Los Andes

A 14 meses de la gestión edil de Oswaldo Marín Quiro, la ciudad de Juliaca se ahoga en su propia basura, en el embrollo embaucador de esta autoridad, funcionarios, de ocasionales opinantes, “dirigentes� y “periodistas�; y con el silencio cómplice de cuanta institución se reclama promotora y defensora del medio ambiente.

Después de 14 meses, no hay justificación que valga para no cuestionar a la gestión del gobierno local en lo que respecta a la recolección y disposición de la basura.

Al respecto, sobre el problema, es preciso manifestar lo siguiente:

Primero. Los terrenos existentes en Chilla son de propiedad de la EPS SEDAJULIACA S. A. Allí están localizadas las lagunas de oxidación desde los primeros años de la década de los 80 del siglo pasado.

En los primeros años de la década de los 90 del siglo pasado, mediante un convenio suscrito entre SEDAJULIACA y la Municipalidad Provincial de San Román, en un extremo del terreno de SEDAJULIACA se instala el vivero Municipal de Chilla que debió utilizar experimentalmente las aguas residuales tratadas para regar el vivero, así como para forestar el contorno del terreno. Luego, con la iniciativa de jóvenes practicantes egresados de la carrera profesional de Ingeniería Química de la UNA Puno se experimenta procesos de compostaje y producción de humus con la finalidad de dotar de abono orgánico al vivero con excelentes resultados.

De ahí, a disponer en convertir este lugar en el destino final de la basura de Juliaca, fue y es un evidente abuso de autoridad en contra de la EPS SEDAJULIACA y un atentado en contra de la salubridad de la ciudad de Juliaca, comunidades urbanas y rurales aledañas.

Pues el hecho de haber depositado y seguir depositando basura sin tratamiento alguno en este lugar, además de afectar a la salubridad de las poblaciones aledañas, de estar contaminando el suelo, las aguas de subsuelo y el aire, deteriorando a su vez el paisaje ambiental, así lo evidencia; lo más sorprendente de la irracionalidad con la que se ha actuado y tercamente se persiste, es que se ha llenado de basura las propias lagunas de oxidación generando el agravamiento de los ya deficientes procesos aeróbicos de tratamiento, haciendo que los más de veinte mil metros cúbicos de aguas residuales que se genera en la ciudad de Juliaca pasen simplemente por estas lagunas, sin tratamiento alguno, y posiblemente más contaminado, desembocando al río Torococha, luego al río Coata y terminen en el lago Titicaca (cerca de la reserva nacional del lago Titicaca).

Esta situación nos obliga a preguntar a los funcionarios de SEDAJULIACA: ¿en qué terrenos se construirá la “anunciada� Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Juliaca, promovida desde el gobierno central?

Segundo. Desde el Gobierno Local se dice que no hay terrenos disponibles para depositar la basura (ni para comprar). La pregunta es, ¿qué ha pasado con las extensas áreas de terreno de propiedad del Municipio en la zona de Taparachi? ¿Qué autoridades y funcionarios han vendido y regalado estos terrenos? ¿Quiénes se han beneficiado y especulan con estos terrenos?

Tercero. Desde el Gobierno Local se dice que la Ley no permite el uso de otros terrenos para disponer la basura. Esta afirmación no deja de ser una burda justificación que demuestra ignorancia y falta de imaginación por parte de la autoridad y funcionarios.

Cuarto. Desde el Gobierno Local se dice que la solución está en manos del Ministerio de Vivienda, que ha prometido construir el relleno sanitario. Dejar la solución de un problema local que le compete al Gobierno Local en manos del Gobierno Nacional es una irresponsabilidad y una forma de evadir a sus obligaciones. Cabe aclarar que muchas obras ejecutadas desde el Gobierno Nacional en materia de saneamiento no funcionan como debe ser. Es más, existe la posibilidad de que no se concretice el proyecto cuando el Gobierno Nacional está de salida.

Quinto. Ante la protesta de los pobladores de Chilla, acción que debería corresponderle más bien al Directorio y Gerente General de SEDAJULIACA S. A., el Gobierno Local ha dejado de recoger la basura y lo que recoge en los mercados lo está depositando en algunas áreas libres, como el óvalo de la salida a Puno, convirtiendo a Juliaca es un inmenso basural y una ciudad infecta.

Sexto. Catorce meses han sido suficiente tiempo para reducir la cantidad de basura a disponer en el “botadero�, mediante la implementación de programas sanitarios enérgicos de abstención, por ejemplo, de uso de bolsas plásticas y envases descartables, de programas de clasificación de basura en los domicilios, mercados y centros comerciales para el reciclaje, de un programa municipal de compostaje, etc. Lamentablemente, la autoridad y funcionarios prefirieron parasitar sobre los exiguos presupuestos mendigados, antes de plantear y ejecutar soluciones viables, lo que demuestra que les interesa poco enfrentar este problema. Y para colmo de males, haciendo oídos sordos y tapándose la vista frente a las pocas propuestas que se han divulgado en este tiempo.

Séptimo. Es una irresponsabilidad que la Autoridad Local del Agua, la Oficina Local Agraria, la EPS SEDAJULIACA S.A., las Universidades, los Colegios Profesionales, las autoridades locales de Salud, la autoridad local del Medio Ambiente, las autoridades del Ministerio Público, la UGEL y otras instituciones competentes, no manifiesten opiniones y decisiones tendientes a resolver este problema.

En conclusión, en Juliaca estamos en nada para resolver el problema de la basura.