Los Andes

A diario las páginas rojas de algunos medios de comunicación se tiñen de rojo, no por el aliento que estos medios tienen por la bicolor nacional, sino que son noticias que informan sangre, muerte, masacre, robo, hurto, abigeato, atraco, etc., todos provenientes del centro poblado La Rinconada. Al parecer este paraje andino que atesora una cumbre nevada preciosa es tierra de nadie, aunque exista allí una delegación policial y otros organismos centrales que nada hacen para identificar el hilo conductor del problema y sofocarlo de manera conjunta. Lamentablemente, este caos y desgobierno afecta a muchas familias que en algunas comunidades campesinas esperan la llegada del ser querido y este no llega ni llegará nunca.

Fuentes oficiales informan que por todos los asentamientos mineros de la zona, existen los varones del oro, estos inescrupulosos al parecer contratan a personas de dudosa reputación para que realicen trabajos de “vigilancia� por toda su área de dominio, lo que tienen que asegurar estos individuos (exconvictos y algunos delincuentes ranqueados como sicarios) son los negocios que se instalan y la atención que éstos brindan a los parroquianos, si alguno de estos comerciantes no cumplen con los requerimientos de estos individuos, lamentablemente tienen que pagar con algunas incursiones, incendios, ataques furtivos, amenazas e inclusive un tiro de muerte.

Ante esta vorágine de delincuencia organizada como mafia, los mineros informales, cachorreros, pallaqueras, no saben cómo asegurar sus exiguos ingresos por las largas jornadas de trabajo intenso; si osan salir de la zona con algunos gramos de oro, en algún paraje de la carretera un grupo de “efectivos� fuertemente armados los interceptará para luego apropiarse de todo lo que carguen en sus alforjas, las mujeres sufren ultrajes y si alguno se resiste, es cruelmente masacrado. En esta zona no tiene lugar alguno los efectivos policiales, es más estos agentes del orden tienen que mantenerse al margen si no quieren sufrir las consecuencias de las venganzas dirigidas. Por lo que urge implementar un sistema de investigación e identificación a los mentores de esta forma de vida fácil violando la ley y desbaratarlos secuencialmente, porque los únicos perjudicados son humildes familias.