Quejones. Los rugidores anónimos de Chuliaca están asadazos porque la gente dice que no hacen nada. En ese tono, áspero y confrontacional, aseguran que los tienen por vagos solo porque no salen a la prensa a decir sus hazañas, ¡cuando ellos son de perfil bajo! ¿Será cierto? Como fuera, no se ve desarrollo en la ciudad.
Delincuentes. Cual si fueran pirañas, los dizque contadores e ingenieros se pelearon en un campeonato deportivo que se efectúa en Llavini. ¿Serán de verdad profesionales o es que se han jalado a un par de choches que todo lo ven golpe? Qué feo que ahora también sean criticados por eso. Porque lo de incapaces… siempre.
Plan Fuga. A este paso, todos los fieles seguidores del Hermano Valter pondrán las “barbas en remojo”. Ay, incendiario, ¡cómo superarás tus problemas legales! Lo triste es que, ahora que el Uno está en la cuerda floja, el posible reemplazante anda de muy malas con la gente de los hermanitos. ¡Cómo terminará esta novela!
Paz interna. A quienes no les va ni les viene cómo está la gestión de los hermanitos incendiarios, es a los sonsejeros regionales. A las finales, a ellos nadie los saca fácilmente… Lo único que les preocupa, sin embargo, es cómo encajar con su nuevo jefe, en caso que al hermano mayor lo enjaulen. La cosa se complica.
Se pelearon. Los hermanísimos incendiarios están peleados. Y es que, a comparación de otras audiencias judiciales por el “aymarazo”, a las que siempre iba, el joven Eloy decidió no ir a la de ayer, pese a que el Uno estaba en la capital. Al parecer fue reprendido, por lo que se habría enojado como el niño que es. Vaya, vaya…
Se jacta. El gerente del Martincho habló alto y claro sobre el trabajo que vienen realizando por el desarrollo de Punollajta. Según dijo, tienen obras de cemento por acá y por acullá, y que todo lo dejado por el Ivanov ya está prácticamente terminado. ¿Y los otros ejes de desarrollo? ¿Y las denuncias a la anterior gestión?