Los Andes

Alasitas, una palabra oriunda del ande, una feria inusual y lejos de la realidad. Muchos religiosos la encasillan desde el punto de vista religioso católico, pero Alasitas es un lugar de ensueño, donde cada ciudadano. con los pocos soles que tiene en el bolsillo, puede ser dueño de una gran fortuna. Comprar miniaturas es una forma de acaudalarse. Las personas suelen adquirir casas, carros, títulos de propiedad, títulos profesionales, alimentos de todas las marcas y todo tipo de semovientes; lo más interesante es la challa u ofrenda a lo adquirido. Se hacen compadres y comadres, para luego llevar ese producto adquirido al pie de la Cruz de Mayo. Es una ceremonia ritualizada con costumbres andinas; lo religioso católico se entremezcla con la creencia de lo natural de esta parte del país; por ello, esta festividad de las Alasitas fue declarada por el Ministerio de Cultura como “Patrimonio Cultural de la Nación�.

Las Alasitas, para el poblador andino, es la reafirmación de su identidad; con el arte grotesco que evoca en sus miniaturas infiere un conocimiento ancestral de cultura. Cientos de artesanos de todas las modalidades preparan sus productos en miniatura durante todo el año y es en esta feria donde hacen “caja� para seguir subsistiendo; los pobladores de las principales ciudades del altiplano reconocen al Ekeko como un Dios de la fertilidad. A este sujeto humanoide le rinden culto y pleitesía, no se sabe cómo ni cuándo el Ekeko fue entronizado dentro del mundo mágico religioso andino, pero sí existen vestigios de que tiene como origen alguna zona de nuestro altiplano peruano.

En las Alasitas se mueve ingente cantidad de dinero, los artesanos no necesariamente son los que ganan más, sino que otros grupos que tienen otros intereses se ponen a armar carpas donde expenden parrilladas, chancho al palo, polladas y otros platos exquisitamente preparados. Entonces, las Alasitas, por su contenido temático, que es mágico religioso, es único e inusual, emite cultura e irradia contenido cultural.