Los Andes

En 1943 se registró el nivel más crítico de descenso del agua en el lago Titicaca, llegando a descender 5 metros de altura, marca que este año podría ser superada, pues hasta el momento el nivel de reducción de las aguas del lago sagrado ya va en 4,5 metros de altura, según un informe del SENAMHI de Bolivia.

Hasta hace 15 años atrás, la temporada de lluvias solía iniciar en el mes de septiembre; sin embargo, en los últimos 3 años esta situación ya no es igual, pues el ciclo ha variado y ya no se sabe con exactitud cuándo volverán las lluvias.

Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) del vecino país de Bolivia, se viene sufriendo una sequía en toda la zona circunlacustre, tanto del Perú como de Bolivia, pues al no haber lluvias, el sector agropecuario está inminente a sufrir pérdidas irremediables.

Otro aspecto que preocupa a los agricultores de ambos países es que la ausencia de lluvias ha hecho que los principales ríos bajen su caudal y alimenten con menos cantidad de agua al lago Titicaca, el cual, en lo que va del año, ya ha disminuido 4,5 metros de altura, estando a punto de alcanzar el récord histórico registrado en 1943, el cual fue de 5 metros de altura.

El director del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia (SENAMHI), Félix Trujillo, explicó que la tendencia es que las aguas del Titicaca sigan bajando, situación que ya debe ser tomado en cuenta por parte de las autoridades de turno.

Por su parte, el Consejo Nacional para la Reducción de Riesgos y Atención de Emergencias y Desastres de Bolivia (CONARADE), alertó esta semana de que un descenso considerable del nivel del agua del lago puede provocar desequilibrios en la flora y fauna y afectar a la pesca, que es una de las principales actividades económicas de la zona.

AFECTADOS

Al menos 10 municipios que circundan al lago Titicaca, en el lado boliviano, sufren las consecuencias de la sequía, pues ya hay afectación en la pesca y la agricultura, revela un reportaje publicado por un medio de comunicación impreso.

Este medio visitó comunidades de siete municipios de las provincias de Manco Kápac, Los Andes y Omasuyos, donde sus pobladores ofrecieron detalles sobre los efectos de este fenómeno climático, el cual amenaza sumergirlos otra vez en la pobreza extrema.

"La sequía está cobrando su factura a Copacabana, cada año la orilla del lago recorre más al centro, los botes tienen que alargar con maderas los muelles, mientras que en los cerros la tierra está seca y hasta ahora no podemos sembrar", dijo el ciudadano Juan Carlos Mendoza, de la comunidad Yumani de Bolivia.

Delfina Apaza, secretaria de actas de Chuquicollo (Copacabana), indicó (según publica La Razón de Bolivia) que las marcas en las orillas de la bahía en el Santuario de Copacabana son las evidencias de la terrible sequía que se viene viviendo.

"En la playa, las señales son las piedras blancas que antes cubría el agua; en las paredes naturales, como los embarcaderos o construcciones para detener el caudal, quedan los musgos secos o una línea negra que demuestra hasta dónde llegaba el lago", dijo.

Del mismo modo, los pescadores bolivianos aseguraron que el lago Titicaca tiene unos 20 ríos que son afluentes, las cuales también disminuyeron su caudal debido a la sequía, situación que no es tomado en cuenta por ninguna autoridad.

El lago Titicaca está situado a 3 mil 800 metros de altura y ocupa una superficie de más de 8 mil 500 kilómetros cuadrados, sirviendo de frontera natural entre Bolivia y Perú, siendo además un atractivo turístico para ambos países.

El gobierno de Evo Morales, al enterarse de la situación, anunció esta semana que se activará el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) nacional que coordinará acciones con ministerios, prefecturas, alcaldías y la cooperación internacional para brindar atención en las zonas afectadas por la sequía.

En tanto, en el Perú, el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski y las autoridades regionales y locales, aún no se pronuncian sobre esta situación de la sequía, la cual viene afectando a los pobladores campesinos más pobres de la región Puno.

La única acción realizada este año para combatir la sequía fue en enero de 2016, cuando el gobierno, a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), declaró en estado de emergencia el lago Titicaca por el peligro inminente de déficit hídrico en sus fuentes naturales en los ámbitos de Juliaca, Ilave, Huancané y Ramis. Desde entonces, no hay más acciones.