Los Andes

Las historias de toda la vida, hechas literatura, son recreadas amenamente. Una cantidad de niños observan atentos a los actores o al cuentista, quien con mímica, movimientos característicos de los animales a los que representa y una expresión vocal intensa, así como un timbre especial para la personificación de manera hilarante, va engatusando a los niños, los que también participan y se identifican con los personajes del cuento. Este es verdaderamente un espectáculo; lástima que no esté siendo promocionado ni explotado adecuadamente. Esta experiencia la tuve en la Casa de la Cultura; las madres apuradas llevan a sus menores y lejos de marcharse se quedan para participar junto a sus hijos, tal vez este tipo de actividades se podría promocionar más y además estaríamos sembrando nuevos actores, porque los entusiastas “cuentistas� merecen el reconocimiento y por ahora ese reconocimiento es el aplauso, las risas y la atención que prestan los menores.

Por ahora los cuentacuentos son estudiantes de pedagogía. Esta bonita experiencia tendría que ser irradiada en todos los barrios urbano marginales, pero hace falta un apoyo y ese apoyo tiene que provenir por ahora del sector Educación o del propio Municipio Provincial de Puno. Los cuentistas no piden mucho, sino un apoyo logístico y algunos incentivos para que los menores que asisten se lleven un recuerdo. Ese recuerdo tendría que ser el inicio de lectores, porque lamentablemente estamos viviendo la era de lo audiovisual, y los menores en edad escolar se han convertido en esclavos de la computadora y los juegos en tercera dimensión.

La verdad es que los cuentacuentos deben multiplicarse, porque no solamente es contar cuentos, sino también los “cuentistas� van enseñando los textos de los cuentos que se han interpretado. Se hace un diálogo, los niños se divierten y comienzan a exteriorizar sus conocimientos; otros se interesan por la lectura y a decir de muchas madres de familia, desde que esta temporada de los cuentacuentos se ha aperturado, su niño que en el colegio era tímido y huidizo, en unas cuantas semanas ha cambiado su comportamiento y en la casa quiere leer más cuentos; además, en el colegio comenzó a participar con entusiasmo. Esta experiencia debería ser replicada con más intensidad. Felicitaciones a los amigos que hacen de actores, explican los personajes de los cuentos y además interactúan con los menores.