Los Andes

El Poder Judicial admitió la acción de amparo que presentó la Procuraduría Pública Regional de Puno en contra del gobernador regional de Tacna, Omar Gustavo Jiménez Flores, y los integrantes del comité de selección de la licitación pública LP-SM-7-2016-GOB-REG.TACNA, para el Proyecto Especial de Afianzamiento y Ampliación Recursos Hídricos de Tacna.

En efecto, el Tercer Juzgado Civil admitió a trámite la demanda de acción de amparo que formuló la Procuraduría Pública Regional de Puno, en concordancia con los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil, y con el artículo 37 de la Ley 28237, que protege los derechos constitucionales amenazados, como es el derecho a un debido proceso y defensa reconocidos en la Constitución Política del Estado.

Luego que se conoció la formulación de acción de amparo en contra del mencionado proyecto, que impulsa el Gobierno Regional de Tacna, los integrantes del Comité Especial de Selección, decidieron suspender de manera indefinida el otorgamiento de la buena pro para conocer a la empresa ganadora, la cual iba a implementar Vilavilani II, fase I.

La demanda fue presentada por el Gobierno Regional de Puno, ante el Poder Judicial, con la finalidad de que se evite el otorgamiento de la buena pro a la empresa ganadora, lo cual estaba previsto para el pasado jueves 12 del presente mes, en la sede del Gobierno Regional de Tacna, hasta donde también se trasladaron los pobladores de la zona sur del departamento de Puno, en contra del citado proyecto.

Cabe recordar que el Gobierno Regional Puno, a través del Consejo Regional, se pronunció para que la Procuraduría Regional realice una acción de amparo; en mérito a esa disposición, Belinda Marisol Vilca Chávez interpuso la demanda en defensa de los habitantes de las zonas altas del departamento de Puno.

Dicha acción fue presentada a favor de los pobladores que habitan en la frontera con la región Tacna, que pretendía trasvasar las aguas de Puno para el proyecto Vilavilani II, fase I, lo cual afectará a los recursos hídricos y sobre todo tendrá un impacto ambiental negativo, fundamentalmente en contra de los bofedales que alimentan a los camélidos sudamericanos.