TPP: Privilegiar inversiones para debilitar derechos humanos


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Escribe: Luis Hallazi | Opinión - 08 Feb 2016

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) es un tratado multilateral de comercio e inversiones, impulsado por EE.UU que fue negociado en secreto los últimos cinco años con funcionarios de 12 países y que en octubre 2015, tras el final de sus negociaciones, empezó a ser noticia. El pasado 4 de febrero este tratado fue firmado por la Ministra de Comercio Exterior y Turismo, Magali Silva y tendrá que ser ratificado por los parlamentos de los 12 países en un plazo de dos años.

La gran mayoría de la población hasta hoy no sabe de lo que se trata, ni tiene en cuenta las amenazas a los derechos fundamentales que representa a lo largo de sus más de seis mil páginas y treinta capítulos, redactado en un inglés técnico y de una complejidad diversa.

Las cifras superficiales que se muestran para justificar la firma del TPP son una falacia. Se menciona que es el primer tratado comercial más grande de la historia, puesto que comprende el 40% del PBI mundial, sin mencionar que solo EE.UU y Japón representan más del 80% de ese 40, de la misma manera con el 30% de las exportaciones globales o el 11% de la población mundial, sólo entre EE.UU y Japón representan más de 450 millones de habitantes, más de la mitad de los 800 millones de habitantes que comprende este tratado. ¿Qué significa esto? mencionar al resto de los otros 10 países, entre ellos Perú, es inflar los datos, una falacia que encubre los verdaderos intereses que están de por medio.

Este tratado tiene como fin para EE.UU y Japón, bloquear el avance económico de China pero además pretende consolidar una estrategia perversa de esta globalización únicamente económica: Reformar de facto el sistema jurídico internacional donde se privilegian los tratados comerciales y de inversiones frente a los derechos humanos.

Una de las maneras de cómo hacerlo es a través de la intrumentalización del derecho de propiedad intelectual. Esto significa que bajo la lógica de propiedad intelectual se entra a normar temas relacionados con el acceso a la salud, a través de extender las patentes o derechos exclusivos de fabricación en los medicamentos, lo que haría inaccesible la adquisición de ciertas medicinas. Bajo la misma fórmula extender los derechos de autor por encima de los 70 años. La propiedad intelectual en internet, también es normado en el TPP, lo que causaría restricciones graves a derechos fundamentales ejercidos en internet como libertad de expresión, información y privacidad. También obligaría a que agricultores y campesinas restrinjan prácticas tradicionales como el intercambio de semillas, puesto que algunas empresas transnacionales están interesados en patentarlas.

Además de la pérdida en derechos laborales, restricciones medioambientales y vulneración de derechos indígenas; una de las principales preocupaciones es que a través de este tratado se consolida un mecanismo desmedido de protección jurídica a las inversiones o inversionistas. El capítulo IX establece nuevas reglas de protección a través de cláusulas o “principios” comerciales y de inversión como son el Trato justo y equitativo, Trato de la Nación más favorecida o Expropiación Indirecta, que en resumidas cuentas son medidas de protección para que no obstaculicen la inversión, ni contravengan las expectativas de ganancias futuras que puedan tener las inversiones, llámese empresas trasnacionales con dueños individuales.

Para que esto funcione, es necesario que el Estado firmante del TPP renuncie a su jurisdicción nacional en el caso de una controversia Estado- inversionista y se someta a una corte arbitral con árbitros privados, sin doble instancia. Una de las cortes arbitrales es el CIADI institución del Banco Mundial y que además es un Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, firmado por el Perú.

Las experiencias en el CIADI, como es lógico es mayormente favorable a las empresas trasnacionales obligado a los Estados a pagar sumas millonarias de indemnizaciones e incluso truncando la implementación de leyes y políticas públicas por parte del Estado, so pretexto de que dichas normas o política podrían ir contra las expectativas de ganancias de los inversionistas y por tanto demandarte ante una corte arbitral.

El TPP es un tratado complejo que no solo tiene que ver con aranceles comerciales sino que pretende consolidarse una arquitectura normativa internacional, que invierte la pirámide de derechos; dándole supremacía a los tratados comerciales y de inversiones. El tratado está firmado de manera irresponsable por el gobierno de Humala, ahora falta ser ratificado por el Congreso, la población por su parte necesita informarse y participar. A esto hay que saludar la aparición de un movimiento ciudadano emergente que ha salido a las calles de Lima a informar y crear conciencia, esperemos que esto se replique en más ciudades y se abran puentes al mundo rural, esto sería un mensaje directo al próximo presidente y congresistas, el mensaje de que estaremos vigilantes los próximos cinco años.

*Luis Hallazi investigador en derechos humanos


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