El valle de Cotahuasi enfrenta una amenaza ambiental provocada por las propias plantas de tratamiento que deberían protegerlo. Un informe de la Contraloría reveló que las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salcan y Chacaylla, administradas por Sedapar S.A., están vertiendo aguas con concentraciones de contaminación muy por encima de lo permitido por la ley, poniendo en riesgo el ecosistema y la salud de los habitantes de la provincia de La Unión.
El Informe N.º 037-2025-OCI/0263-SOO, indica que los efluentes de ambas plantas no cumplen con límites máximos permisibles establecidos por el Ministerio del Ambiente. Las muestras recogidas durante 2024 y 2025 muestran graves excesos en parámetros como aceites y grasas, coliformes termotolerantes, demanda bioquímica y química de oxígeno (DBO y DQO), pH y sólidos en suspensión.
PLANTAS
En la planta de Salcan, los coliformes termotolerantes alcanzaron los 17 millones de NMP/100 mL, cuando el límite máximo permitido es de 10 mil, es decir, 1,700 veces más. En 2025, aunque los valores bajaron a 1,7 millones, continuaron muy por encima de lo tolerable.
La demanda bioquímica de oxígeno (DBO) llegó a 121 mg/L y la demanda química (DQO) a 342 mg/L, superando los límites de 100 y 200 mg/L, respectivamente. En la planta de Chacaylla, la situación es crítica. Los aceites y grasas alcanzaron 67 mg/L y 66 mg/L, más del triple del máximo de 20 mg/L.
Los coliformes fueron de 130 mil NMP/100 mL, mientras que la DBO registró 501 mg/L y la DQO 1 121 mg/L, cifras que representan más de cinco veces lo permitido. Los sólidos en suspensión también sobrepasaron los límites, llegando a 446 mL/L en 2024 y 235 mL/L en 2025, cuando la norma exige no superar los 150 mL/L.

