Los Andes

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La presidenta de Brasil, Dilma Rouseeff, expresó en la víspera su indignación por la aprobación del proceso de destitución en su contra y aseguró que continuará luchando por demostrar su inocencia.

"No me dejaré abatir, no me voy a paralizar por esto, voy a continuar luchando y voy a luchar como lo hice toda la vida (...) Ellos no van a matar en mí la esperanza", dijo Rousseff en una rueda de prensa.

Desde el palacio gubernamental de Planalto, la presidenta dijo sentirse "indignada" por el juicio político que aprobó en su contra la Cámara Baja de su país, por presuntos actos de corrupción; proceso de impeachment que seguirá ahora en el Senado.

Según dijo, no existen pruebas en su contra de un posible desvío de dinero público, por lo que calificó de una "gran injusticia" la aprobación del proceso de destitución. Comentó, asimismo, que durante los últimos 15 meses la oposición de su país no la ha dejado gobernar, y que este juicio político no es más que un "tipo de venganza".

En otro momento, la presidenta brasileña señaló que otros presidentes también firmaron papeles administrativos y no fueron tildados como actos ilegales o criminales, por lo que consideró que enfrenta una especie de "golpe de Estado" de parte de aquellos que quieren acceder al poder.

"Enfrento este golpe de Estado por convicción, este no es un golpe de Estado tradicional, es un golpe que lo intentan ejecutar con un aparente proceso legal para practicar el crimen más abominable que se pueda presentar, y es condenar a una inocente", acotó.