Thursday 18.04.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1983 días)
A escasos meses de las elecciones regionales y municipales, es necesario recordar lo que hacen los candidatos que llegan a la alcaldía. En este caso, el plan de gobierno que el burgomaestre sanromino Oswaldo Marín presentó al Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que es un verdadero tributo a la mentira.
La visión de desarrollo que se ha planteado la autoridad dice: “La provincia de San Román busca ser una ciudad más moderna, segura, saludable, limpia, verde y con oportunidades para todos sus vecinos”; pero lo que se observa actualmente es todo lo contrario.
En seguridad ciudadana, uno de los problemas álgidos de la ciudad de Juliaca fue, por ejemplo, llamar a todos los vecinos, sin exclusión, para que presenten buenas prácticas que resulten aplicables, premiándose las mejores de ellas, retomar las reuniones semanales del Comité de Seguridad Ciudadana con las demás autoridades, etc.
Considerando que Juliaca padece del problema del orden, la autoridad municipal estableció un acápite de ordenamiento y de respeto a la ley, y como muestra de que ello simplemente ha quedado en buenas ideas, está que planteó el ordenamiento de los paraderos, tanto de buses como de taxis, en las principales vías de la ciudad, y fomentar la mayor existencia de playas de estacionamiento en toda la provincia; cosa que no se concretó en absoluto, pues es evidente que ha aumentado la informalidad en cuanto al transporte.
Sobre el tratamiento de los residuos sólidos, el plan de gobierno de Oswaldo Marín planteaba la ejecución de una planta de industrialización de la basura como fuente de ingreso y opción laboral; pero de ello solo hay palabras y un conflicto social en la comunidad de Chilla, que hasta la fecha no se resuelve.
En el plano institucional, la gestión actual había proyectado la elaboración del Código de Ética Municipal, propuesta que también solo quedó en palabras.
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