El proceso de lucha de la refundación de Bolivia


Votación: 103 votos

Escribe: Los Andes | Nacional - 26 Dec 2017


En 1981, cuando en nuestro país gobernaba Fernando Belaúnde Terry, un joven Evo Morales Ayma asumía su primer papel dirigencial en Bolivia. Empujado por sus allegados, fue nombrado Secretario de Deportes de la Federación del Trópico de Cochabamba, sin imaginar que así comenzaría su camino hacia la refundación de su país.

En esta federación, que se dedica al cultivo de hoja de coca, Morales Ayma lograría hacerse un nombre de una forma sorprendente. Y es que, apenas en 1985, sería nombrado Secretario General de su sindicato.
Luego, en 1988, cuando el gobierno conservador de Víctor Paz Estenssoro sucumbió a las presiones de la Administración estadounidense y logró sacar adelante en el Congreso la ley que restringía la producción de hoja de coca, Evo Morales adquirió todavía más renombre.

En especial porque la referida ley encendió las protestas del movimiento cocalero, que no estaba dispuesto a que los poderes públicos internacionales buscaran soluciones al narcotráfico, “criminalizando la labor del agricultor”.
Fue así como Morales conoció la cárcel y el confinamiento. Según contó él mismo, en 1989, al rendir homenaje a los compañeros caídos en defensa de los cultivos de coca, efectivos bolivianos lo golpearon y arrojaron al monte, “convencidos de que estaba muerto”.

En el Perú gobernaba por ese entonces –desastrosamente, por cierto– el presidente Alan García. En Bolivia, en tanto, lo hacía Jaime Paz Zamora, quien era decidido “enemigo” de Evo Morales, quien al frente de la Federación del Trópico de Cochabamba lo retaba por intentar reducir la superficie agrícola destinada al cultivo de coca, amenazándolo incluso con responder de forma violenta si las fuerzas de seguridad del Estado trataban de imponer la ley.

Esta lucha, que se dio desde lo más íntimo del país boliviano, que nació en el seno –diríase– de aquellos que eran olvidados por el gobierno de turno, tuvo su momento más álgido en la gestión del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien llegó al poder en 1993, un año después del “autogolpe de Estado” en Perú, por parte de Alberto Fujimori.

El nuevo presidente boliviano, ferviente defensor de los planes de erradicación de cultivos de coca, encontró en los sindicatos agrícolas una fuente permanente de contestación. El verano de 1994 fue testigo de uno de los enfrentamientos más relevantes entre el gobierno del MNR (Movimiento Nacional Revolucionario) y el gremio cocalero.

Evo Morales, que por entonces presidía el Consejo Andino de Productores de Coca (CAPHC) y la Confederación de Productores de Coca del Trópico de Cochabamba, convocó una marcha multitudinaria hacia La Paz y, después de tres semanas de movilización, llegó a la capital con 4 mil campesinos para forzar una negociación con el Ejecutivo.

Tras luchas diversas, el movimiento sindical dio el salto a la arena política y participó en primera línea en la toma de decisiones para transformar Bolivia. Así, el 27 de marzo de 1995, se constituyó la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos (ASP) y el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP). Alejo Véliz, un quechua, asumió la jefatura orgánica de la nueva formación.

La ASP-IPSP no logró el visto bueno de la Corte Electoral para inscribirse como partido, así que decidió concurrir a la primera cita electoral, integrada en las listas de Izquierda Unida (IU). En las generales de 1997, que devolvieron el poder al ex general golpista Hugo Banzer, IU logró cuatro escaños en el Parlamento boliviano. Evo Morales ocupó uno de ellos.

Tras algunos problemas de liderazgo entre Véliz (ASP) y Morales (IPSP), y el pacto fundacional se rompió. Luego, este último negoció con David Añez, jefe del Movimiento Al Socialismo-Unzaguista (MAS-U), y en enero de 1999, fue elegido presidente del nuevo IPSP-MAS, que simplificó de inmediato sus siglas y quedó reducido a MAS.

Luego que en nuestro país saliera a la luz toda la corruptela del gobierno de Alberto Fujimori, en Bolivia, en enero de 2002, después de una oleada de violentos enfrentamientos, el Parlamento acusó a Morales de instigador y lo hizo perder su escaño.

Así se comenzó a marcar la llegada de Evo Morales a la presidencia de su país. Primero porque el MAS se volvió la segunda fuerza política más importante, y porque en febrero de 2003, apenas cumplidos seis meses de mandato, Sánchez de Lozada tuvo que enfrentarse al pueblo, debido a la entrada en vigor de un impuesto sobre los salarios.

Criticado y odiado por lo bolivianos, el presidente boliviano, el 17 de octubre de 2003, huyó de La Paz y buscó refugio en Miami. Entonces el vicepresidente Carlos Mesa asumió la sucesión y anunció la formación de un nuevo ejecutivo independiente que instaurara la paz civil. Sin embargo, regresaron las protestas y las confrontaciones, las cuales eran lideradas por Evo Morales, que quería un país diferente.

Así, en los primeros días de junio del 2005, Carlos Mesa presentó su renuncia y pidió a los representantes del Senado y de la Cámara de Representantes que facilitaran el adelanto electoral para evitar el más que previsible estallido de violencia en el país. El Parlamento aceptó la dimisión del jefe del estado y nombró sucesor, de forma interina, al presidente del Tribunal Supremo, Eduardo Rodríguez, quien anunció la convocatoria de elecciones.

Con el lema “¡Somos pueblo, somos MAS!”, Morales superó todos los pronósticos y ganó las elecciones con un triunfo histórico; más del 84% de los bolivianos con derecho a voto acudió a las urnas y, de ellos, el 53,7% eligió al líder aymara. Así comenzó la refundación de Bolivia, en diciembre del 2005, luego de enérgicas luchas.


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!