Festividad de la Candela en efervescencia


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Escribe: Los Andes | Opinión - 05 Feb 2017

“La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria es una de las advocaciones marianas más antiguas de la Virgen María, su fiesta se celebra en toda la iglesia católica el 02 de febrero. (…) La festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno desde una posición euro centrista deviene de la fiesta de la Candelaria o fiesta de la Luz y tuvo su origen en el Occidente antiguo con el nombre de ‘encuentro’, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial. La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la Fiesta de la Luz y la fiesta de las candelas, todos estos nombres expresan el significado de ‘Cristo la Luz del Mundo presentada por su madre en el templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas’, de donde se deriva la advocación de la Virgen de la Candelaria”. Fiesta de la Virgen de la Candelaria. Orígenes. J. Velasquez/ O. Aramayo.

La festividad en honor a la patrona puneña data desde los orígenes de la Iglesia Católica e impera la imposición de la Candela como símbolo de vida y luz. Pero en nuestra zona con un imperio español avasallante, las conjeturas de las deidades religiosas católicas son resistidas, aunque la curia eclesial de algunas congregaciones religiosas lograron “insertar” en el imaginario mental andino la idea de Cristo y las tendencias de convivencia social cambiaron, aunque siempre los conocimientos nativos estuvieron presentes en los “indios” oprimidos, lo que constituyó la instauración de una resistencia tenaz del imaginario andino y los nuevos conocimientos del mundo religioso. Este trabajo fue más eficiente en la ciudad de Juli, donde los párrocos se hicieron comprender mejor por los nativos y ellos trataron de comprender de las formas más eficaces al nativo, de ello se desprende más de una publicación que registra la identidad Aymara –Arte y Grammatica muy copiosa de la Lengua Aymara (1603); Arte Breve de la Lengua Aymara para Introducción del Arte Grande de la misma Lengua (1603); Vocabulario de la Lengua Aymara (1612); Arte de la Lengua Aymara. Con una Silva de Phrases de la misma lengua y declaración en Romance (1612), Libro de la Vida y Milagros de Nuestro Señor Iesu Christo en dos Lenguas. Aymara y Romance (1612) Confessionario muy copioso en dos lenguas Aymara y Española, con una instrucción acerca de los Siete Sacramentos de la Sancta Yglesia y otras varias cosas (1612) – el mismo que es bibliografía obligada de cualquier lingüista moderno.

Pero la festividad en honor a la patrona puneña trascendió los umbrales de la región y se convirtió en un patrimonio de la humanidad global. “La Festividad de la Virgen de la Candelaria, celebrada cada mes de febrero en la ciudad de Puno, incluye actividades de carácter religioso, festivo y cultural, que dan cuenta de las tradiciones católicas y de los elementos simbólicos de la cosmovisión andina. La fiesta se inicia a principio del mes, con una misa al amanecer, seguida por una antigua ceremonia de purificación. Un acto litúrgico a la mañana siguiente continúa con una procesión religiosa, donde la imagen de la Virgen es llevada en alto por la calles, acompañada por música tradicional y danza. La festividad continúa con dos concursos que convocan a varios miles de danzantes y músicos de toda la región. Los practicantes principales son habitantes rurales y urbanos de la región Puno, pertenecientes a los grupos étnicos quechua y aymara. Muchos emigrantes de Puno también regresan a participar, reforzando el sentido de continuidad cultural. Tres federaciones regionales de practicantes cooperan en la organización de la festividad y preservan el conocimiento tradicional y los saberes asociados a la danza, la música y la confección de máscaras. Los ensayos y los talleres de confección, son el espacio donde estos saberes se transmiten a las generaciones más jóvenes. La festividad se clausura con una ceremonia para la Virgen, una parada de veneración y misas de despedida”. Así reza en los considerando de la declaración como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Luego prosigue: “Decide que, por la información incluida en el expediente, la nominación satisfice los siguientes criterios para inscripción en la Lista Representativa”: “Al combinar rituales religiosos con tradición musical, danzas y artesanía, la Festividad de la Virgen de la Candelaria, reúne a las comunidades quechua y aymara de Puno y de la región circundante, las que heredaron este conocimiento y saberes de sus mayores y los transmiten a los jóvenes, otorgándoles un sentido de continuidad y pertenencia”. “Su inscripción en la Lista Representativa puede contribuir a la toma de conciencia respecto a la habilidad que tiene el patrimonio cultural inmaterial de crear espacios de intercambio y cohesión social; así como de celebración de la diversidad de creencias religiosas y expresiones culturales, como testimonio del respeto y el diálogo entre comunidades”.

“Las medidas de salvaguardia que reflejan el esfuerzo conjunto y el compromiso de las asociaciones comunales, de las instituciones del gobierno local, regional y nacional, así como de las universidades, incluyen actividades de formación y promoción, elaboración de inventarios e investigación”. “La Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno, junto con las asociaciones comunales, los gobiernos locales y regionales, así como las instituciones académicas, participaron en todas las etapas de la elaboración de la nominación; las comunidades involucradas otorgaron evidencia de su consentimiento libre, previo e informado”. “La Festividad de La Virgen de la Candelaria de Puno fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación en el 2003 por el Ministerio de Cultura; estas declaratorias están respaldadas por el expediente preparado por los portadores de la comunidad involucrada”.

Por los fundamentos expuestos líneas arriba, la comisión nominada decidió que se “Inscribe La Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. “Toma nota de que la música, las danzas y las artesanías, no son el objeto principal de la nominación, como se indica en el expediente, y que las expresiones asociadas con la Festividad de la Virgen de la Candelaria de Puno, son compartidas por las comunidades andinas de la región”; y que “Recuerda que la inscripción en la Lista Representativa no implica exclusividad”. Por lo tanto, nosotros como ciudadanos estamos obligados a cumplir con los aspectos claramente deducidos en la resolución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), organismo adscrito a la Organización de las Naciones Unidas.

Si los ciudadanos puneños y puneñistas entendieron que todas las características innatas a cada danza fueron reconocidas como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, estamos seguros de que faltan a la verdad, porque la festividad en honor a la Virgen de la Candelaria es patrimonio de la Iglesia Católica y la ciudadanía rinde culto a la imagen sagrada del redentor, se puede colegir que la curia religiosa entronizada en el Obispo Carrión Pavlich es el responsable de todo los acontecimientos religiosos y del rito sagrado que puedan ejercer libremente los danzarines; además, la Federación Regional de Cultura y Folklore debería tener un nexo indesligable y casi co organizacional de todos los aspectos propios a la Festividad de la Candelaria con el Obispado de Puno y no creemos que el libertinaje propio de la población juvenil sea saludados fervientemente por la curia, por lo que se deberían poner los puntos sobre las íes, sin esto querer decir que los religiosos deben mandar y esa orden debe imperar a pie juntillas, como siempre todo extremo es perjudicial, pero lo que debemos hacer los puneños y puneñistas que amamos las tradiciones culturales es salvaguardar la nominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a todas costa.

Dialogando con reconocidos danzarines puneños sobre la trascendencia cultural de las danzas originarias o nativas con las mestizas, muchos dijeron que la esencia de la resistencia cultural andina está en las danzas provenientes de las comunidades nativas u originarias, porque esas interpretaciones musicales y movimientos coreográficos perduraron desde la aparición de las culturas en la altiplanicie, por lo que las danzas nativas o autóctonas deberían ser consideradas como de primer orden y no como hoy, cuando al parecer son soslayados a un nivel inferior, porque prevalecen las danzas mestizas.

La incursión de la religión católica para los pobladores andinos, lejos de ser un estímulo de cambio y justicia social, fue un elemento extorsionador y de sojuzgamiento, fueron los curas de la época los principales jueces, verdugos y explotadores de sus congéneres andinos, lindando con sombríos días y funestas muertes a los nativos que osaban adorar a sus dioses tutelares según la cosmovisión andina, el sincretismo cultural estuvo manchado de sangre inocente, que ignoraba la lecto escritura y solo su precaria sapiencia de la divinidad fue su refugio. Literalmente, la entronización de la imagen advocada de la Virgen María (madre de Cristo) en el altiplano andino tiene orígenes nebulosos, cada historiador trata de vislumbrar un derrotero valedero, pero lo cierto es que la efigie de la Virgen María de la Candelaria pudo ser una copia de la patrona de Copacabana y como los hispanos tenían categoría social alta suponemos que esta imagen fue entronizada en el templo de los mistis, como ocurría en la época.

La protohistoria religiosa de la ciudad de Puno nos indica que durante la sublevación de Túpac Amaru II, la Villa de Nuestra Señora de la Concepción San Carlos de Puno fue sitiada por las huestes rebeldes, y ante el inminente ataque, los indios defensores de Puno sacaron en procesión a la imagen de la Virgen de la Candelaria, lo cual provocó pánico entre los sublevados, logrando dispersarlos en retirada. En este punto del relato no existe coherencia, porque primero era posible que los indios tuvieran una imagen sagrada femenina en el templo destinado a su adoración (templo San Juan) o que por la categoría de la clase social, esta imagen sagrada estuviera en el templo mayor (Catedral) y que los procesionantes de la imagen sacrosanta no eran los indios, pero sí con todo el linaje a borbotones porque sus vidas corrían peligro, los propios hispanos fueron los que recorrían la procesión, teniendo en cuenta que los nativos collas eran considerados animales.

Esta acción “milagrosa” fue el punto de partida de la fe religiosa en común de propios y extraños, hasta llegar a nuestra época, donde la fastuosidad y el derroche de energía y dinero es colosal, no importando el nivel de alimentación ni la calidad de vida, todo en homenaje a la Madre de Cristo, quien en cada momento nos guía, bendice y protege. Más aún ahora, que esta festividad es uno de los acontecimientos trascendentales de Latinoamérica, por lo que es de gran responsabilidad proteger y valorar cada año que pasa. Con la Entronización del papa Francisco, la multitudinaria población Andina (continente americano) siente a la religión Católica como suya, y esta religión tan venida a menos está virando a la popularidad, sus actos populosos son vitoreados y la vida franciscana que evoca, hace que algunas posturas contradictorias a las decisiones populares efectuados por sus hermanos de religión tengan un sesgo anti popular.

Primero, porque existe una forma de mando infranqueable del obispado y su iglesia contra la fe popular, claro que el señor obispo toca el sentimiento cuando en sus homilías llama la atención de la vida mundana y pagana de los católicos y que la veneración a la virgen no solo debiera ser un día del año sino que todos los días, o que simplemente algunas empresas lucren con la embriaguez y la lujuria. O, en segundo término, el guía religioso en el obispado de Puno se muestre reacio a acceder a las peticiones del populorum, el mismo que lo hace antipático y en tercer aspecto una obra pedida a gritos sea objeto de crítica mortífera por solamente vislumbrar un panorama político, teniendo en cuenta que la avenida Simón Bolívar es una gran opción de desconcentración del tugurio que significa las calles céntricas de la Ciudad Lacustre, y que el sistema de arborización sea en las laderas y no en esta avenida y muchas otras donde las áreas verdes son urinarios públicos, botaderos de basura e incluso los arbolitos se muestran tísicos y malformados.

Que la festividad sea un punto de partida para el desarrollo, y este desarrollo no puede ser explotado por algunos empresarios abyectos al poder económico; que la población escuche a su obispo y su obispo se ponga en la camisa de los feligreses. Esta cohesión hace falta, porque solo con la visión de la población se lograrán objetivos insospechados. Que la Madre Celestial María de la Candelaria nos ilumine e ilumine a sus fieles es una gran responsabilidad que hemos asumido, porque la festividad de la Candela no solo pertenece a los puneños y puneñistas: es global y patrimonio de la humanidad. No sigamos viviendo la oscuridad del inicio de la advocación, sino el presente y el futuro que nos espera.


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