Aduviri, el fenómeno electoral: ¿Podríamos tener presidente regional en primera vuelta?


Votación: 177 votos

Escribe: Rolando Waldo Gómez Poma | Política - 14 Sep 2014


Apelando a la identidad cultural andina, vociferando propuestas ladinas y amorfas en cumplimiento, discriminando color de piel, identidad lingüística, existe un voto cerrado a favor del encausado judicialmente por dirigir los latrocinios y actos contra la propiedad pública Walter Aduviri, y si todo transcurre como hasta la fecha, la región Puno en primera vuelta, este personaje sería ungido como mandatario regional, ante el sopor de sus contendores, abierta intromisión de opinólogos internacionales y sobre todo la injerencia directa de JP Morgan que es un banco de inversión americano, que consideró al futuro político de Puno “implicaría un escenario aún más difícil para los proyectos mineros en la región” en referencia a que en una virtual elección de Walter Aduviri podría haber un retraso en la inversión aproximada de US$ 1,100 millones en proyectos mineros, lo que para el sector minero nacional Puno sólo representa el 1.2 %, pero que podría ser vital para seguir con el crecimiento económico de la región Puno.

Pero, el panorama electoral regional es peculiar en esta etapa del proceso, porque existe una millonaria inversión económica, donde los cuatro contendores con mayor aceptación ultiman detalles para captar a la población indecisa o que no tiene identificación de voto puedan cambiar de opinión y decidirse por alguno de ellos, es aquí donde ingresa la campaña personalizada de captar adherentes; extraoficialmente se conoce que ya se conformaron grupos de seguimiento especializado tan igual o similar que los denominados “ponchos rojos bolivianos” quienes con un sistema de adoctrinamiento etno cultural invocan al voto por el dirigente antiminero, no quedándose atrás los demás candidatos, quienes utilizan a algún grupo desalineado del antaurismo etno cacerista, quienes también pululan en las ferias y comunidades campesinas con propuestas sin futuro político cierto.

Estando en democracia, somos nosotros los electores quienes delegamos el poder a un ciudadano que se considera como el más representativo, el que podría hacer valer nuestras necesidades y asumir responsabilidades frente a otras realidades regionales, aquí la prognosis del Contrato Social se pone de manifiesto, pero el problema es si los lineamientos políticos esbozados para acceder al poder serán cumplidos en todas sus letras, o simplemente será parte del criollismo enigmático de los políticos tradicionales que nunca olvidaremos (Alberto Fujimori ingresó al poder propugnando una continuidad de la política económica, y ganó las elecciones a Vargas Llosa que propuso el paquetazo, lo propio ocurrió con Alan García quien plazas se declaró enemigo abierto a los tratados de libre comercio, estando en el poder ratificó lo negociado por Alejandro Toledo y convivió en la Constitución que la consideraba espuria, ni qué decir del actual mandatario nacional que en calles y plazas se declaró enemigo acérrimo de las empresas transnacionales y hoy en el poder renegoció con la Telefónica, firmó contratos que atentan contra el estado de derecho en el caso del Gasoducto Sur Andino y otras muchas perlas más), por ello debemos ser conscientes que ya se vislumbra la elección de un candidato con aires hitlerianos, y está en boca de todos nuestros congéneres andinos, quienes no tienen atisbo de entendimiento ideo político y sí un corazón de aymara que requiere una voz de aliento liberador.

Ahora bien, está de moda el término la Nación Aymara en busca del poder, colegimos entonces que la geopolítica y la teoría de Estado como ciencia política, resume que la nación es “una comunidad humana con nombre propio, asociada a un territorio nacional, que posee mitos comunes de antepasados, que comparte una memoria histórica, uno o más elementos de una cultura compartida y un cierto grado de solidaridad, al menos entre sus élites, una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana” no aludiendo a alguna especificación territorial básica, empero su matiz principal sería el lenguaje, entendemos que es por ésta peculiaridad lexicográfica nuestros coterráneos Aymaras han idealizado que es momento de inducir al cambio, proponiendo una nueva forma de gobierno que para muchos de nosotros distan mucho de la realidad, pero al parecer sería insostenible en el espacio y en el tiempo.

Pero en las ideas políticas toda propuesta es debatible, la concertación es para seguir un derrotero, por ello el candidato Juan Luque, por sus propias inexactitudes está perdiendo soga y cabra, parece que sus asesores políticos no llegan a explicar de la mejor manera sobre las propuestas al susodicho candidato, quien es proclive a cometer errores en las propuestas, que para la población casi siempre es un error gravísimo, aunque para sus militantes convictos y confesos no, existen personas también de las filas de este candidato que ahora están pululando en las proximidades de Walter Aduviri, con lo que entendemos que la traición está a la vuelta de la esquina y el afán de llegar al poder está imperando más en algunos personajes. Lo propio está sucediendo con el candidato Lucio Ávila, quien no tiene techo por subir y que raudamente alguno de sus ocasionales aliados ya buscaron cobijarse en la casita; en este aspecto sus propios partidarios aseguran que en ocasiones el candidato es muy enérgico en sus decisiones y no tiene la capacidad de escuchar y de ponerse en la posición de su interlocutor, tiene buenas propuestas pero ese “autoritarismo” no le favorece.

El fenómeno Aduviri está en alza, existen disputas férreas entre los tres candidatos que salen liderando las encuestas, (algunas encuestas aparentemente dirigidas por algún candidato o que no dan signos de credibilidad están poniendo en tela de juicio la imparcialidad de otras encuestadoras que sí realizan un trabajo serio y que cuentan con la documentación legal pertinente para el rubro); cada cual trata de bosquejar su mejor alternativa, si tienen que bailar bailan, cantan o simplemente lloran, dentro de ellos podría haber un hartazgo entre el electorado por la ingente campaña demostrada hasta el momento; faltan dos semanas y nada raro podría ser el despunte del candidato que demostró idoneidad en su comportamiento y ese candidato es Alberto Quintanilla, quien en todos los frentes hizo gala de franqueza, sobriedad y sobre todo no tiene un aparato millonario de campaña. Luego de estos candidatos, en esta contienda electoral regional y municipal, más de una agrupación política dirá adiós a su inscripción por no pasar la valla electoral propugnada por el ente electoral. Salvo mejor parecer.


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