Los Andes

Con el ingreso indiscriminado de las unidades vehiculares de segundo uso durante el decenio fujimontesinista, las calles de atiborraron de unidades móviles que no cumplían con los requisitos mínimos de seguridad, hubo demanda de conductores y el autoempleo se puso de moda. Comienza ahora el cadalso para el transeúnte, porque el libre mercado hace que los choferes y cobradores sean “contratados� (explotados) con una simple conversación, no gozan de ninguna seguridad laboral y para lograr ganar la mayor cantidad de dinero no tienen en cuenta la seguridad vial y las calles de las diferentes rutas los convierten en velódromos (guerra del centavo) y cualquier aspecto de “formalizar las empresas� de transportes, lamentablemente para los propietarios de las empresas cascarón (vientres de alquiler) es una ofensa el querer formalizar las rutas y que las empresas cumplan con algunos requisitos mínimos.

El problema de los transportistas en la ciudad de Puno parece que fuera una necesidad de neutralizar cualquier reordenamiento y cumplimiento de la ley por parte de las empresas de transportes, entendiendo que no existe una sola empresa de transportes y las que existen son una forma de asociación ilícita para delinquir y aprovecharse de las necesidades económicas de los choferes, cobradores y controladores, además de los inquilinos de ruta. Ahora bien, todos los usuarios de los vehículos que hacen servicio público de pasajeros, somos conocedores que lejos de conducirnos con seguridad a nuestros lugares de origen, éstos empresarios parecen tener licencia para trastocar las normas de tránsito (se estacionan donde mejor les parece, hacen bajar cuando están en el segundo carril, ponen música estridente y chillona,…) y la tranquilidad del usuario, por lo que el municipio provincial de Puno debería declarar en emergencia el transporte público de pasajeros para luego reorganizarlos.

Si los empresarios del transporte público de pasajeros tienen la urgencia de hacer renunciar en el cargo al gerente de transportes de la comuna puneña y luego se comprometen a cumplir con la ley y las disposiciones legales pertinentes, entonces el señor alcalde puneño debería firmar la remoción del referido gerente e inmediatamente reorganizar este rubro. Porque la ciudad de Puno sufre de un transporte caótico y las estrechas calles del centro histórico se coinvierten en atolladeros, sumado a la colocación de semáforos el tránsito se ralentiza. El principal problema a solucionar es sobre las empresas de transporte de taxis, para luego incidir en las empresas que hacen rutas en las diferentes arterias y barrios de la ciudad, caso contrario continuaremos viviendo un caos atosigante.