Se armó tremendo revuelo mediático a raíz de que la Biblioteca Nacional del Perú retiró dos cuadros titulados Puno sí es el Perú y Mi Puno en el Bicentenario de la exposición Brisas del Titicaca, Puno en el Bicentenario, Cultura e Identidad, por considerarlos “impropios”.
Las obras denuncian lo ocurrido el 9 de enero de 2023 en Puno y cuestionan las declaraciones de la presidenta Dina Boluarte, quien afirmó que “Puno no es el Perú”. Los organizadores denunciaron que la asesora de la Biblioteca, Milagros Paredes Fiestas, les advirtió que, si no retiraban los cuadros, la exposición sería cancelada.
En respuesta, enviaron una carta a la directora de la institución, Ana Peña Cardoza, exigiendo explicaciones y calificando la medida como un atentado contra la libertad de expresión artística.
REITERADO
Este caso se suma a otros incidentes recientes, como la censura contra el caricaturista Juan Acevedo, cuyo trabajo crítico hacia el gobierno también fue restringido. Artistas y activistas han señalado que estas acciones reflejan un creciente control sobre la expresión cultural en el país, lo que ha generado preocupación en sectores culturales y sociales.
La controversia pone en el centro del debate el papel de las instituciones culturales en la defensa de la libertad artística y el respeto por las voces disidentes en un contexto político marcado por tensiones y divisiones desde el fin del gobierno de Pedro Castillo, quien hoy es investigado con una disposición de prisión preventiva.
Escrito: J. Carlos Flores Vargas
