La deuda de Ollanta Humala con la región Puno


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Escribe: GERMÁN ALEJO | Política - 28 Jul 2016

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Un total de 480 mil 930 puneños apoyaron en el 2011 al ahora saliente presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, con la esperanza de que la región Puno iba a ser atendida como corresponde durante su mandato; sin embargo, los hechos y la realidad contrastan con lo que ofreció en ese entonces.

GRAN TRANSFORMACIÓN

En el prometedor plan de la “Gran Transformación”, que pregonaba y presentaba Humala Tasso en sus visitas a nuestra región, incluyó la ejecución de varios proyectos, así como las soluciones posteriores. Ahora revisamos las promesas que se consideraban en este documento.

En su diagnóstico sobre el acceso a los servicios básicos, refería que en la región Puno un 51.5% de habitantes del departamento no tenían acceso al servicio de agua potable, y prometía cambiar esa situación. ¿Lo cumplió? Tanto en Juliaca como en Puno no hubo inversión nacional en este tema, solo inversión local que trató de mejorar esta situación.

En el aspecto de la red vial del núcleo infraestructural, Ollanta prometía en su plan un megaproyecto, en el que decía: “El tren corre por la vía férrea, que es alimentada por energía eléctrica a través de los pantógrafos, y tanto la fibra óptica como las tuberías de gas se instalarán debajo o al costado de la vía férrea”.

Dentro de este corredor la región Puno estaba incluída en la longitudinal Nro. 3, que proyectaba conectar Santa Teresa, Iquitos, Nauta, Requena, Contamina, Pucallpa, Ollanta, Atalaya, Camisea, Quillabamba, Cusco, Urcos, Sicuani, Juliaca, Puno, Yunguyo, Zepita, Desaguadero. Ni siquiera comenzó el proyecto.

Otra de las promesas que incluía en su plan de gobierno, era aprovechar el uranio existente en el ámbito de la provincia de Carabaya. Dentro de sus promesas decía: “Hay recursos uraníferos disponibles en reservas probadas en Macusani-Puno de 3,580 Tm y 3,720 Tm en reservas estimadas, que serían explotadas no solo para atender la creciente demanda energética nacional sino también la internacional en el futuro próximo, desde su extracción hasta su procesamiento como uranio combustible”. Simplemente quedó escrito en el plan.

Asimismo, se refería al aeropuerto internacional Manco Cápac de Juliaca, criticando las concesiones que el gobierno de ese entonces otorgaba, sin considerar que son actividades estratégicas que están directamente relacionadas con el desarrollo y la defensa del país.

En esa línea, ofrecía aprobar las leyes necesarias que incentiven el desarrollo infraestructural de la aviación comercial del país y, consecuentemente, impulsar la construcción de aeropuertos, aeródromos y pistas de aterrizaje, dotándolos de mecanismos de control aéreo, aduanero y funcional. Ni siquiera lo pensó.

También citó a Puno cuando en el plan de la Gran Transformación abordaban el mercado de trabajo, derechos laborales, empleo e ingresos, denunciando la existencia de graves violaciones al convenio sobre trabajo forzoso en las minas de Puno y Cusco (sistema de enganche) y lavaderos de oro de Madre de Dios. Fracasó la formalización minera.

Finalmente, en ese plan abortado, citó a Puno con el propósito de beneficiarlo con la reorientación de programas sociales. “Tampoco ha llevado a dar mayor impulso a proyectos exitosos como Marenass y el Corredor Puno-Cusco”, se quejaba, pero simplemente quedó en palabras.

CAMPAÑA POLÍTICA

En la campaña electoral del 2011, Ollanta Humala llegó en varias oportunidades a la región prometiendo una serie de proyectos, quizá con la finalidad de contentar las expectativas de la población o por sugerencia de algún asesor.

Uno de los ofrecimientos más llamativos, a propósito de las heladas, fue el de dotar tecnología a los criadores de auquénidos, para contrarrestar las bajas temperaturas; sin embargo, han pasado cinco años de su gestión y los ganaderos siguen sopesando la triste realidad.

“El Perú tiene oro; pero el oro se está saliendo fuera del país. Y las bóvedas están llenas de billetes, de papeles; pero no de oro. El Perú tiene plata, tiene cobre, es decir, es un país rico, maravilloso; pero también hay mucha pobreza”, repetía Humala en sus discursos de campaña.

Entre los ofrecimientos que lanzaba en sus mensajes de campaña, destacaba lo de iniciar un proyecto integral de descontaminación del lago Titicaca. “No puede ser que nuestro Lago Sagrado, de donde emergieron los fundadores del Tahuantisuyo, se encuentre contaminado”, agitaba en la plaza de Puno. No hizo nada.

MENSAJES A LA NACIÓN

El 28 de julio del 2011, Ollanta Humala se dirigía al país en su primer mensaje presidencial, y quizá anticipaba lo que le tocaba a Puno, pues no pronunció algún proyecto favorable a la región; aquella vez habló de lineamientos y políticas generales, considerando que arrancaba su gestión al mando del país.

En el mensaje del 2012, el presidente se refirió por una vez a la región Puno y decía lo siguiente: “Articulando esfuerzos con el sector privado y con los Gobiernos Regionales, presentamos ante este Congreso un Proyecto de Ley para lograr la masificación del gas natural a nivel nacional, priorizando la atención de las zonas altoandinas más deprimidas, como Junín, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco y Puno”. Pese a ello, finalmente ni el gasoducto ni el plan de traer gas boliviano se ha concretado.

En 2013, otra vez sufrimos el desplante del presidente Ollanta Humala, quien había recibido el apoyo de cerca del 80% de puneños. Ese año en ningún momento pronunció la palabra Puno, ni otra provincia de la región, reiterando que masificaría el gas en el sur del Perú.

En el mensaje del 2014, la región fue nombrada como resultado de una intervención que realizaba. Ollanta decía: “Como consecuencia de las acciones de interdicción minera, hemos logrado erradicar el 70% de esta actividad ilegal en Madre de Dios y el 90% en la zona de la cuenca alta de los ríos Ramis y Suches, en Puno”.

Además, en ese discurso sostuvo: “La Carretera Longitudinal de la Sierra recorrerá las regiones andinas de punta a punta, de Piura a Puno, conectando a más de 13 millones de peruanos de 12 departamentos. El Tramo 4 conectará Huancayo y Abancay, pasando por Huancavelica y Ayacucho. El Tramo 5 conectará Puno y Cusco, pasando por Urcos, Sicuani, Calapuja, Puno, Ilave y Desaguadero”. De momento queda solo en proyecto.

En el discurso presidencial del 2015, mencionó a Puno cuando habló del programa nacional de Tambos, anunciando que ejecutaría más de 140 millones de soles construyendo Tambos en el VRAEM, en el Alto Huallaga, zonas de frontera, en las cuencas de los ríos Putumayo, Tigre, Corrientes y Pastaza, así como en las regiones de Loreto, Amazonas, Cusco, Huancavelica, Puno, Apurímac, Ayacucho, Ancash, Cajamarca, Huánuco, Junín, entre otros.

Nuevamente se refirió al Gasoducto Sur Peruano, incluyendo a Puno: “Mi gobierno adjudicó la construcción del Gasoducto Sur Peruano, un mega proyecto que conducirá el combustible desde Cusco hasta la costa sur, pasando por Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno”. Arrancó aplausos con ello.

“Hacia finales de este año habremos adjudicado las concesiones para la distribución de gas en 6 regiones altoandinas y una de la selva, que es Ucayali. Estimamos que en el 2017 el gas natural llegará, para empezar, a 13 ciudades: Abancay, Andahuaylas, Huamanga, Huanta, Huancavelica, Jauja, Huancayo, Cusco, Juliaca, Puno, Quillabamba, Pucallpa y Padre Abad”, prometía. Al final quedaron solamente como promesas públicas que fueron aplaudidas en su momento.

Han pasado los cinco años de gestión del presidente Humala, y al final no se hizo mucho por nuestra región. Efectivamente, no se necesita ser analista para evaluar si ha retribuido o no al departamento que lo respaldó, creyendo en un proyecto más comprometido con el pueblo.


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