Sin duda, uno de los lugares turísticos más visitados de la región, es la provincia de San Antonio de Putina, debido a sus aguas termales que cautivan y gustan a más de un poblador del Altiplano.
Los fines de semana, la piscina “José Solórzano Salas y Wenceslao Molina”, es visitada por cientos de personas que llegan desde todas las partes de la región Puno.
CONDICIONES
Sin embargo, el frecuente uso de estas instalaciones, generó desperfectos en varios de sus frentes, generando una mala impresión y falta de condiciones en la atención de usuarios de todas las edades.
Según una última visita que realizamos al atractivo, se pudo notar el desprendimiento de las losas de cerámico que cubren el piso y las paredes de las denominadas pozas, suspensión del urinario del baño de varones. Además, los pasa manos que dirigen al segundo nivel se encontraban visiblemente oxidados, y con el riesgo de poder desprenderse; al igual que el tapasol colgado de la soguilla que lo sostiene.
Por su parte los vestidores, de igual manera, no tenían la privacidad del caso, puesto que varias lunas, que hacen de paredes, estaban rotas o simplemente no estaban allí.
En el caso de algunas áreas verdes no había especies de flora, y las piletas de agua estaban inservibles.
MANTENIMIENTO
Consultado sobre este atractivo, el administrador de la piscina, sostuvo que manejan un proyecto de mantenimiento de S/ 3 millones de soles el mismo que debe dar inicio a mediados del presente mes.
Agregó que el dinero que se recauda por concepto del ingreso de los bañistas va directamente para el pago del personal que labora en el atractivo que son un total de 23 personas.
El cobro por concepto de ingreso es a partir de los 3 años de edad, siendo el monto de S/2.00; en tanto las personas mayores deben pagar la suma de S/4.
Consultados algunos usuarios sobre el estado de la piscina, reclamaron a la Municipalidad Provincial de San Antonio de Putina, preocuparse por el correcto estado de esta infraestructura turística, pues son cientos de visitantes que hacen su uso y merecen una buena atención.
Por Eduardo Mamani