Indicios de malversación en el gobierno regional
El consejero por Chucuito-Juli, Abad Vizcarra, informó que los funcionarios del Ejecutivo del Gobierno Regional de Puno (GRP) aceptaron que, efectivamente, hay menos trabajadores en la obra del coliseo de Salcedo que los incluidos en planillas, pero estos son “afectos”.
“Afectos” no es ninguna categoría laboral formal, sino una invención de los funcionarios del GRP, quienes, en palabras del consejero, afirman que pagan a personal que trabaja en oficinas con presupuesto para los obreros de las obras.
O sea, esos “afectos” no cargan ladrillos ni agarran palas, pero sí cargan expedientes y levantan legajos. El fiscalizador afirmó que esto no solo se da con los trabajadores de la obra de Salcedo, sino que es una práctica generalizada en el GRP.
Con mucha anterioridad, Los Andes advirtió de esta práctica. Tal es el caso de la obra de la avenida Tambopata de la ciudad de Juliaca (San Román), donde se identificó con nombre y apellido a supuestos obreros que en realidad eran choferes, o en la oficina de Recursos Humanos.
Sin embargo, solo en el caso del coliseo de Salcedo serían 45 “trabajadores afectos”, es decir, bastante personal administrativo; por eso surge la pregunta: ¿Dónde están los resultados?
“En la mayoría de las obras que ejecuta el gobierno regional existirían afectos”, dijo el Vizcarra, quien pone en duda la justificación de los funcionarios por el gran número de personal involucrado.
Algo más: El consejero indicó que dicho personal “afecto” también estaría presente en las oficinas del Consejo Regional.