Religiones transnacionales: Una aproximación a la industria religiosa mundial


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Escribe: Los Andes | Nacional - 15 May 2016

Religiones transnacionales
Religiones transnacionales

En la biblia, en el segundo libro de Corintios, capítulo 9, versículo 6, se lee: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”. Separado del resto, este breve texto ha servido para coaccionar a millones de creyentes en todo el mundo.

Son los pastores del Evangelio de la Prosperidad los que, en los últimos años, lo han esgrimido con tal desvergüenza y astucia, que hoy tienen sus propios yates, jet privados, casas lujosas, etc., desde donde –dicen ellos mismos– “predican mejor la palabra del Señor”.

Pero ellos no son los únicos que, basándose en el referido versículo, construyen fortunas (acicateando en los creyentes, se entiende, la necesidad de colaborar con diezmos cada vez más “altos”); hay otros, muchos más, que hacen lo mismo y quizás en el lugar donde usted reside actualmente.

LA RELIGIÓN CATÓLICA

Es muy famosa ya aquella frase de Eduardo Galeano que, entre otras cosas, intentaba hacernos ver que nuestros antepasados fueron muy ingenuos cuando los españoles llegaron y conquistaron América, en 1492. La frase en cuestión es: “Y nos dijeron: ‘Cierren los ojos y recen’. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia."

Hace poco, el Papa Francisco advirtió que los poderosos no quieren la paz porque la mayoría de ellos vive de las guerras y hace negocios con la venta de armas. "La paz no es un producto industrial, es un producto artesanal que se construye cada día con nuestro trabajo, nuestra vida, amor, cercanía”, empezó diciendo.

Y luego agregó: “Muchas personas con poder no quieren la paz porque viven de la guerra (…) Esto es serio. Algunas personas poderosas se ganan la vida con la producción de armas y las venden a un país para que las utilice en contra de otro país".

Por consiguiente, el Sumo Pontífice calificó el comercio de armas como "la industria de la muerte" y señaló que el sistema económico orbita alrededor del dinero y no de las personas, por lo que se hacen guerras para defender el dinero. Insistió que, por esa razón, "mucha gente no quiere la paz, porque se gana más dinero con los conflictos bélicos, aunque se pierdan vidas, culturas, educación".

Lo malo de estas declaraciones es que Francisco omitió, u olvidó, que la Pietro Beretta Ltda, que es una empresa fundada en 1526 (es la fábrica de armas más antigua del mundo), tiene como accionista mayoritario, después de Gussalli Ugo Beretta, al IOR (Instituto para las Obras de Religión, comúnmente conocido como Banco del Vaticano).

Así –aunque tanto la empresa como El Vaticano­­­ hayan rechazado esta información–, se comprende a dónde van a parar los diezmos que muchos católicos brindan religiosamente, con la intención de “apoyar a los más pobres”. Esto, entendiendo que estamos en un planeta habitado por billones de personas.

El anterior es, sin duda alguna, el ejemplo más escandaloso en lo que se refiere a negociados en la iglesia católica, por lo que no es raro que haya sido rechazado. Pero no es el único. Hay otros en esta doctrina religiosa que, aunque sea a medias, se han admitido sin rubores.

En efecto, la Iglesia Católica tiene importantes inversiones (las cuales, repetimos, ha admitido) en empresas como Repsol (acusada por Amnistía Internacional de apoyo a paramilitares colombianos), o en bancos como el BBVA (que invierte en empresas de armamento), además de gran cantidad de otras empresas grandes y pequeñas.

BUDISMO TIBETANO

Otro ejemplo que comprende negociados diversos, aunque parezca increíble, tiene que ver con el líder lamaísmo o budismo tibetano, Dalai Lama, quien puede realizar todos sus viajes, conferencias y demás, gracias a la riqueza de los monasterios lamas.

Un monje, Tashí-Tsering, informó hace unos años que, además de la aberrante práctica que tenían los lamas de abusar sexualmente de los niños que reclutaban, estos eran llevados a los monasterios para la servidumbre de por vida, como empleados domésticos, danzarines y soldados.

Es preciso mencionar, asimismo, que durante todos los años 60, la comunidad tibetana exiliada se embolsó secretamente 1,7 millones de dólares al año de la CIA, según documentos publicados por el Departamento de Estado, en 1998.

Una vez publicado esto, la propia organización del Dalai Lama publicó una declaración en la que admitió que hubo millones de dólares de la CIA durante los años 60 para enviar escuadrones armados a Tibet, a fin de debilitar la revolución maoísta.

La parte anual del Dalai Lama fue 186 mil dólares, convirtiéndolo en un agente a sueldo de la CIA. La inteligencia india también lo financió, así como a otros exiliados tibetanos. Ante ello, el Dalai Lama se ha negado a decir si él o sus hermanos trabajaron con la CIA; la agencia también declinó todo comentario.

En la actualidad, sobre todo a través de la Fundación Nacional a Favor de la Democracia (NED) y otros conductos que suenan más respetables que la CIA, el Congreso de EEUU sigue destinando más de 2 millones de dólares al año a tibetanos en India, y más millones para “actividades democráticas” dentro de la comunidad exiliada tibetana.

Cabe añadir, finalmente, que un artículo de 1999 en el Washington Post señalaba que el Dalai Lama sigue siendo venerado en Tibet, pero que pocos tibetanos saludarían el retorno de los corruptos clanes aristocráticos que huyeron con él en 1959 y que incluyen al grueso de sus asesores.

TESTIGOS DE JEHOVÁ Y OTROS

Los Testigos de Jehová, que tanto se jactan de no interesarse en las actividades comerciales, de haber luchado por la Palabra de Dios en la Segunda Guerra Mundial, tienen también oscuros ingresos. Muchos seguramente se preguntan cómo es que financian sus revistas, sus conferencias, sus viajes.

La respuesta es la misma que en las otras religiones: el diezmo. Y, en su caso particular, las colaboraciones voluntarias de sus adeptos. Así, para ellos es natural contar, por ejemplo, con “siervos de literatura”, que además de colaborar con los textos que aparecen en sus revistas, la mayor parte de las veces también las financian.

A ellos también se les achaca el haber invertido en armamento. No obstante, a través de explicaciones, confesiones y minuciosas investigaciones, han rechazado ello, intentando limpiar la imagen que exponen. La crítica más grave que reciben, empero, es tener una versión alternativa de la biblia, la que incluso carece de capítulos enteros de la versión tradicional, para su conveniencia.

Los mormones, los tradicionales “rivales” de los Testigos, reciben también muchas críticas. Ellos, que representan solo el 1,4% de la población de EEUU, poseen holdings económicos inmensos. A diferencia de los de otras religiones, los mormones sí confiesan que tienen marcas comerciales con fines lucrativos.

Una de ellas es la Deseret Management Corp., que tiene unos ingresos estimados anuales de mil 200 millones de dólares, provenientes de seis filiales; las filiales dirigen un periódico, 11 estaciones de radio, un canal de televisión, una compañía editorial y de distribución, una compañía de medios digitales, un negocio hotelero y un negocio de seguros con activos por valor de 3 mil 300 millones.

La Iglesia Anglicana, por poner otro ejemplo de doctrina religiosa, tiene inversiones inmobiliarias multimillonarias, para las cuales han sido los creyentes quienes han colaborado (y colaboran) con sus diezmos, cada fin de semana.

Otros líderes religiosos que se hacen millonarios son los pastores de la secta “Pare de Sufrir”, así como los de la Iglesia Adventista, Pentecostés, etc. La mayoría de veces, para ocultar esto, se dice a los creyentes que se están construyendo templos para “adorar al Señor”.

ISLAMISMO

Su caso es triste y singular. En los lugares del mundo donde se profesa esta fe, existe un evidente grado de restricción de la libertad. Tal es así, que una organización criminal se ha puesto al frente de ella (no está legitimada, naturalmente), para aislarse del mundo.

Se trata del Estado Islámico, que ya se considera la organización terrorista más rica del mundo. Ellos consiguieron su fortuna gracias a que los insurgentes se apoderaron de enormes cantidades de dinero en efectivo y lingotes de oro de algunos bancos. En total, se hicieron con 500 millones de dinares (unos 429 millones de dólares).

Las autoridades iraquíes estiman que los fondos de financiación del grupo alcanzan ya los 2 mil millones de dólares. Sin embargo, todavía se desconoce exactamente de dónde procede esa desorbitada suma.


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