De devorar un libro a recomendarlo hay un solo paso

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Cuando recomiendes una lectura, indaga antes las necesidades de la otra persona. Tómate un tiempo en conocer la biografía lectora de tu interlocutor. Los lectores somos diversos.

Jannet Torres Espinoza

En El increíble niño comelibros de Oliver Jeffers, Enrique quería comerse todos los libros porque le sabían sabrosos y sobre todo porque quería ser un chico muy inteligente, el más inteligente de la clase, más inteligente que sus profes, el más inteligente de todo el planeta. A mí me gustó leer este libro porque se juega con esa expresión de “comelibros”, que se dice de los que leen mucho y porque además es muy encantadora la historia de Enrique. Él tenía un objetivo como “devorador de libros” y pensé en este personaje cuando hace unas semanas coincidió que dos amistades me pidieron que les recomiende algunos libros.

Si eres “comelibros” en tu top de alegrías está conseguir un libro que estuviste buscando mucho tiempo, a continuación va que encuentres un libro que no sabías que existía pero cuando lo encuentras casualmente descubres que necesitabas, y seguidito a ello viene el que te pidan recomendación de un libro. Y es que en ese instante mucha de tu dedicación a la lectura cobra sentido al compartirlo con otra persona. Y quisieras recomendar tantos libros pero también te cuestionas la siguiente triada mágica: ¿y para qué quiere leerlos?, ¿qué podría gustarle?, ¿dónde conseguirá los libros?

1. ¿Para qué quiere leerlos?

Esta primera pregunta es muy importante. Cuál es el objetivo de alguien al elegir un libro. Una amiga me pidió que le recomendara libros de literatura infantil y lo primero que yo pensé es que lo quería para regalar a un infante. Le recomendé entonces Donde viven los monstruos de Maurice Sendak, uno de mis preferidos. Me aclaró que lo que en realidad buscaba era indagar por la representación femenina en la literatura infantil. Cuando me dijo su propósito se me vino a la mente las reinvenciones que se han hecho del cuento “La caperucita roja”. Pero ella insistió que quería leer muchos textos más, en ese momento entendí que lo que ella necesitaba era revisar estudios panorámicos que pudiesen orientarla y además necesitaba tiempo para armar su propio corpus de acuerdo a los criterios que tenía en mente. Ella quería leer para investigar. Distinto es el caso de otra amiga que me pidió recomendación de libros para pasar un buen rato, quería alguna lectura entretenida para divertirse leyendo. Lo último que ella había leído era la saga de Harry Potter, ahora buscaba más lecturas que le puedan ser entretenidas y estaba dispuesta a escuchar todas las sugerencias posibles. En ambos casos estábamos hablando de textos literarios, pero los propósitos de mis dos amigas eran distintos. Por ello, cuando te dicen “recomiéndame un libro”, recuerda preguntar “¿para qué quisieras el libro?”. Puede parecer una pregunta irrelevante, pero es primordial.

2. ¿Qué podría gustarle?

Cuando ya sabes el propósito, intenta auscultar a quien te pide la recomendación, pregunta ¿qué podría gustarle? Si es por entretenimiento literario, preguntas complementarias pueden ser: ¿Qué libros has leído antes?, ¿tienes alguna preferencia en los temas, autores o registros?, ¿tienes algún género literario que te guste en particular?, ¿quieres narrativa o poesía? Si es narrativa, ¿prefieres novelas o cuentos? ¿Y en ese universo de narrativa, te gusta algo más realista o algo más fantástico? (Elige tus preguntas, tampoco se trata de bombardear al interlocutor). Cuando recomiendas una lectura es bueno que conozcas las necesidades de la otra persona ya que pueden ser diferentes a las tuyas. Tómate un tiempo en conocer un poco la biografía lectora de tu interlocutor. Nunca subestimes, ni concedas que la persona se subestime. Hay lecturas y lectores diversos.

Es muy tentador recomendar los libros que más nos han gustado. Creo que irremediablemente somos publicistas de lo que leemos y de lo que nos marcó. Por ejemplo en narrativa, como soy fan de Edgar Allan Poe suelo decir “sus cuentos en Narraciones extraordinarias te van a encantar”; pero puede ser que la persona a la que quiero recomendárselo ni es muy inclinada al misterio, ni al terror ni a lo siniestro. O tal vez quisiera recomendar los cuentos de Clarice Lispector que son de lo más inusuales, su cuento “Los desastres de Sofía” aún me intriga. O quiera recomendar mis preferidos de literatura peruana y latinoamericana, y etc., etc… Pero, de todo lo que a mi o a ti, mi buen comelibros, nos ha gustado leer, ¿qué podría gustarle a la otra persona que pide la recomendación? Hay tantos textos y no tendría nada de raro que tus gustos de lecturas no coincidan con otra persona. Empleo el ejemplo de narrativa porque es lo primero que viene e mi mente, mis preferencias; si me piden poesía esa es otra lista…

Luego, así como te tomaste tu tiempo en las preguntas de diagnóstico, puedes hacer una lista y darte un tiempito para ello. Tiempo para que recorras los pasajes de tu memoria, y encuentres con calma los títulos, situaciones, estilos, personajes que te impactaron y que crees podrían interesarle a esa otra persona. Yo armé una lista a mi amiga que buscaba textos para entretenerse, lo hice en unos tres días, me tomé un tiempito en escribir y borrar hasta que ya quedó algo que (creo) podría ser para ella. Cuando vas a recomendar un libro, si hay indicios que tus gustos no son semejantes a los suyos siempre queda además explorar en otros textos y que descubras cosas nuevas, ese es también uno de los encantos de recomendar libros.

Internet/MuyInteresante

3. ¿Dónde conseguirá los libros?

Siempre es viable recomendar visitar una librería o una biblioteca. Y esta es la respuesta a la tercera pregunta. Si ya sabes qué libro(s) recomendar y existe la posibilidad de comprar los libros, y contar con una biblioteca personal, a buena hora. En algunos puntos del país hay librerías con cada vez mayor variedad de textos. En Lima hay diferentes lugares, todo depende de qué se busca. Algunas librerías son el Fondo de Cultura Económica, Communitas, El Virrey, Íbero, Crisol, entre otras. En algunas puedes sentarte a revisar un libro, y en cuanto costos existen fechas especiales en que hay descuentos. Además en algunas librerías hacen presentaciones de libros, y puedes conocer un poco más del libro en estas actividades. Si sigues en Facebook a estas librerías, uno de entera de sus actividades y promociones. También se encuentra venta de libros en el centro de Lima. Por ejemplo, cerca a Abancay, en el centro comercial de libreros en Amazonas, aquí se pueden encontrar libros cuyas ediciones originales se agotaron y lamentablemente no se han vuelto a reeditar, como los hermosos cuentos de Carlota Carvallo. En Quilca también encuentras algunos puntos de venta de libros y también hay galerías de venta de libros cerca de la Plaza Francia. Encontrar un libro puede ser también motivo de recorrer la ciudad.

Si sale del presupuesto comprar el libro o los libros, que el aspecto económico no sea un impedimento. Podemos recomendar una biblioteca y todas las posibilidades que nos ofrece la experiencia de interactuar con otros lectores, recorrer las instalaciones, ver las colecciones, consultar con el referencista, asistir a presentaciones del libro, participar en actividades de mediación y animación lectora,… Cada biblioteca tiene su propia lógica de trabajo con propuestas interesantes, solo hay que acercarse y descubrir qué ofrecen. Las bibliotecas no sólo acumulan libros, modifican el modo de leer(…), siempre habrá un libro que no hemos leído, la contradicción entre el libro que estoy leyendo y todos los otros libros que están ahí disponibles y que nunca podremos llegar a leer (Piglia, 2007). Para quien está ávido por muchas lecturas, una biblioteca puede ser un universo por conquistar.

A quien te pidió la recomendación de un libro, puedes preguntarle qué bibliotecas conoce en su distrito, barrio, escuela, universidad,… etc. Identificadas las bibliotecas, consulten horarios, (los horarios de la biblioteca y los del lector), y si es necesario obtener carnet o no. Por ejemplo, si estás cerca del cruce de Aviación con Javier Prado, tienes dos bibliotecas a tu alcance. En la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) que es un centro especializado donde tienes que tramitar carnet, no es complicado; y está muy cerca la Biblioteca del Ministerio de Cultura que no requiere carnet, e incluso atiende los feriados, solo recuerda que esta cierra a las 6pm. Hay muchas bibliotecas que no piden carnet para acceder, por ejemplo las dos bibliotecas en la Casa de la Literatura en el Centro de Lima: su Biblioteca Mario Vargas Llosa y su Biblioteca Infantil Cota Carvallo. En Jesús María, en la cuadra 6 de la Av. Arequipa, se encuentra el Centro Cultura de España con su biblioteca maravillosa, muy nutrida de diversidad de textos.

Cada vez hay más bibliotecas promovidas desde las municipalidades, esfuerzos institucionales y ciudadanos. Probablemente el comelibros que esté leyendo esta nota tiene sus bibliotecas preferidas. Por mi parte, va en adjunto un par de links en los que listan algunas bibliotecas en Lima. (No son todas, a mí también me gustaría un registro completo; si alguien lo tiene por favor señalarlo en comentarios). También tienes la opción de recomendar bibliotecas virtuales, a los que se puede acceder desde un celular u otro soporte donde sea que uno se encuentre. Va también en adjunto algunos links de bibliotecas virtuales (de diferentes tipos de textos, literarios y no literarios; así como para fines diversos).

A veces despotricamos sobre lo que está pendiente para promover la lectura en nuestro país. En realidad hay muchos avances, no me extenderé en ello aquí. Mientras el mundo sigue girando redondo como una naranja, si eres como Enrique, un increíble comelibros, eres un potencial agente para poder recomendarlos. Y es realmente grato poder recomendar libros y espacios de lectura. Por mi parte, me provocó escribir esta nota para compartirte un poco sobre el contexto a considerar cuando se recomienda un libro: propósito, intereses, recursos.

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