Por: Carlos E. Mantegazza Ancaya*
Estamos a escasas jornadas de ver cumplido el plazo de los primeros 100 días de gestión de Elmer Cáceres Llica al interior del Gobierno Regional y Candia Aguilar en el Municipio Provincial de Arequipa. Sin embargo, poco o nada podemos observar en cuanto a cambios, obras o avances.
Cuando Cáceres Llica juramentó, prometió una gestión de puertas abiertas para los arequipeños y su sociedad civil organizada.
“No los voy a defraudar, trabajaré noche y día para sacar adelante a nuestra región”, dijo entonces, sin embargo, irónicamente no conversa ni con su vicegobernador, con quien ya tiene serias diferencias y denuncias, y ha manifestado que el partido que lo llevó al triunfo le quitaría su respaldo y será más fiscalizador.
Tiene como resultados, el fracaso en las conversaciones con el gobernador regional de Puno, gerentes condenados por tocamientos indebidos, silencio con la prensa, inasistencias al presupuesto participativo, y quizás, algunos intentos de mejora en la cuestionada Gerencia de Transportes, donde las mafias se resisten a morir.
En el municipio provincial, tampoco se ha visto mayores cambios. Siguen varios de los funcionarios de la cuestionada gestión de Zegarra, el tránsito de la ciudad cada vez peor, los semáforos apagados, pistas extremadamente dañadas desde el período de lluvias y los desvíos de tránsito por las obras de la calle Jerusalén terminaron colapsando el puente Chilina y Juan de la Torre.
Por otra parte y como para conmemorar los 100 días, nuestras autoridades recibieron la visita oficial del presidente Vizcarra, quien ahora tampoco goza de la simpatía de la población, y lejos de buscar un acercamiento con los ciudadanos, tanto el mandatario como las dos autoridades se mostraron esquivos con la prensa, con una seguridad personal que los aislaba.
Al principio creímos que la visita traería alguna buena noticia para el Sur, que últimamente anda olvidado, y que aportaría a nuestros gobiernos regional y local, pero al parecer solo sirvió para distraer la atención de la mala gestión del gobierno regional anterior.
La verdad, es poco lo que se puede dar cuando no existe una organización sólida detrás, que aporte el respectivo respaldo técnico y político a estos gobiernos. Hoy son como barcos a la deriva sin una hoja de ruta y tratando de sobrellevar las mareas.
Aun así, siendo solo el inicio de sus gestiones, esperamos que nuestros gobernantes puedan replantear sus hojas de ruta y gobernar más cerca a las necesidades de la población, aprovechando las ventajas de la comunicación que podríamos encontrar en la prensa y no corriéndose de ella.
*Analista Político.