“Saltos al vacío”: los rectores y la política

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La experiencia nos ha demostrado cuán engañoso puede ser el hecho de elegir a quien en teoría tiene las soluciones posibles a las grandes demandas de la población. En Arequipa y Puno los resultados han sido desalentadores

En la antesala a una nueva campaña electoral asoman otra vez, promesas de las más variadas. Algunas nacen en el imaginario de una realidad posible y otras, del fragor de la emoción. Unas se proyectan desde el reducto académico, del entendimiento teórico de las cosas. Sí, la academia, la universidad, nos legará candidatos tal cual lo ha hecho en las últimas tres décadas.

Su incursión no nace en subjetividades como la esperanza de un mañana mejor, sino en esta histórica relación de poder y dominación, es decir, la manera como individuos y grupos logran que sus objetivos e intereses prevalezcan sobre los de otros individuos y grupos.

AREQUIPA, TRADICIÓN Y FUTURO

Languidecía la década del ochenta cuando Juan Manuel Guillén Benavides había consolidado su popularidad dentro de la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) de Arequipa, siendo electo rector. Era 1989 exactamente. Su experiencia como docente y formación filosófica, fueron su mayor respaldo de cara a ampliar ese ámbito de influencia. Juventud, deporte, infraestructura visible, fueron algunos de los puntos de inflexión para afianzar un objetivo mayor. ¡Bingo! Guillén fue electo rector y el camino a un cargo superior era más fácil. Fue reelecto en el rectorado para el periodo 1994-1998 y allí en la cúspide, en las Elecciones Municipales de 1998, fue electo alcalde de Arequipa.

Su periodo de gobierno no tuvo mayores sobresaltos y en cambio al culminar su mandato, se propuso un reto mayor, llegar a ser gobernador. Lo logró, como no. El 2006 fue ungido gobernador regional de Arequipa y reelecto en el 2010. De ese periodo se desprenden denuncias por corrupción vinculadas a la construcción del puente Chilina y la vía Arequipa La Joya. Guillén fue sentenciado a 2 años y 11 meses de cárcel por el delito de colusión simple.

Se comprobó que la exautoridad se coludió con el consorcio peruano-español “Arequipa La Joya” para la elaboración de los términos de referencia de la licitación para os estudios de la segunda etapa del proyecto. En palabras sencillas, hubo un acuerdo previo y se sabía quien iba a tener el encargo. ¿A cambio de qué o cuánto?

YO AREQUIPA

Rohel Sánchez Sánchez llegó de su natal Cajamarca, hace 40 años y se convirtió en un arequipeño más. Fue un alumno destacado en la UNSA, se hizo docente y luego fue electo rector para el periodo 2016-2021. A decir de muchos no lo hizo mal y por eso se postuló a la gobernación. Fue electo gobernador regional de Arequipa en el 2022 y su incursión en la política tiene sobre él un halo de corrupción. Ya en campaña salieron a la luz 27 denuncias en su contra y ahora como autoridad viene acumulando otras tantas.

Sánchez Sánchez mantiene una planilla dorada y su índice de aprobación es similar a la de la presidenta de la República, Dina Boluarte. En opinión del consejero Fernando Cornejo, su desempeño es regular a malo. De 48 obras en ejecución, apenas 5 están en franco avance. Un fracaso si se tiene en cuenta que, el segundo año de su gobierno está concluyendo. ¿Otro salto al vacío? El tiempo lo dirá.

“VIVAN LOS PUEBLOS”

En julio de 2021, Paulino Machaca Ari, fue electo rector de la Universidad Nacional del Altiplano (UNA) Puno y ahora, sueña con ser gobernador regional. Acaba de inscribir su movimiento regional “Vivan los pueblos” y su carta de presentación serán las obras de fierro y cemento que ha iniciado. A Machaca, a pesar de ser comunicador social de profesión, se le critica sus limitaciones al momento de expresarse; pero, alguna cualidad tiene, no cualquiera llega al cargo que hoy en día ostenta. En su condición de rector tiene a la mano recursos, una especie de medio de coerción. La autoridad universitaria no le dice no a nadie, accede a pedidos pensando en la campaña electoral y su “aparato político” ahora mismo trabaja día y noche, aprovechando el soporte logístico y el recurso humano, tal cual lo hizo en su momento, el tristemente célebre, Lucio Ávila Rojas, electo rector para el periodo 2010-2014.

Ávila utilizó los recursos de la universidad para catapultarse y tuvo una legión de seguidores que hoy fungen de catedráticos e investigadores. Algún “intelectual” en su momento lo calificó de “visionario”. ¿Cuál fue la gran obra, el gran legado del hoy exrector? Un estadio con tres tribunas y un edificio de 15 pisos, símbolo de la “posmodernidad”.

“CONFIA” EN KEIKO

Luego de completar su periodo como rector, Lucio Ávila Rojas dio el salto a ligas mayores. Intentó ser gobernador regional de Puno en las Elecciones Regionales y Municipales 2014, con el movimiento regional “Por las Comunidades Fuente de Integración Andina de Puno” (CONFIA), no lo logró, quedó tercero.

Dos años después y sin ningún remilgo, se postuló para congresista en las Elecciones Generales de 2016. De la mano de la eterna candidata presidencial, Keiko Fujimori Higuchi, Ávila Rojas, conocido como ‘El emperador Lucio’, fue electo parlamentario por la región Puno.

Ya como congresista, en el 2018, el exrector renunció a la bancada naranja. El Congreso de la República había solicitado la vacancia por permanente incapacidad moral del entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski y en el 2019, su periodo se vio interrumpido por el cierre del parlamento por quien ya había asumido el poder, Martín Vizcarra Cornejo.

El periplo político de Ávila Rojas, es otra de las muestras de que la academia, tiene las soluciones en el recetario, pero, la realidad es otra y algún legado significativo, simplemente no existe.

INCURSIONES

No han sido las únicas incursiones en la política local y nacional. Víctor Torres Estevez fue rector de la UNA Puno, en los periodos 1989-1994, 1994-1995. En este último tramo tuvo que dejar el cargo a Fernado Cáceda Díaz, pues, dada su popularidad postuló a la alcaldía de Puno, resultando elegido en las Elecciones Generales Municipales 1995. Cinco años después, en las Elecciones Generales de 2000, fue electo congresista, aunque por un periodo corto. Hubo expectativa en la población dada su condición de académico y conocedor de la realidad puneña, más, grandes cambios no hubo, su “caballito de batalla” sobre la descontaminación del lago Titicaca, sigue siendo una especie de cliché electorero.

En su momento, Edgardo Pineda Quispe tentó la gobernación regional de Puno, sin embargo no recibió el respaldo que esperaba. Una de sus credenciales era el haber sido rector, más que eso, nada.

En resumen y dada nuestra variopinta fauna política, cualquiera puede llegar a ocupar un cargo de elección popular, pero, no cualquiera puede realmente dejar huella.

DATO

Un botón basta de muestra. Juan Manuel Guillén Benavides, exrector de la UNSA y exgobernador regional de Arequipa, fue sentenciado a cárcel efectiva por haberse coludido con una empresa. En realidad ser académico no es una garantía.

ESCRIBE: JAVIER CALDERÓN

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