Concepto y significado de universidad



Escribe: Felipe Supo | Nacional - 23 Nov 2014


Este artículo periodístico obedece a la discusión coyuntural respecto al nuevo estatuto de nuestra Alma Mater, como la Primera Casa de Estudios: “Pionera y Líder de la Región Andina” -UNA-Puno- que se debe adecuar a la nueva Ley Universitaria buscando la interpretación del espíritu de la ley como justicia social más que como justicia legal; para este propósito con una intensión de carácter didáctico haremos un repaso acerca de su evolución conceptual, naturaleza y significado como primera parte, para luego en próximas ediciones tratar acerca del rol de la Universidad como contribuidora al desarrollo de la sociedad peruana y puneña, específicamente.

Así, la evolución del concepto y significado de Universidad como una de las instituciones sociales de educación superior de más larga data es una cuestión un tanto difícil de definir; por cuanto, su evolución conceptual se relaciona con la evolución de la ciencia y la tecnología en el mundo, aunque ello no necesariamente es así porque según Castro, F. (2007). Señala que “…durante mucho tiempo su desarrollo tuvo lugar al margen del ritmo y las direcciones principales de las actividades de ciencia y tecnología de la sociedad. Durante sus primeros cinco o seis siglos de existencia a la Universidad le fue característico primero el espíritu corporativo y, después, el afán de sabiduría y autonomía; pero no alcanzaron expresión predominante en su funcionamiento la observación científica propia del mundo griego antiguo y mucho menos la vocación por la experimentación y la matematización de la época moderna”

En efecto, Tunnerman, B.C. (1996) y Castrejón, D.J. (1990) refieren respecto a la historia de la Universidad: “La filosofía moderna se hace fuera de la Universidad. Ni Descartes ni Leibnitz serán profesores. Kant fue el primer gran filósofo moderno que ocupó una cátedra en la Universidad de Konigsberg (Prusia) pero su condición de profesor le trajo más bien problemas y ninguna ayuda para sus investigaciones”. Por otro lado: “La ciencia y la investigación experimental se refugian en las academias científicas, a las que tanto debe la Revolución Industrial del Siglo XVIII (. . .) Entre 1600 y casi 1800, las universidades vivieron de espaldas al progreso cultural y científico”. En sí la Universidad recién a mediados de la segunda mitad del siglo XVIII (Universidad de Halle, Universidad de Gottinga) incursiona en la investigación y alcanza su pleno auge con la fundación de la Universidad de Berlín (1810).

Este auge del modelo alemán influyó a mediados del Siglo XIX en la Universidad estadounidense, cuyo resultado final fue el avance desde finales del siglo XIX, y durante todo el siglo XX, de un tipo de institución basada en una mejor asociación entre investigación y docencia, pero, a su vez, con una presencia superior de las ciencias aplicadas y de la actividad ingenieril y tecnológica, como premisas de un fuerte servicio de extensión hacia el entorno económico, necesitado de todo posible instrumento que le garantizara un lugar de vanguardia en el ámbito de la competitividad, los crecimientos productivos y la obtención de máximas ganancia. Esta actuación de tal conjunto de variables dentro y fuera del contexto universitario norteamericano han incidido en la gestación de un tipo de institución universitaria a la que distintos autores denominan “modelo de universidad empresarial” denominada también “universidad-empresa” cuyo auge data las décadas de los años 70´y 80´ (Smilor, R. et al. 1993).

Cárdenas, Luis. (2004) señala que ciertamente “se iniciaron las primeras universidades en la Edad Media (estudios generales –studiageneralia– se formaron en Bolonia y en París como consecuencia de la presencia de grandes maestros que atrajeron estudiantes de diferentes partes de Europa cuya labor se centró en la transmisión de conocimientos orientados a la teología, derecho y medicina)…recién a mediados del siglo XIX la Universidad alemana toma la bandera de la investigación como ´eje principal´ de la institución”. Así la concepción alemana de la universidad estuvo centrada en la investigación, mientras que la concepción inglesa estuvo centrada en la formación integral del hombre, la concepción francesa estuvo orientada a consolidación del imperio y la formación profesional en el humanismo y la ciencia de la medicina), y la concepción estadounidense (al servicio de la comunidad en la producción de bienes).

Como podemos observar este concepto de universidad como una institución de educación superior cuyo único fin era el de la enseñanza de los conocimientos existentes, pasó a dar origen a la universidad moderna como centro de investigación. Entonces, el modelo napoleónico de universidad referido sólo a la formación profesional (porque para él la Universidad no tenía como finalidad el cultivo de la ciencia, como la tenía para los alemanes, ni la formación integral del hombre o educación liberal, como la tenía para los ingleses y franceses, sino la enseñanza de un oficio). Esta función de investigación para la generación de nuevo conocimiento es la que se le viene asignando a la Universidad, considerando que hoy el mundo está viviendo una nueva revolución: la del conocimiento y la información.

Entonces, las condiciones y las demandas son diferentes a las que existían en la sociedad industrial, y las universidades están en la obligación de analizarlas para dar respuestas oportunas. La Universidad no debe anclarse en el pasado, porque ella, como lugar privilegiado de un saber que se incrementa y cambia cada día con mayor velocidad, tiene la misión de crear el futuro. Porque hoy, cuando se hacen descubrimientos hasta hace poco impensables en campos tan variados como los de la física de nuevos materiales, la genética, la astrofísica, la microelectrónica, la informática, la robótica, la cibernética y tantos otros, y cuando el conocimiento se ha convertido en la fuerza económica dominante, la importancia de la universidad no puede sino incrementarse, pero para ello es necesario reflexionar críticamente sobre sus funciones y adecuarla para que pueda responder a estas nuevas realidades y sobre todo a la realidad de nuestro contexto socio cultural y geopolítico que tiene amplias ventajas comparativas y competitivas como potencialidades para constituirse como la primera región de nuestro Estado peruano.


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