El Corso de la Amistad, una de las celebraciones más esperadas para conmemorar el 484° aniversario de la Ciudad Blanca, trajo consigo gran alegría y colorido. Sin embargo, el entusiasmo festivo se vio empañado por una preocupante situación, el abuso por parte de algunos comerciantes que elevaron los precios de las sillas para ver el desfile, generando malestar entre los asistentes.
Este año, la celebración, que tradicionalmente convoca a miles de arequipeños y visitantes, se convirtió en un escenario de quejas debido a los exorbitantes precios de los asientos que cobraban los comerciantes que los alquilaron a los municipios.
Tal es el caso de la familia Tapia, compuesta por siete miembros, que vivió en carne propia esta problemática.
Desde muy temprano (a las 5:00 horas) se encaminaron a la avenida Independencia, y con la esperanza de asegurar un buen lugar para disfrutar del corso.
No obstante, se encontraron con que las sillas en la primera fila se ofrecían a 100 soles cada una, y el precio aumentaba hasta 130 soles según la ubicación.
Es así que sin opciones u otras alternativas, tuvieron que desembolsar un total de 700 soles para que todos pudieran presenciar el espectáculo.
“¿Qué nos queda? Tuvimos que pagar para poder apreciar el corso”, expresó con resignación uno de los miembros de la familia.
Así como la familia Tapia, otras familias también tuvieron que desembolsar grandes cantidades de dinero por un espacio para poder visualizar de primera mano el gran espéctaculo por el 484° aniversario de Arequipa en el colorido, alegre y tradicional Corso de la Amistad.
