En la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) de Puno pasan cosas. La última fue la vacancia a un decano que, al parecer, nunca entendió para qué lo habían elegido.
El protagonista de esta noticia se llama Jorge Alfredo Ortiz del Carpio. Hasta hace poco, era el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación. El otro protagonista es Saúl Bermejo Paredes, el hombre que, junto a otros docentes valientes como Rolando Cáceres Quenta y Rebeca Alanoca Quenta, dijo «ya basta» y presentó la prueba de que Ortiz del Carpio no servía para el cargo.
¿Por qué lo sacaron? La lista es larga, pero vamos por partes. La universidad tiene un Estatuto y una Ley Universitaria (la N° 30220), que existen para que no mande el que quiera, sino la ley. Ortiz del Carpio, según el Consejo Universitario, las incumplió una y otra vez.
Los hechos por los que Ortiz del Carpio fue vacado:
—Puso a una profesora que no podía estar ahí. Designó como directora encargada de la Escuela de Educación Primaria a la Mag. Ofelia Marleny Mamani Luque. El problema: la ley exige que ese cargo lo ocupe un doctor. Ella no lo era. Un acto así no es solo un error: es, según el Código Penal, un «encargo ilegal».
—Echó a la directora de verdad sin explicaciones. Le quitó el puesto a la Dra. Érika Georgina Jaén Tejada, la titular, sin dar razones de peso. Lo que se llama un abuso.
—Inventó decanos a su medida. Cuando Ortiz no estaba, en vez de dejar el mando al siguiente en la fila, como manda la ley, se lo daba a sus amigos. Lo hizo con el Dr. Efraín Humberto Yupanqui Pino y con la Dra. Silvia Verónica Valdivia Yábar. Docentes que, legalmente, no podía asumir ese cargo.
—No rindió cuentas. No presentó el plan de trabajo de su gestión ni el informe de lo que había hecho. Algo básico que cualquier autoridad debe hacer.
—Dejó la escuela de Educación Primaria abandonada. Durante 55 días en total, los estudiantes y docentes estuvieron sin una dirección. ¿Cómo se puede estudiar o trabajar así?
—Hizo favores políticos. En la Escuela de Posgrado, repartió los cursos a los docentes de su grupo, dejando fuera a otros más preparados.
Todo esto hizo que el Consejo Universitario, en su sesión del 7 de noviembre de 2025, aprobara por mayoría declarar VACANTE el cargo de Jorge Alfredo Ortiz del Carpio. Solo dos lo defendieron: el vicerrector académico, Mario Serafín Cuentas Alvarado, y el decano de la Facultad de Ingeniería Estadística e Informática, Charles Mendoza, porque —se dice— son de su misma agrupación política.
El decano encargado y las nuevas elecciones
En el mismo acto, el Consejo designó como decano encargado a Saúl Bermejo Paredes, por ser el docente principal más antiguo con grado de doctor. Su trabajo ahora es calmar las aguas y preparar el terreno para lo que viene.
¿Qué viene? La Asamblea Universitaria debe ratificar la vacancia. Una vez hecho eso, y como aún queda más de seis meses en el periodo, el Comité Electoral Universitario tendrá que convocar a NUEVAS ELECCIONES en un plazo de 15 días hábiles. La UNA Puno pronto tendrá un nuevo decano en la Facultad de Ciencias de la Educación.
Mientras tanto, la Oficina de Asesoría Legal de la UNA tiene otra tarea: denunciar penalmente a Jorge Alfredo Ortiz del Carpio, a Ofelia Marleny Mamani Luque, a Efraín Humberto Yupanqui Pino y a Silvia Verónica Valdivia Yábar por los delitos de abuso de autoridad y nombramiento ilegal.
La historia de Ortiz del Carpio es la de un hombre que confundió la Facultad de Ciencias de la Educación con su feudo. La universidad es una casa de estudios. Y en las casas, las reglas se respetan.

