Tauromaquia en el ruedo más grande del mundo


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Escribe: Samuel Álvarez Enríquez | Sociedad - 11 Sep 2016

FOTO: Internet
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El legado tauromáquico de los “conquistadores” ha quedado asentado en la práctica del interior de muchos pueblos peruanos, con “Corridas de Toros”, en el “ruedo”, con la participación de toros de lidia y muerte, o simplemente de lidia, ejecutado como epílogo de sus fiestas patronales. Estas actividades se presentan en no muy pocos pueblos del interior de nuestro Altiplano Peruano, particularmente en la zona norte, con arraigado renombre, entusiasmo y continuidad, año tras año, encabezado por sus “alferados”.

En Ayaviri, reconocida “Capital Ganadera del Perú” en el “Ruedo más Grande del Mundo“ Luis Delgado Coronado “Niño Lacustre” (1) se erige todos los años en inmediaciones de la “moya” (2), en Homenaje a la Virgen de Alta Gracia, los días 11, 12 y 13 de setiembre de todos los años, a cargo de sus alferados, recepcionado en el mismo día del año anterior en que los “pasantes” entregaron al “musoq” (voz quechua que significa “nuevo”), efectuándolo al mismo estilo y ascendencia de los demás, desde remotos tiempos de la colonia, luego la etapa republicana, llegando hasta nuestros días. Antes de estos últimos tiempos, el ruedo era en la parte central de la ciudad. Debido a la estrechez y aumento en calidad y cantidad de admiradores y aficionados al arte tauromáquico, se trasladó al “campus” donde actualmente se practica en un espacio cada vez más amplio, más de los 500 metros lineales de radio, fruto del reparto de sitios para erigir “palcos” (3) repartidos a las familias e instituciones por una comisión de la Municipalidad Provincial de Melgar; el día 10 de setiembre, paralelamente al desarrollo de la “entrada de toreros”, a las 04 de la tarde, mientras se desarrolla la costumbre tradicional del “waqchaqaray” (dar de comer a los pobres).

Desde horas de la madrugada, en el coso taurino se yerguen los “palcos” debidamente ornados con arreglos de uno, dos y tres pisos, con motivos taurinos, albergando a familiares e invitados, ocupados después del almuerzo a presenciar la “entrada” del “torero” (4) del día. Después, todos se ubican al mismo centro del campo, primero para tomarse las fotografías necesarias, luego solo el alferado para “ofrecer” la tarde taurina a todo el pueblo y público espectador. Paralelamente, dentro del toril se están preparando los toros que saldrán hacia la “plaza”, debidamente elegidos, señalados y traídos desde su criadero hasta este lugar. Al toque de la trompeta mayor, los toros son soltados uno tras otro, tal la presencia de la “cuadrilla” de toreros, bufos y auxiliares con sus capotes nuevos o semi usados deleitan a la masa en el interior del ruedo. Cuando la faena ofrecida por los toreros, el “cambio de suerte” (5) es muy bien aplaudida, pero si no es así, la rechifla de los asistentes se deja sentir. En algunos casos se han previsto “toros de muerte”, con la instalación de un “juzgado”: El “juez de la tarde” ordena los pasos a seguir en el desarrollo de lidia y muerte del ejemplar; a su conclusión, la muchedumbre o aplaude o silba la acción de los diestros, para los toros de muerte; una vez llegado a la estocada final, son trasladados hacia fuera del campo, dirigiéndolos al camal. La salida de un nuevo toro y los demás previstos para la tarde, son para dicha de los asistentes, similarmente se efectúa en los siguientes días. Llegada la hora del “lunch”, el “alferado” pasante, en la media tarde, ofrece con las reatas y lazos al próximo alferado; una vez aceptado, le colocan los lazos y una capa, entre la espalda y el pecho, subiéndolo entre los hombros por intermedio de los aficionados, dándole la vuelta al ruedo al torero del próximo año. La respuesta de los asistentes es que desde sus “palcos” usan la ”ch´alla” (6) con espumas de la cerveza agitada, mostrándolo a poco, mojado. Es paseado alrededor del ruedo luego invitado, para efectuar al cabo de la tarde el “kacaharpariy”, bailando a pasos de la Pandilla Puneña (7), a sones de la banda de músicos, llegando hasta el centro de la ciudad, hasta el sitio previamente instalado. Antes de finalizar la tarde, desde el toril sueltan a un toro encapotado de “salvajina” (hierba silvestre). Al cabo del baile y la bebida, concluye la noche, dando paso al nuevo día.

De los diversos actos, antes y después del desarrollo de las “corridas”, hay mucho que decir. La ejecución de muchas otras acciones, diseminadas unos tras otros y en orden de precedencia, desde la asunción de los cargos del Alferado, la presencia y actuación de los toreros (cuadrilla), selección y presencia de los toros, las enjalmas, su entrada, su traslado hasta el campo de toreo (moya), ingreso y salida del ruedo; desarrollo de la tarde taurina, el ofrecimiento al “musoq” (nuevo), el “lunch”, el “kacharpariy”; en fin, todo cuanto es el desarrollo del arte tauromáquico complejo pero no difícil de ejecutar, lo cual es realizado con orden y planificación, establecido por tradición. Esto cada vez está siendo más intenso y creativamente practicado.

NOTAS:
(1) Nombre del Ruedo Más Grande del Mundo, en inmediaciones de la “moya”, ubicado al oeste del centro de la ciudad, entre el río Ayaviri y las líneas del ferrocarril que cruza la ciudad, y el torero ayavireño quizá el único que daba fuerza y brío a las apoteósicas tardes taurinas.
(2) Nombre de dicho lugar, en otros tiempos era una laguna gigante, en los últimos años le cayó sequía.
(3) Lugares erigidos a modo de toldos debidamente ornados con motivos taurinos, para espectar las corridas al interior del “Ruedo más Grande del Mundo”
(4) Toma este nombre, el “alferado” de la tarde taurina, a parte de los que conforman la “cuadrilla”.
(5) Se llama así a los cambios de capote, al de muleta, las banderillas, el punteo, el estoque, etc. que efectúan los toreros de la cuadrilla.
(6) Ritual de rociar licores diversos dirigidos hacia la Pachamama (madre tierra).
(7) Baile de origen mestizo ejecutado en carnavales con indumentaria y coreografía propias, esta vez ejecutado en los “kacharpariy” (despedida) parecidos al p´ashña saltachiy.


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