Escribe: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
José Manuel Salazar Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), pronosticó un crecimiento de la economía latinoamericana de 2,4 % para el año 2025; lo calificó de “crecimiento mediocre”; por debajo del promedio del crecimiento mundial situado en 3,2 %; considerando que India crecerá 6 % y China 4 %. Es notorio el retraso de Latinoamérica.
¿Dónde radica el problema? En la no atracción de inversión privada; ante las tensiones comerciales de EEUU con China Popular, las multinacionales occidentales, afincadas en China, se están trasladando a Vietnam e India, no lo están haciendo hacia la América morena. Lo curioso, ningún gobierno latinoamericano, ni de derecha (neoliberal), ni de izquierda (estatista), se ha pronunciado al respecto, ni a favor ni en contra. Menos ofrecen una alternativa de desarrollo latinoamericano. Más bien, los modelos ensayados, alentados por el “Consenso de Washington”, y, los impulsados por el “Socialismo del Siglo XXI”, han fracasado en América Latina, políticamente (debilitando la democracia y transgrediendo los derechos humanos); económicamente (sigue habiendo desigualdad social y pobreza).
Ahora se agrega, los anuncios de Donald Trump, de aumentar los aranceles a Canadá, México y China; a cuestionar los Tratados de Libre Comercio celebrados por EEUU, aduciendo: “están perjudicando a los estadounidenses, y, permitiendo el enriquecimiento de otros a costa de la primera economía del mundo”. El presidente republicano, ha llegado al extremo de proponer, cobrar impuestos externos al mundo, por los beneficios obtenidos “a costa de EEUU”; considero, reclamar y exigir, a la potencia norteamericana, indemnización por las invasiones de marines a países indoamericanos; por apoyar a tiranías y ser condescendientes con dictaduras; y ser ineficiente en su lucha contra el narcotráfico, cuyo principal mercado es precisamente, el de EEUU.
Llama la atención que, ningún político, le ha salido al frente, a refutar las posturas imperiales de Donald Trump; ni el Foro de Sao Paulo o Grupo de Puebla. Estamos atónitos, por las tímidas declaraciones de Claudia Sheinbaum, y el silencio de López Obrador.