J. Carlos Flores
Si bien hay una fuerte rivalidad en cuanto a las danzas de trajes de luces, en los concursos de danzas autóctonas Puno se lleva de encuentro a todo evento boliviano. Esto, en variedad, magnitud y coreografía, si se examinan las principales fiestas en el altiplano.
Consultados por eventos de danzas autóctonas en el vecino país, algunos pares bolivianos señalaron el festival de danzas autóctonas “Suma Cultura” intersedes, como uno de los más grandes del vecino país.
Cuando se aprecian los registros audiovisuales, esta actividad se parece mucho a un ensayo que se hace en Puno. Sin embargo, no hay estadio lleno, ni coreografías, ni pasacalle largo y tampoco la variedad de danzas que sí se ofrece de este lado del lago.
Otro de los más grandes eventos bolivianos es el Encuentro de Música y Danza Autóctona Originaria de Bolivia de la ESFM, el cual se hace en una plaza grande y, como en el caso anterior, es comparable a un ensayo cualquiera que hacen los conjuntos en la región Puno.
En el Concurso de Danzas Autóctonas 2024 de Puno, en honor a la Virgen de la Candelaria, se han registrado 134 conjuntos de danzas, de las más variadas. Los sikuris guardan semejanza entre sí, pero, después, se encuentran carnavales, danzas satíricas, ganaderas, guerreras, ritualistas y demás.
Las danzas nativas de Puno se desarrollan en un gran escenario (usualmente el del estadio Enrique Torres Belón), con coreografía y formaciones que se aprecian desde lo alto y ante un público que llega a las 20 mil personas. Esto, sin contar el pasacalle.
En tanto, los conjuntos participantes de eventos similares en Bolivia, no superan los 50. No quiere decir que no haya riqueza en el hermano país, pero no los ponen en una vitrina distinguida, como sí se hace en Puno.