Los Andes

“En el año 2015, el 21,8% de la población del país se encontraba en situación de pobreza monetaria al tener un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo (compuesto por alimentos y no alimentos). La pobreza comparada con la del año 2014 disminuyó en 1,0 punto porcentual, es decir, 221 mil personas dejaron esta condición; informó el Jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la pobreza disminuyó en 9,0 puntos porcentuales, es decir, 2 millones 285 mil personas dejaron de ser pobres�. Así reza un informe oficial emitido por el INEI, aunque aparentemente la vida en el sector rural de las comunidades de Puno es mucho más crítica y álgida, pese a que tienen el apoyo pecuniario de los diferentes programas sociales. Y es que la producción agropecuaria descendió en más del 80% de las cifras normales, teniendo como principal escollo los arrebatos lacerantes del cambio climático.

Si logramos acceder a los documentos que se manejan en los diferentes programas sociales que son administrados por los gobiernos locales y el centralismo capitalino, podremos entender de mejor manera el caos y la miseria de nuestros compatriotas rurales; existe un crecimiento geométrico de las madres solteras en edad post escolar o menores de edad, quienes ven como salvación a sus necesidades ser consideradas como socias en los comedores populares, comités de vaso de leche, etc., y realmente logran vivir casi en la comodidad, pero lo pernicioso es que abandonaron el campo solamente para el pastoreo del ganado raquítico que crían porque las entidades pertinentes (Dirección Regional Agraria, Senasa, Pecsa, entre otros) solo tienen labor de gabinete y nunca operativizan planes y programas de transferencia de tecnología, como sí es común ver a los extensionistas moqueguanos en las zonas de frontera.

En estos momentos, Puno está sufriendo una feroz etapa seca e insolación solar, a tal punto de que las pocas pozas de agua en las zonas altoandinas ya se secaron y las sementeras familiares fueron arrasadas por las heladas o bajas temperaturas, el pasto destinado para la ganadería de subsistencia está quemado y pronto habrá una mortandad de animales de crianza mayor y menor, con lo que el caos y la miseria cundirán, sin que hasta la fecha las autoridades competentes y desde el propio Gobierno Regional se lograron articular planes y programas de contingencia ante la arremetida climatológica; es más, desde los representantes de cada provincia al Consejo Regional, la misión es solamente blindar los actos delictivos del ejecutivo regional o simplemente festinar con algunos puestos de trabajo para los familiares en alguna OPD y cualquier intento por emitir propuestas de apoyo para redimensionar la pobreza del campo, seguro que será petardeado por ese oficialismo crematista y medroso. Los informes oficiales del INEI, pues, no son creíbles, ya que cuando uno visita el campo, la extrema pobreza es alarmante.