Por: J. Carlos Flores
La explanada del cerrito Huajsapata, el coliseo cerrado Eduardo Rodríguez Ponce de León y las calles céntricas de la ciudad de Puno fueron escenario del elegante paso de la pandilla puneña, cuyas agrupaciones dieron todo de sí en la víspera.
Se tuvo la participación de un total de 14 conjuntos de pandilla, muchos de los cuales mostraron más de medio centenar de integrantes en los mencionados lugares de presentación.
La asistencia de público fue menos masiva que en el concurso de tarkadas y chacalladas, y tampoco se vivió un ambiente festivo con espuma y agua; sin embargo, no faltó el entusiasmo y la elegancia.
Un problema para la presentación de las agrupaciones fue la demora ocasionada por la instalación de los músicos para una correcta ejecución de la preciosa música andina.
El espectáculo continuó en el coliseo cerrado de Puno, donde las pandillas se lucieron ante el público local.
Finalmente, la fiesta se trasladó a los exteriores, a las calles de la Ciudad Lacustre, donde cientos de pobladores disfrutaron del gallardo pasacalle.
Respecto a la actividad, la subgerenta de Turismo de la municipalidad de Puno, Briseida Pauro, resaltó que este año las actividades se han ampliado, puesto que se busca obtener el posicionamiento del carnaval puneño.