Tensión mundial: Estados Unidos bombardeó Siria


Votación: 270 votos

Escribe: Los Andes | Sociedad - 09 Apr 2017

Es la primera vez que Estados Unidos golpea directamente instalaciones del gobierno sirio, desde que comenzó el conflicto civil en este país. El ataque con 59 misiles Tomahawk, ordenado por Trump contra una base militar siria cercana a Homs, ha suscitado reacciones en todo el mundo.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al fin lo hizo; al fin cometió aquello que millones de personas del mundo temían: usó la fuerza, sin más, dejando de lado el diálogo. ¿Será esto el comienzo de algo peor? ¿Puede hablarse, ahora sí, de una nueva guerra mundial? De momento el mundo espera, expectante, todo cuanto pueda ocurrir. El miedo es inevitable.

TRASFONDO

Al lanzar un ataque militar aéreo tan solo 77 días después de empezar su mandato, el presidente Trump tiene una oportunidad –sin garantía alguna– de cambiar la percepción sobre desorden en su gobierno.

El ataque también será un tema central para la reunión programada para la próxima semana entre el secretario de Estado Rex Tillerson y el presidente ruso Vladimir Putin; el primer encuentro cara a cara entre un líder ruso y un integrante del equipo de Trump desde que este entró a la Casa Blanca.

Antes del ataque contra una base aérea siria la noche del 6 de abril, supuestamente en respuesta al uso de gas sarín contra civiles en Idlib, se esperaba que la reunión se centrara en la investigación de los ciberataques rusos y la presunta interferencia en las elecciones presidenciales estadounidenses a favor de Trump.

Pero la acción en Siria le da al nuevo gobierno de Estados Unidos la oportunidad de demandar que Putin —quien apoya logísticamente a Bashar al Asad, cuyo gobierno ha negado que el régimen sirio haya usado armas químicas— contenga o impulse la salida del presidente sirio. De otro modo, la Casa Blanca amenazaría con expandir su acción militar de manera rápida.

El ataque con armas químicas contra la provincia de Idlib, bajo control rebelde, forzó la mano del gobierno de Trump, según Antony Blinken, subsecretario de Estado de Barack Obama. “Esto va más allá de Siria”, dijo. “Asad contravino una norma que hemos respetado desde la Primera Guerra Mundial”, cuando se usaron armas químicas a gran escala por primera vez.

Varios asesores de Obama, entre ellos Blinken, habían argumentado a mediados de 2013 que debían tomarse acciones similares a las de Trump, cuando Obama dijo que Asad no debía cruzar una línea roja tras un ataque con gas cloro por parte del régimen sirio.

En vez de tomar acción militar como amenazó con hacer, Obama, junto con Rusia, llevó a que Asad acordara sumarse a una convención sobre la eliminación de armas químicas y a que estas –aunque claramente no todas– fueran sacadas del país.

Trump argumentó durante la campaña presidencial que la decisión de Obama al respecto delataba una debilidad estadounidense y no debía repetirse, por lo que parecía predestinado a lanzar el ataque aéreo del jueves.

Aun así, hay importantes riesgos para Trump una vez que pase la satisfacción inmediata de hacer que Asad pague por actos barbáricos como el de Idlib.

El primero de estos riesgos es si su apuesta con Putin falla. El líder ruso probablemente prefería a Trump frente a su rival electoral, Hillary Clinton. Pero es poco probable que Putin acceda ser parte de un acuerdo que amenace su influencia sobre Siria, que lo afianza en Medio Oriente. Siria alberga la principal base militar de Rusia fuera de las fronteras de esta.

El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, declaró este viernes que los bombardeos representan un “golpe significativo” a las relaciones entre Washington y Moscú y que Putin los considera una violación de la ley internacional hecha bajo un pretexto falso. La Cancillería rusa anunció que congelará un acuerdo bilateral para coordinar las operaciones aéreas en Siria, un pacto que había sido utilizado en su mayoría para combatir al Estado Islámico.

Ese es otro riesgo para Trump por tomar acción contra Asad: que esto amenace su principal objetivo en la región, que es derrotar al Estado Islámico. Si Siria colapsa por falta de un líder se podría convertir en un bastión del terrorismo islamista.

No queda claro si los milicianos del Estado Islámico, golpeados desde antes de que Trump tomara posesión, podrían explotar una situación en la que Siria esté todavía más astillada. Pero el general David Petraeus, quien diseñó la incursión iraquí, ha hecho notar que una de las lecciones del principio de este siglo XXI es que si se crea un vacío de poder será aprovechado por extremistas islámicos.

El tercer riesgo para Trump es que no tenga plan alguno para promover la paz en Siria. Las negociaciones lideradas por Estados Unidos para crear un acuerdo político, la misión del exsecretario de Estado John Kerry durante sus últimos 18 meses en el cargo, colapsaron.

Tillerson no ha mostrado disposición alguna para retomarlas. Y el presupuesto que presentó Trump prevé recortes a los mismos programas que darían alivio a los sirios desamparados, desplazados y amenazados que han sobrevivido seis años de guerra civil.

Claramente, el conflicto que llevó a Trump a tomar acción militar por primera vez en su mandato no es el conflicto que estaba buscando, en particular cuando usar la fuerza para defender a un pueblo extranjero de un dictador no cabe dentro de su definición de “Estados Unidos primero”.

Aunque, como sus predecesores, Trump no tuvo la oportunidad de elegir los eventos que culminaron en el ataque militar. La pregunta ahora es si el nuevo equipo presidencial puede convertir la intervención en Siria en algo más que una muestra de fuerza simbólica.

POSIBLES CONSECUENCIAS
1. Deterioro de relaciones entre Estados Unidos y Rusia. La ofensiva con misiles puede amenazar el precario equilibrio establecido por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su manejo de la crisis siria.

Hasta este ataque con misiles, Estados Unidos (junto con Reino Unido y Francia) había llevado a cabo incursiones aéreas contra Estado Islámico en Siria, pero había evitado golpear directamente a las fuerzas del presidente Bashar al Asad.

Pero Donald Trump ha roto con esta postura y ha decidido agredir al que es el principal aliado de Rusia en la región, por lo que esto puede perjudicar las relaciones entre Washington y Moscú, ambos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.

Siria es considerada clave para los intereses estratégicos de Rusia: es precisamente en ese país donde Moscú tiene su mayor base militar fuera de sus fronteras. Por otra parte, Rusia ha sido fundamental para la supervivencia de Al Asad desde que en 2015 lanzó una campaña aérea para "estabilizar" al gobierno sirio, que había recibido varias derrotas de manos de la oposición armada.

Por todo esto, el primer ataque de Estados Unidos contra Al Asad desde que comenzó la guerra en Siria ha generado ya una contundente respuesta por parte de Rusia.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que "este paso que ha dado Washington inflige un daño significativo en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que ya estaban en una situación lamentable".

Y eso a pesar de que Estados Unidos notificó a las fuerzas rusas previamente al bombardeo y evitó atacar partes de la base militar en las que había presencia rusa. El ataque, además, se produce solo días antes de la reunión entre el Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex W. Tillerson, y el presidente ruso Vladimir Putin, el primer encuentro cara a cara entre un miembro del gobierno de Trump y el líder ruso.

2. Combate contra Estado Islámico. Una posible segunda consecuencia es que, paradójicamente, el ataque contra Al Asad pueda socavar el principal interés de Estados Unidos en la región: derrotar al autodenominado Estado Islámico (EI).

El poder de Estado Islámico se ha visto mermado en los últimos meses, de forma que el grupo yihadista ha perdido casi un cuarto del territorio que controlaba en Irak y en Siria durante el último año. Pero la experiencia de otros escenarios en los que EI ha ocupado el espacio dejado por situaciones de vacío de poder es un aviso sobre lo que podría ocurrir en Siria.

Si Estados Unidos se ve involucrado directamente en el conflicto interno sirio, su lucha contra EI podría verse gravemente debilitada. Entre otras razones, porque hasta ahora los aviones de Estados Unidos y la coalición internacional han sobrevolado el espacio aéreo sirio casi sin impedimento.

Pero, como recuerda Andrew Exum, vicesecretario asistente de defensa de Estados Unidos para la política de Medio Oriente en The Atlantic, "tanto Rusia como el régimen sirio están bien posicionados para arruinar esto".

Pueden afectar los vuelos en el este de siria y cuentan con armas avanzadas de defensa antiaérea. Moscú, por su parte, esperaba poder establecer una cooperación con Trump para luchar conjuntamente contra el grupo yihadista, pero tras el ataque la perspectiva de esta colaboración se empaña.

Peskov, el portavoz del Kremlin, aseguró que el ataque genera "serios obstáculos para la creación de una coalición internacional para luchar contra el terrorismo".

3. ¿Un cambio de política de Trump? La decisión de Trump supone también un cambio radical con respecto a su retórica previa y también en relación a la política en la región de su predecesor, Barack Obama. Tras establecer una "línea roja" respecto del uso de armas químicas en Siria, Obama decidió no actuar militarmente contra el gobierno de Al Asad, a pesar de responsabilizarlo de un ataque químico con más de 1.400 muertos.

Sin embargo, el secretario de Estado Rex Tillerson negó posteriormente que haya habido un cambio en la política de Estados Unidos hacia Siria. Entonces, ¿ha sido este ataque un golpe aislado?

Las declaraciones del portavoz del Pentágono, el capitán de la Armada Jeff Davis, parecen sugerir esto. "La intención fue disuadir al régimen de hacer esto de nuevo [atacar con armas químicas] y es claramente nuestra esperanza que esto haya tenido ese efecto", dijo.

La gran diferencia entre 2013 y ahora, cuando Obama amenazó con ataques aéreos contra Al Asad, es que hoy en día los riesgos de amplificar el conflicto son "mucho mayores", escribe Greg Jaff en el diario estadounidense The Washington Post.

Y la razón es -de nuevo- Rusia, con sus tropas en el terreno y sus sistemas de defensa antiaérea capaces de tumbar un avión estadounidense.

CLAVES:
La base siria de al-Shayrat, en la provincia de Homs, fue atacada hacia las 5:00 am del viernes por 59 misiles Tomahawk lanzados desde los buques estadounidenses USS Porter y USS Ross, con base en Rota
De acuerdo con el Pentágono, los servicios de inteligencia estadounidenses determinaron que los aviones que lanzaron el ataque químico contra la localidad de Jan Sheijun habían despegado desde esa base
Las fuerzas armadas sirias han indicado en un comunicado que el ataque de EEUU ha causado "siete muertos, nueve heridos (entre ellos civiles) e importantes daños materiales"
Las autoridades rusas han decidido suspender los protocolos de cooperación con EEUU para la prevención de incidentes en el espacio aéreo sirio
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, amenazó con una nueva acción militar de su país en Siria. Además, justificó el bombardeo del jueves.

Con información de David E. Sanger y de la BBC

ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!