Proyectos viales como Cayma-Cabrerías, Majes-Huambo y Jachaña-Cayarani muestran más del 90 % de avance financiero pero menos del 30 % de ejecución física. El Gobierno Regional advierte que algunas obras podrían detenerse si las empresas no cumplen.

POR: Karen Ccama
Aunque el Gobierno Regional de Arequipa ya comprometió recursos y devengó pagos por más de S/ 150 millones, algunas de sus obras estratégicas corren el riesgo de paralizarse, pues el porcentaje de avance físico es muy bajo y las contratistas no están cumpliendo con los plazos.
Desde la Oficina Regional de Planeamiento, el jefe Alexander Arenas Puma reconoció que la normativa permite realizar adelantos, pero eso no garantiza el cumplimiento real del contrato. El esquema genera un desfase entre el desembolso financiero y el progreso tangible de las obras.
Entre los proyectos en peligro figuran las vías Cayma-Cabrerías, Majes-Huambo, Pampacolca-Tipán y Jachaña-Cayarani. Según datos del portal de transparencia del Ministerio de Economía, estas obras exhiben más del 90 % de ejecución financiera, pero en muchos casos la construcción física no supera el 30 %.
Por ejemplo, en la vía Jachaña-Cayarani se resolvió el contrato luego de que la empresa no entregara ni el primer expediente técnico, pese a que se le había otorgado un adelanto de casi S/ 29 millones. En Majes-Huambo, la contratista argumentó falta de supervisión para suspender labores, aunque ya se habían desembolsado más de S/ 60 millones en adelantos.
Además, un informe reciente señala que el Gobierno Regional “paga más de lo que avanza”: se han entregado adelantos y desembolsos por proyectos aún sin inicio físico sustancial, lo que puede provocar paralizaciones u obra inconclusa.
Las consecuencias de esta práctica pueden ser graves, pues si una empresa incumple, recuperar esos adelantos resulta complejo, y los proyectos podrían quedar abandonados, con sobrecostos y perjuicios para la población beneficiaria.
Desde el GRA señalan que algunos pagos están respaldados por fideicomisos, lo que asegura que el dinero no desaparezca, pero advierten que esa medida no reemplaza el seguimiento técnico riguroso.