Región Puno espera que Ollanta Humala cumpla su promesa


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Escribe: Los Andes | Regional - 31 May 2016


Pese a que en reiteradas oportunidades el actual mandatario nacional, Ollanta Humala, se comprometió a descontaminar el lago Titicaca, a pocos meses de fenecer su periodo gubernamental, no levantó un sol de presupuesto del erario nacional para mitigar este problema.

Actualmente, por esta desidia, se está contaminando las otrora límpidas aguas del sistema endorreico del Titicaca, que parece ser una inmensa bacinica donde, por la fuerza de la naturaleza, desembocan todos los desechos humanos y elementos químicos utilizados por las industrias no reguladas por ley.

Por ello, la ciudadanía local, hoy y mañana acatará una paralización masiva y consciente, entendiendo que es la única forma de salvar lo ya avanzado por la empresa ejecutora del proyecto integral para la construcción de las plantas de tratamiento en las principales ciudades de la región.

Actualmente, el lago Titicaca es contaminado por diferentes focos contaminantes, entre las cuales las más usuales son las aguas servidas, los residuos sólidos y los relaves mineros; particularmente, en la bahía de Puno hay una descarga casi directa de las aguas servidas.

Este problema altera el medio ambiente, la salud de la población adyacente e, indirectamente, la actividad turística. Informes oficiales indican que al año 2012 solo se trataba el 59% de aguas residuales, de los cuales el 58% de la población tiene servicio de alcantarillado.

Esto hace que el volumen de aguas residuales supere los 5 millones de metros cúbicos, por lo que la construcción de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) se enmarque en los objetivos de la estrategia nacional de desarrollo e inclusión social (DS 008-2013-MIDIS).

Mediante los servicios de agua y saneamiento en las viviendas, como se sabe, se evitan enfermedades causantes de la desnutrición crónica infantil (EDAS); asimismo, con el acceso al servicio de agua y saneamiento, se mejoran las condiciones de vida y los activos de los hogares.

Dentro de las interpretaciones legales del propio Ejecutivo Nacional, se tiene la opinión legal del Ministerio del Ambiente y Ministerio de Salud, que reconocen la viabilidad de una empresa de gran envergadura para mitigar en una primera instancia la creciente contaminación del lago Titicaca.

Por ello, las PTAR garantizan por 30 años la operación y el mantenimiento de los desechos, reduciendo las alarmantes cifras que ahora contaminan el Titicaca y que, a decir del propio viceministro Francisco Dumler, “un 85% [es] a causa de los desagües domésticos”.

El año 2014, el presidente regional Mauricio Rodríguez hizo el anuncio de que para terminar con la contaminación del Titicaca, se logró un acuerdo con la empresa privada Graña y Montero, y que se podría invertir más de 150 millones de dólares en los estudios y la ejecución de las PTAR.

Los gobiernos locales tendrían que liberar sus códigos SNIP, con lo que se beneficiaría a por lo menos 800 mil habitantes de la región. Pero pronto vinieron las elecciones regionales y los candidatos comenzaron a urdir planes nefastos y negociados bajo la mesa, petardeando la iniciativa regional.

Esto a tal punto que el actual gobernador regional, Juan Luque Mamani, parece que dejó de lado su responsabilidad y está consumiendo su tiempo en ladinas acciones administrativas que no favorecen en nada la descontaminación del Titicaca.

Por su parte, el ministro Francisco Dumler, hace una semana, con motivo de sabotear la movilización regional, en la ciudad de Juliaca, solo hizo algunas atingencias respecto al proyecto presentado por la empresa privada y nunca se pronunció sobre los aspectos técnicos que necesitaban ser levantados.

Aunque la observación más saltante es la forma como se demuestra que la laguna de oxidación, que actualmente se encuentra en la zona el Espinar de la ciudad de Puno, está colapsada. Por lo que los “especialistas” del sector Vivienda y Construcción y Pro Inversión no tendrían claro cómo superar esta valla.

La única forma de levantar esta observación sería el veredicto de una empresa especializada del extranjero, aunque a simple vista se puede comprobar que nuestra bahía es un lodazal de impurezas humanas.

Si en una primera oportunidad, el propio ministro Dumler dijo que la obra se licitaría en el mes de mayo del presente año, hoy parece una mecida del Ejecutivo contra los intereses regionales.

Para los burócratas de Proinversión y Vivienda, no es válida la decisión congresal que aprobó la declaración de necesidad pública e interés nacional la construcción de la PTAR de la ciudad de Puno.

Por lo que la sociedad organizada decidió actuar muy al margen de las decisiones que tomen sus alcaldes y regidores, porque se sienten engañados por los políticos tradicionales y, sobre todo, por el señor Humala Tasso.

Este, gracias a la votación popular puneña, logró acceder a la primera magistratura nacional, pero ya en el cargo presidencial, se olvidó de sus propuestas y discursos placeros, dando la espalda a las justas reivindicaciones puneñas.

Ahora, cuando la población ha decidido movilizarse contra el centralismo asfixiante y contra las autoridades ediles, que dieron la espalda para que este proyecto se encamine, es notorio el discurso antiparo que maneja la autoridad local de la provincia de El Collao, quien antes fue secretario general provincial del partido que hoy gobierna el país.

Además, se suman voces de que otro alcalde estaría tomando posición contraria a la unidad, esto porque ya pactaron algunas “obritas” para sus jurisdicciones, no importando el saneamiento de nuestro medio ambiente.

Descontaminar el Titicaca es tarea de todos los puneños y puneñistas, es nuestra fuente de vida. Por tanto, la ejecución de las PTAR son una prioridad; este gobierno saliente tiene que asegurar la continuidad del proceso de ejecución del proyecto y destinar un fondo seguro para que esta obra no quede trunca.

Si se declara como política nacional, al menos los ciudadanos de esta parte del país tendremos una seguridad para la continuidad del proyecto de inversión, aunque, claro está, faltan etapas que cubrir, las mismas que tienen que ser supervisadas por técnicos especializados.


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