Los Andes

La paciencia con que habla y explica todo lo que piensa respecto de algunos aspectos de su alma máter (la Universidad Nacional del Altiplano – UNA, de Puno), hacen de Franz Zirena Vilca, doctor en Ciencias por la Universidad de Sao Paulo (Brasil), un hombre sin tapujos, que no le tiene miedo a decir las cosas como son, ni al cambio.

“No existe una política real de investigación científica en la universidad. Se dice que la UNA hace investigación; y sí, es verdad, la hace, pero no como debería. Falta que las tesis que se hacen se transformen en artículos científicos publicados en revistas indexadas�, dice en determinado momento.

Esta franqueza, que en su voz suena a consejo, resulta aleccionadora para todos aquellos que lo escuchan y son sus alumnos en las diferentes aulas donde imparte lecciones (en la UNA Puno, donde es profesor visitante, así como en universidades de España, Japón, entre otras; y en Brasil, también, donde actualmente reside y trabaja).

Egresado de la primera casa superior de estudios de Puno, Zirena Vilca es investigador en el laboratorio de Ecotoxicología del Centro de Energía Nuclear para la Agricultura de la Universidad de Sao Paulo-Brasil, donde realiza importantes trabajos para el desarrollo de zonas diversas de Latinoamérica y el mundo.

En ese sentido, recomienda “que la universidad implemente una política de desarrollo científico real. La universidad debería buscar alianzas estratégicas con grupos de investigación que hacen ciencia de verdad; grupos de investigación que siempre están produciendo artículos científicos�.

Ahora que está en Puno, es menester indicar, este destacado investigador puneño aprovechó para presentar su libro “Ciencia, una loca pasión�, que editó y publicó la UNA Puno, y en donde reflexiona acerca de “qué es lo que le falta a la universidad�. “Un aspecto, por ejemplo, es que no se eligen autoridades que tengan visión científica, sino autoridades con visión política�, sostiene.

Finalmente, Zirena Vilca se refiere a la humildad: “Varios profesores universitarios, hasta cierto punto, se creen ‘dioses’ por el simple hecho de tener un doctorado. Pero un investigador de alto renombre internacional en realidad es una persona muy sencilla. (…) Lo malo es que aquí hay mucha política. Se ven intereses políticos, personales, de grupo; no se ve el verdadero interés, que sería el crecimiento científico de la universidad�.