Los Andes

Al parecer la intención de las administraciones que gobiernan en la empresa municipal de agua potable EMSA-PUNO no miden las consecuencias, porque esta empresa endeudada hasta el cuello, con déficit en la dotación del líquido elemento a los ciudadanos que tienen una cañería y contrato con esta empresa, la peor atención al cliente y por si fuera poco con personal estable (nombrado) que solo cumple con las horas de trabajo y casi nunca tiene una labor efectiva, además de que algunos individuos “nombrados� se enquistaron en algunas oficinas y estos personajes son los responsables del desgobierno y la insania de esta empresa. Pero por decisión de la junta de accionistas, a pedido del gerente de dicha empresa paramunicipal, se otorgó jugosas gollerías a los más de 130 trabajadores nombrados como premio a la inoperancia.

Si en Puno pagamos el agua más cara del continente andino, teniendo incluso el Lago Sagrado de los Incas y la empresa en cuestión tiene las cifras en rojo, es porque los funcionarios y personal nombrado solamente buscan generar ingresos para sus intereses y, claro está, sirve como caja chica y lugar idóneo para el proselitismo político, entendiendo que a nivel de la Ciudad Lacustre, los domicilios cuentan con no más de dos horas de agua diaria en sus domicilios (no hablamos de Puno cuadrado, sí de periferias) donde además el agua que discurre con cuerpos extraños (el mismo que se puede experimentar, cuando usted compra un dispositivo que se instala en la cañería para que filtre el agua y este se obstruye en poco tiempo) que es indicativo la deficiente labor de potabilización del líquido elemento.

Ahora que la empresa Emsa-Puno tiene que cumplir un tramo más del incremento de tarifas de agua, la población organizada debe tomar las medidas de gestión más coherente, que además debería ser objeto de una política de gestión de los socios de la empresa, pasando por una real reorganización de esta empresa y donde se evalúe la labor de cada uno de los nombrados, conforme a los requisitos establecidos por el cuadro de asignación de personal y otros instrumentos de gestión. Y separar a los trabajadores que en gestiones pasadas se coludieron con la corrupción, además de la restructuración general de la empresa previa declaración de emergencia de esta empresa, porque una buena cantidad de dinero se destina a la compra de buzos, telas, dinero para que se pague la confección de los ternos, bonificaciones por aniversario de la empresa, escolaridad, Día del Trabajo, la exacción por cierre de negociación colectiva y gratificaciones por fiestas patrias y fin de año. Los ciudadanos deben ponerse a pensar en la labor que prestan estos servidores y los dirigentes organizar sus bases para de una vez por todas pedir la reorganización total de la empresa en cuestión.