Un estudio inédito revela que en la región Madre de Dios existen 110 áreas y 24 puntos de extracción no autorizados de minerales (minería ilegal), que constituyen una violación a los derechos humanos de las poblaciones aledañas y un atentado al medioambiente.
El estudio «La Amazonía saqueada», de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), abarca los ecosistemas selváticos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú.
En total, se han identificado 2,312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de minerales como oro, diamantes y coltán. Brasil concentra 132 áreas y 321 puntos; Venezuela, 1,899 puntos; Ecuador, 68 puntos; y Bolivia, 3 áreas.
Además, se identificaron 30 ríos donde se desarrolla la actividad minera o que sirven como ruta para la entrada de maquinarias e insumos o la salida de los minerales.
«Este departamento [Madre de Dios, en la selva sur peruana] es considerado como el sector de la Amazonía con la mayor degradación causada por la extracción de oro», refiere la investigación.
Camilo Guio, vicedirector de la Gaia Amazonas, sostiene que «estas actividades extractivas ilegales se caracterizan por su forma antitécnica e insostenible».
Se efectúan, principalmente, mediante balsas y dragas, que no solo tienen efectos ambientales sobre el lecho de los ríos, sino también la mala utilización del mercurio, lo cual genera daños a la salud de las poblaciones locales, especialmente a los pueblos indígenas.
Violación a los DD. HH.
«Los impactos de la minería ilegal ya se ven como graves violaciones a los derechos humanos. La contaminación del agua y la expulsión de pueblos indígenas en aislamiento voluntario son algunos indicios de los daños al bien común», precisa el estudio.
Además del impacto ambiental, existe un impacto cultural y económico en la perpetuación de la minería. No solo existe el costo de la pérdida de actividades de las poblaciones tradicionales, sino también la propia remediación de los sitios degradados.
El líder venezolano Agustín Ojeda expresó: «La minería ilegal nos puede llegar a matar. Los pozos mineros permiten la reproducción de mosquitos que traen enfermedades como malaria».
Peces
Ojeda añade que «tampoco se toma con seriedad el efecto del mercurio en el agua; no solo la contamina a ella, también a los peces que utilizamos para comer».
Según resultados preliminares de un estudio desarrollado por el Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), en el Perú los niveles de mercurio en peces son un 43 % mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros.
Se recolectó muestras de peces en siete lagunas ubicadas en zonas mineras abandonadas de Laberinto, Tambopata, Madre de Dios e Inambari.
Adicionalmente, se recolectó muestras de peces en dos lagunas y un río dentro del Parque Nacional Manu, como área de referencia donde no hay presencia de actividad minera.
Además de las amenazas para los recursos hídricos y la salud de las comunidades de la Amazonía, la minería trae impactos directos a los bosques y otros ecosistemas tropicales, como las zonas húmedas y manchas de herbazales, precisa «La Amazonía saqueada«.
En los seis países analizados se encontraron evidencias de daños a áreas naturales protegidas por deforestación, apropiación de tierras destinadas a la preservación y reducción de fauna en los ríos, bosques y otros ecosistemas naturales, remarca.Reserva Tambopata
El patrón de destrucción a lo largo de los ríos también se observa en el entorno de la Reserva Nacional Tambopata, en el departamento de Madre de Dios.
«Lo que llama la atención, al igual que en las áreas brasileñas, es la rapidez de la expansión. En apenas un semestre, ambas márgenes del río Malinowski, al norte de la reserva peruana, fueron tomadas por pozos y dragas de extracción», denuncia.
Imágenes de satélite permitieron identificar que la invasión de la Reserva Nacional Tambopata por la actividad ilegal de minería de oro comenzó a finales de 2015.
La situación en Madre de Dios ha contribuido a que la deforestación en el Perú alcance niveles jamás registrados.
De acuerdo con una reciente investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica, en apenas cinco años hubo una pérdida forestal de 170,000 hectáreas. Esta cifra es por lo menos 30 % mayor que la anunciada antes por otros monitoreos.
Se informa, además, que Puerto Luz es una de las diez comunidades del entorno de la Reserva Comunal Amarakaeri que sufre los embates de la extracción de oro indiscriminada. Sus habitantes, que son más de 400, viven en medio de un panorama desolador.
Al igual que en las otras nueve comunidades nativas de la zona de amortiguamiento de la Reserva Comunal Amarakaeri, debido a la presencia de la extracción de oro y a la falta de oportunidades, las familias se han visto obligadas a practicar la minería artesanal.
Grave advertencia
El estudio «La Amazonía saqueada» advierte que «aunque la extracción minera siempre ha existido en esta región, su proliferación actual no se compara con ningún otro momento de la historia».
El secretario ejecutivo de la RAISG, Beto Ricardo, afirmó: «La incidencia de la minería ilegal en la Amazonía, especialmente en los territorios indígenas y áreas naturales protegidas, ha crecido exponencialmente en los últimos años, con el alza del precio del oro».
La investigación dio origen a una herramienta en línea que permite navegar por todos los puntos y áreas de minería ilícita. La plataforma digital contiene información para cada punto, área o río relacionado con la presencia de minería, e incluye su estatus actual (activo o inactivo) y su impacto en áreas naturales protegidas y territorios indígenas.
Los datos recogidos por la RAISG, sin embargo, constituyen una primera aproximación a la situación, que refleja un problema de una magnitud desconocida y cuya visión representa sólo una parte de lo que realmente está sucediendo.
Los casos reportados provienen de informes de comunidades ribereñas e indígenas, del relevamiento de noticias y del análisis de imágenes satelitales.
Inconvenientes
Se indica que uno de los inconvenientes de la metodología seguida para levantar la información es que puede no captar la minería de pequeña escala que llega a los lugares más remotos de la Amazonía y que pone en riesgo fragmentos de bosque considerados entre los mejor conservados y provoca el desplazamiento de comunidades indígenas en situación de aislamiento voluntario.
Del mismo modo, probablemente tampoco logra identificar todos los cursos de agua que están siendo afectados por el uso de dragas, en especial cuando no se cuenta con comunidades indígenas que puedan facilitar esa información.
Además de la actividad en zonas remotas, existe una superposición entre minería legal e ilegal que contribuye a hacer aún más confusa la situación y, por tanto, hace imposible dimensionar en su totalidad el problema.
Señala que el mapa-plataforma de minería ilegal de la RAISG está en construcción y los datos serán actualizados regularmente, luego de ser revisados y revalidados.
La RAISG, creada en 2007, reúne a técnicos de seis países de la Amazonía. Ellos representan a ocho organizaciones de la sociedad civil que constantemente actualizan bases de datos sobre las principales amenazas a la región amazónica. Aquí puede visitar la plataforma.