VIAJES Y TURISMO
Oscar Enrique Pino Ponce
Combinando el paso mecido de la Morenada, una de las danzas representativas del Altiplano peruano, el turismo de la macrorregión Sur parece haber sintonizado bien, con un paso adelante, otro hacia atrás y luego una media vuelta. Cuando se espera la llegada de las fiestas patrias con una leve reactivación del turismo interno, otros nubarrones parecen orquestar la coreografía.
Juliaca, el eje bisagra de la macro región Sur que interconecta a Cusco y Arequipa con Puno y la frontera con Bolivia acaba de ser declarada en emergencia sea por la incesante ola delincuencial o por el advenimiento de “jornadas de protesta” de grupos radicales a la del proscrito MOVADEF con su enésima versión de la “Toma de Lima”.
La imagen que se exporta de Puno y en general de la macrorregión sur no deja de preocupar al producto turístico peruano, el Banco Central de Reserva del Perú ya evaluó al sector Turismo arequipeño en caída del 17 % entre el 2023 y 2022 y en lo que va del año no es posible revertir las cifras prepandémicas. Para una de las funcionarias del BCRP las revueltas pasadas en los aeropuertos de Juliaca y Arequipa ya vienen cobrando la factura.
Curiosamente una auspiciosa Cámara de Comercio puneña viene anunciando una jornada denominada “Puno Región Emprendedora”, nada más fútil si las condiciones para las propuestas de desarrollo en todos los sectores económicos, no están plenamente garantizadas. Si ante una feria de promoción agropecuaria, turística o de cualquier índole, se bloquea sus vías de acceso, entonces simplemente es como “arar en el desierto”.
Si en un artículo pasado aplaudimos la decisión del gobernador altiplánico Richard Hancco en impulsar la edificación del principal puerto turístico lacustre para reactivar el tan vapuleado sector Turismo, con la misma convicción hoy llamamos su atención para que actúe con decisiones coherentes a través del ejercicio de su liderazgo y su capacidad de convencimiento hacia el ala radical generadora de paros y bloqueos ilustrándolos de que sus formas de protesta son infructuosas y más bien provocan un retraimiento de todos los sectores económicos y un terror colectivo en la sociedad.
Lastimosamente no ha calado la idea en el sector empresarial y gubernamental, como habríamos deseado, de que en el destino turístico receptivo por excelencia: Nasca-Colca-Machu Picchu- Titicaca, cualquier decisión tomada u omitida tiene repercusiones largo placistas en una cadena sucesiva de piezas, “trazabilidad” la llaman algunos investigadores.