Wednesday 24.04.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1989 días)
Mirando los resultados a boca de urna, pensaba cómo es que las tendencias electorales se inclinan por candidatos reconocidamente vinculados a la corrupción, a lobbies, a candidatos que han preferido negociar los pocos bienes naturales que tenemos y ofrecérselos a extranjeros. Es claro que un 60% del país opta por estos últimos. Son muchos. 6 de cada 10. 60 de cada 100. Lo único que se me ocurre es que, la elección de ayer, nos muestra el índice de corrupción del Perú. Se hacen estudios sobre qué entidades son las más corruptas o proclives a ella. Pero nunca se ha hecho, hasta donde yo sepa, el índice de los peruanos que tienen inclinación por la corrupción.
Conversado por redes, ahora es más cerca, amigos a quienes considero (perdón, consideraba) lúcidos y realistas, me decían que votarían por Keiko o PPK ¿?. Les explicaba que significaba, documentadamente, no con el hígado, que sería votar por ambos, y me decían que eso era mentira. Pero si estaban muy seguros que la candidata del Frente Amplio era “terrorista” y que iba a gobernar como Venezuela. Barnechea quedaba como el mal menor. No hubo necesidad de “quemarlo”, su talante limeño aburguesado lo mató. Los que pasamos de la base cuatro, sabíamos quiénes eran García y Toledo. Somos un voto duro al que no pueden engañar.
Jugó a favor de esta barbarie el hecho de que no haya “libertad de prensa”. Tácticamente los empresarios dominan el 80% de los medios de comunicación. Han dejado “inteligentemente” un 20% de medios que no tienen fuerza como ellos. Incluso se notaba que cuando se habla de la chica Mendoza, ponían a renglón seguido, el ataque terrorista en el VRAEM. Pocos se dan cuenta del mensaje subliminal. Así las cosas, ¿Cómo explicar que en Lima el candidato más votado sea Kenyi Fujimori? ¿La segunda más votada Cecilia Chacón?. La última, sentenciada por delitos gravísimos[1]. Ahora entiendo por qué en Lima hay mucha delincuencia. Allí están, están en su vergel. Es de entender porque los limeños votan por ellos.
Volviendo al 60% que voto por este par (Fujimori y Kuczynski), - vaya cosa ambos de raíces extranjeras – los argumentos eran, “su padre robo, ella no”, el famoso “roba, pero hace”, y paro de contar. Siempre tuve el concepto de que para votar había que elegir a un candidato, no por sus escritos, léase planes de gobierno, sino por su personalidad. Al final papel ni significa nada. Pero aquí se llegó al extremo de atacar a la candidata con mentiras. Se crearon en el mundo virtual blogs de supuestos “colectivos democráticos”, que hicieron a no dudar parte de todo un plan, indirecto, para destruir por esta vía a una candidata. Les funcionó.
Cosa curiosa. En Puno, un 63% tiene el voto llamado “rebelde”. Nos inclinamos por Mendoza y Santos. Bueno, digamos que el sur andino votó por Mendoza. Se viene la segunda vuelta. Ahí veremos las correlaciones de un sistema económico neoliberal. Cualquiera de los dos le hará daño al Perú. Ya lo verán.
¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?