurús en el campo educativo, como Joan Domènech, Richard Gerver, Sir. Robinson, John Moravec, Javier Tourón, Juan Carlos Orta, entre otros, ven que en el mundo donde ocurrirán cambios sustanciales, como dije en artículos anteriores, muchas veces la educación, en países mal llamados “emergentes�, será una luz irrefleja, una sombra de deseo que no la viviremos en carne propia, porque uno de los alimentos importantes para que haya cambio en nuestros países es la intervención política seria y real de parte de los gobiernos de turno de todos los países del tercer mundo; el acceso al conocimiento se convertirá en algo fascinante, pasajero, para la gran mayoría de nuestros habitantes, por la forma en que vamos llevando la educación; pero falta un compromiso serio de los estamentos privados y estatales, sean estos locales, regionales y/o nacionales.

Las escuelas de hoy deben ser laboratorios de aprendizaje integral para el mañana, convirtiendo a los futuros ciudadanos en críticos y activos, y que ellos tengan herramientas cognitivas y emocionales para navegar en un futuro incierto; que sepan diseñar situaciones difíciles y complejas y, en medio de ello, los ciudadanos del futuro (que hoy son niños) sepan ejercer su vida con esmero, disciplina, capacidad de decisión y de actuación, sin desánimo, a pesar de las situaciones difíciles que se avecinan en los años venideros.

Por ello uno, de los expertos menciona “como educadores, como políticos, debemos dar un paso adelante y asegurarnos de que diseñamos sistemas basados en necesidades y no en ideologías, sistemas basados en habilidades y competencias. Debemos, pues, asegurarnos de que, fundamentalmente, el sistema explora el increíble potencial del alumnado de manera individual, y que les ayuda a ver cuál será el lugar que cada uno de ellos ocupará en un futuro complejo y en constante evolución. Recientemente, el gobierno chino ha declarado que, a fin de crear un futuro sostenible, China debe descubrir y cultivar la próxima generación de Steve Jobs. ¡No parece una mala idea!�

A manera de reflexión, Paul Jackson menciona que debemos “educar a los niños de hoy para un mundo que aún no existe, un mundo que podemos intentar imaginarnos, pero que resulta impredecible y desconocido; nuestro sistema educativo debe ser integrador, genuinamente cooperativo. Las escuelas, como núcleo principal de la comunidad, deben convertirse en centros de aprendizaje integrales a lo largo de todo el ciclo de vida; tenemos que educar a personas seguras de sí mismas, respetuosas, resilientes, indagadoras, dotadas de las habilidades necesarias para adaptarse al constante cambio del mundo en el que vivimos�.

A lo que otro experto indica que “aprender debe ser una celebración de la vida, una exploración del potencial de cada uno y de la alegría de experimentar. Evidentemente, es importante, vital, para nuestros niños y niñas, pero ciertamente también lo es para nuestro propio legado. El mundo se enfrenta hoy, y demasiado a menudo, a grandes desafíos que hemos creado nosotros mismos: economías insostenibles, desastres medioambientales y niveles crecientes de conflictos sociales y étnicos. Este es el legado que dejamos a nuestros hijos. Realmente, no es muy optimista. Sin embargo, la educación debe ser una celebración de lo que puede lograrse, de lo que puede llegarse a descubrir y crear�.