En el Perú, cada enfermero de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) atiende a cinco o más pacientes, cuando los estándares sanitarios internacionales establecen que como máximo debe atender a dos.
Por esa razón, la salud de los pacientes en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales corre riesgos si no se resuelve el déficit de enfermeros en el sector, afirmó María del Rosario Palacios, docente de la carrera de Enfermería de la Universidad de Ciencias y Humanidades (UCH).
Explicó que los enfermeros de las UCI son responsables del monitoreo de manera permanente de los signos vitales y otros parámetros de los hospitalizados, las 24 horas del día.
También operan los aparatos biomédicos a los que están conectados los pacientes, cuya condición de salud es grave.
Palacios sostuvo que el déficit de enfermeros en el Perú no solo reduce la calidad de atención en las UCI y del área de hospitalización, sino también se evidencia cuando son dados de alta, pues la gran mayoría no cuenta con el respaldo de profesionales que garanticen su recuperación en los domicilios.
“Los familiares que toman este rol podrían poner en riesgo la salud cuando realizan curaciones o administran medicamentos sin criterio”, anotó.
Hasta julio del 2019, en el Perú se registraban 15 enfermeros por cada 10,000 habitantes. El país cuenta con 75 UCI en sus principales hospitales y cada paciente permanece allí entre 7 a 15 días.
De los 96 000 enfermeros colegiados en el Perú, solo 57,000 ejercen la carrera, según el Colegio de Enfermeros del Perú.
Para revertir esta situación, opinó la docente, urge aumentar el presupuesto en el sector Salud, de tal modo que permita contratar a más enfermeros y mejorar sus remuneraciones, lo que evitaría que migren a otros países para buscar mejores oportunidades.
El segundo aspecto a tomar en cuenta es que las universidades formen a más profesionales competitivos y globales.
En ese sentido, señaló que las instituciones de educación superior deberían preparar a los estudiantes de enfermería, para brindar una atención integral desde el primer nivel de atención, que incluye el crecimiento y el desarrollo de niños sanos en adelante.