Feminicidio anunciado: Tres menores quedan sin madre

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Luego de casi 12 horas de espera, la fiscalía se hizo presente en la Mz D Lote 3-A de la urbanización Santa Adriana, en la ciudad de Juliaca (San Román) para proceder con el recojo de cadáver de la joven madre Edith Rocío Cuno Calsín (32).

Se estima que la muerte ocurrió la noche del 8 de julio, a las 20:00 horas, y todo indica que fue víctima de su pareja, el padre de tres de sus menores hijos, Richard Pocohuanca Pérez (32).

LA PEOR NOTICIA

La primera noticia sobre el hecho se dio a las 23:00 horas del lunes, cuando la madre de Edith recibió la llamada de la madre de Richard, quien le dijo: “Señora Judith, su hija falleció”, y luego colgó el teléfono sin dar mayor explicación.

De acuerdo con el testimonio del hermano de Edith, la hija mayor de esta, una adolescente de 16 años de edad, recibió la llamada de su abuela, quien le dijo que fuera a la vivienda ubicada en la Mz D Lote 3-A, en un pasaje de la urbanización Santa Adriana.

Cuando la menor llegó allí, se dio cuenta de que estaba cerrada con candado y que Richard Pocohuanca se había llevado a sus hijos consigo, a la casa de sus padres.

EL CUERPO

El hermano de Edith llegó a la casa cerca de las 3 de la mañana y pudo ingresar a la habitación donde yacía el cuerpo de su familiar, asegurando que tenía un moretón en el pómulo y manchas de sangre en la nariz.

Los Andes pudo acceder al video captado por su hermano. En las imágenes se puede ver, efectivamente, una huella en la nariz, mientras que la boca de la mujer está abierta, en un ademán de búsqueda.

No pudo ver más, pues los efectivos policiales le pidieron que se retirara. Por este motivo, toda la familia de Edith está convencida de que se trató de un feminicidio.

DOS VERSIONES

Ante los medios de comunicación, los familiares de Richard indicaron que este les contó que luego de ganar un pandero, la pareja se dispuso a consumir licor desde la tarde, compraron salchipollo y, de improviso, la mujer vomitó y aparentemente se le quedaron restos en las vías respiratorias, lo que le habría causado la muerte.

La pareja tiene tres hijos, uno niño de seis, una niña de cinco y un bebé de 8 meses. De acuerdo con la versión de Richard, el bebé comenzó a llorar y la mujer se dispuso a darle pecho. Es cuando, dijo, se dirigió a su habitación y sufrió un atragantamiento.

Richard asegura que se percató de la muerte de su mujer por el llanto del bebé, que se quedó en su regazo. Esta narración, sin embargo, se cae por todas partes, pues se constató que, tras la muerte de Edith, lo primero que hizo Richard es llevarse a sus hijos a la casa de su madre.

Ante ello, el hermano de Edith se pregunta por qué no intentó auxiliarla de alguna manera y por qué dejó el cadáver de su hermana encerrado con candado. Y por último, por qué la madre de Richard solo informó de su fallecimiento sin decir más.

Lo que más pesa para la familia de Edith es que ella fue agredida varias veces en el pasado. De hecho, fuentes policiales indicaron que Richard tiene 13 denuncias por agresión y, de igual manera, tiene una sentencia por lesiones leves.

DURMIENDO CON SU VERDUGO

La madre cuenta que notó varias veces a su hija decidida a separar su camino de su pareja; esto sucedía luego de brutales agresiones, pero luego bastaba una llamada, una súplica y algunas promesas para que ella cambiara de idea.

Tanto los familiares de la víctima como los expedientes penales y judiciales han revelado una historia de apego suicida de parte de Edith Cuno hacia Richard, quien tuvo una orden de captura en enero de este año por el delito de lesiones leves en contra de la misma Edith.

No hay nadie que pueda contar de mejor manera cómo era su vida de pareja que ella misma. A continuación, un extracto de sus declaraciones ante la Fiscalía:

«Muchas veces en que me pegaba y me iba, nunca le he denunciado. Después me llamaba y me decía: ‘Discúlpame, ya no te voy a pegar, vamos a salir adelante. Hay que trabajar, ¿qué va a decir la gente? Hay que viajar y hay que tratar de no pelear’”.

Y prosigue: “Me fui a Arequipa y él vino y me dijo: ‘Hay que seguir adelante, se van a reír los primos, hay que testear la casa, piensen en los bebés’. Ahora, lo último que me dijo fue: ‘Ya tenemos carro y casa, hay que seguir adelante’. Me cela demasiado con mi primer compromiso”.

Sobre ello, señala: “Corre, vete con tu marido. A veces le digo que me siento un poco mal y me dice: ‘¿Tu marido te ha llamado?’. Eso me dice a diario, igual me insulta. A veces me dice: ‘Te voy a matar, te voy a bajar la cabeza, ¿para qué sirves?’”.

Asimismo, confesó: “Ayer me encontré con una amiga y me alojó. Hoy me llamó a las 10 de la mañana y me dijo: ‘Hay que conversar’. Es la primera denuncia; antes no denunciaba, decía: ‘¿Cómo lo voy a denunciar?’, pero una vez me fui a la comisaría de familia y no quisieron atenderme».

Estas declaraciones las dio el 8 de septiembre del año 2020 y corresponden a una investigación sobre una hecho dado el 6 de septiembre. El relato del hecho es elocuente y no hay mucho que agregar:

“A las 8 de la noche, aproximadamente, Richard llamó a sus primos para que se sumen a la reunión, pero Edith le reclamó por continuarla. La reacción de Richard fue decirle: ‘Eres una perra, una puta, ¿qué te crees? Te voy a sacar tu mierda’, a lo que Edith le contestó: ‘Si soy una puta, ¿qué haces viviendo conmigo? ¿Por qué no te buscas una buena mujer?’. Seguidamente, estando ambos en la cama, el varón le propinó fuertes puñetazos en la cabeza y en la cara”.

PELIGRO PÚBLICO

Richard era un peligro no solo para su mujer, sino para la sociedad. Eso está claro.

De acuerdo con fuentes de la Comisaría PNP de Familia, existía una orden de separación, pese a lo cual Edith volvió a convivir con quien sería su verdugo. De hecho, en enero de este año, se emitió una resolución que ordenaba la detención del varón por no asistir a su proceso por lesiones leves en contra de su conviviente.

Su familia dice que tenía la posibilidad de vivir en Arequipa y trabajar, pero solamente ella sabe por qué regresaba.

La gran pregunta para el resto de la sociedad es cómo un individuo como Richard, quien era un peligro andante para toda mujer, pudo ser padre de tres hijos y mantenerse cerca de la mujer que maltrató continuamente.

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