El conflicto de la basura en la provincia de San Román


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Escribe: Eduardo Mamani | Política - 22 Jul 2017


Todas las gestiones en la vida de la Municipalidad Provincial de San Román, nunca han tenido un proyecto, plan o intención del manejo adecuado de los residuos sólidos, lo que ha generado en la actualidad el tremendo problema que viene sopesando toda la población de esta parte de la región.

Esto se deja entrever porque actualmente no se tiene un lugar adecuado, formal y autorizado, donde se puedan verter las ingentes cantidades de residuos sólidos que produce la ciudad de Juliaca, que según los especialistas alcanza a más de 200 toneladas diarias.

“La autoridad local no tiene una plan referente o cómo se puede tratar los residuos sólidos”, dice el exsecretario general del Sutep de la provincia de San Román, Mateo Paricahua Calla, considerando que este problema ha generado conflictos con la población.

Sugirió, en ese sentido, que la municipalidad ejecute los canales correspondientes para dar solución a este tema, pues el botadero de Chilla viene siendo forzado para que siga albergando la basura de Juliaca, perjudicando a los moradores de la zona.

INICIO Y CONSECUENCIAS
La basura de la Ciudad de los Vientos no ha tenido un tratamiento adecuado desde hace mucho tiempo, quizás desde sus primeros años, pues simplemente se ha buscado botaderos que a la postre fueron enterrados y olvidados.

Un sector que se puede apreciar a la vista, es el ubicado en el nuevo distrito de San Miguel, en las cercanías del Centro Poblado de Santa María de Ayabacas, donde existe un cerro de basura, el cual fue tapado, disimulando los fétidos olores y la mala imagen que daba la ciudad.

Esta misma acción se produjo en el sector de Chilla, donde un terreno de la municipalidad, que primeramente servía de criadero de flores, fue pasado a ser un botadero ilegal de basura... hasta la actualidad.

Esta historia se remonta a no más de dos gestiones atrás, cuando el exalcalde Miguel Ramos Benique hizo la adquisición del terreno en Chilla, como si presagiara el terrible problema que luego se viviría en Juliaca.

“Es un problema de gestiones atrás, incluso desde Miguel Ramos, donde él empezó con esta zona de Chilla y lo que se ha convertido. Entonces eso viene de abajo”, dijo el coordinador de la Mesa de Concertación de Lucha Contra la Pobreza de la provincia de San Román, Enrique Álvarez Segura.

En ese marco, expresó que para sopesar el problema se debe cambiar los patrones de conducta de la población para el reciclaje, además de inculcar los conocimientos de lo que es un botadero y un relleno sanitario, que últimamente se está confundiendo.

“Tenemos que cambiar ciertos patrones de vida de Juliaca. Eso no me cabe duda. No solamente es trabajo y trabajo, tenemos que sensibilizar a la población sobre cómo tenemos que manejar la basura correctamente”, dijo el especialista.

De la misma forma, cuestionó a las gestiones por no preocuparse de este tema hasta el punto de llegar a la problemática que se vive hoy. “Lo han ido dejando, dilatando y dilatando, hasta que hemos llegado a un punto que no se puede sostener”, agregó Álvarez Segura.

PROBLEMAS EN CHILLA
Los conflictos sociales protagonizados por la población de Chilla se iniciaron durante el periodo del alcalde fallecido David Mamani Paricahua, cuando la acumulación de basura hacia que se produzca un gravísimo problema medioambiental.

Esta realidad era caótica. Las moscas vivían en los domicilios y, sumado a ello, el intenso olor que se producía atosigaba a los moradores de la zona. La gestión municipal de ese entonces no pudo darle una solución al tema, y sólo se empeñó en alargar el problema.

“No podemos qué hacer, las moscas se juntan y cuando los matamos vienen más”, decía la dueña de la única tienda que existía por ese entonces en la avenida Tintaya, frente al botadero, quien había colgado un pegamoscas y en horas de la noche esparcía un potente insecticida, que hacía que los bichos amanecieran regados en los productos y en el suelo.

La presente gestión municipal, más allá de darle solución al problema, desde el 2015 -cuando inició su mandato- también alargó el problema, intentando dar plazos hasta en más de 5 ocasiones a los pobladores. Estas prórrogas se dilataron hasta la fecha, ocasionando malestar en la población.

“La única petición que tenemos el día de hoy es el cierre definitivo del botadero informal e ilegal del sector de Chilla. No se va a permitir, por más que se saquen resoluciones tras resoluciones… por eso pedimos el respeto a nuestro derechos fundamentales”, expresó el dirigente del sector, Claudio García Choqueluque.

Este mismo problema generó que hasta en tres ocasiones se declare en emergencia la ciudad, siendo la última de estas declaratorias para dar solución a la crisis que se vivió desde el 20 de enero al 18 de marzo, cuando la basura se acumuló en las calles y las viviendas calceteras.

“Estamos en muy alto riesgo; los residuos sólidos vienen contaminando el medio ambiente. En estos momentos, a la semana 10, estamos en estado de epidemia. Como sector Salud hemos reforzado con personal de salud, que está en estado de inamovilidad… si esto no lo solucionamos podemos pasar a una pandemia”, dijo la responsable de Epidemiología de la Red de Salud San Román, Miriam Rodríguez Oviedo, el pasado 16 de marzo.

Un día después, la municipalidad sanromina reiteraba una intervención conjuntamente con las fuerzas del orden, generando la detención de varias personas y la repulsión de los moradores y de la ciudadanía, ya que la basura había sido ingresada al botadero, tras el bloqueo y cierre del mismo.

“Más que prepotencia es un reflejo de incapacidad, no sabe qué hacer y ha optado por eso”, manifestó Iván Quispe, excandidato a la Municipalidad Provincial de San Román, en referencia a la actitud del alcalde Oswaldo Marín, sobre la incursión en Chilla.

Desde entonces a la fecha, la basura continúa vertiéndose en el mismo botadero, con el pretexto de que se tiene un proyecto de cierre firmado con el MINAM, por más de 34 millones de soles y, por contingencia, la instalación de las Celdas de Emergencia que también tiene un problema de ejecución.

Finalmente, solo se espera que el proyecto de las celdas marche y se ejecute, ya que sería la única solución. “Ahora hay que empezar a trabajar, ver lugares donde se puede hacer, y sensibilizar a la población sobre qué es un relleno sanitario y cómo se puede trabajar”, agregó el responsable de la Mesa de Concertación.



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