El legado de José Carlos Mariátegui

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Escribe: Carlos Peña Julca

En este 2025 se cumplen 95 años desde que José Carlos Mariátegui nos dejó físicamente. Sin embargo, podemos decir sin ambigüedades que Mariátegui es hoy día uno de los más importantes clásicos del pensamiento latinoamericano. Su obra es notable porque una revisión de la misma nos permite interpretar nuestra época, los problemas de la contemporaneidad, los avances y crisis del capitalismo, la emergencia de los movimientos indígenas, el deseo de construcción de proyectos nacionales soberanos y que contemplen la autodeterminación de los pueblos.

En estos tiempos de incertidumbre y desafíos, donde el Perú enfrenta grandes problemas -desigualdad, crisis política, descomposición moral, desborde de la criminalidad, exclusión social y la búsqueda de un desarrollo auténtico-, la vida, el pensamiento y la obra de José Carlos Mariátegui brillan con una luz propia, como un faro que nos guía hacia soluciones profundas y transformadoras.

A los 95 años de su partida ocurrida un 16 de abril del año 1930, debemos recordar que Mariátegui fue un intelectual orgánico, un visionario que partió del análisis profundo de la realidad de nuestra patria y entendiendo que los grandes problemas que aquejan al país no se resuelven con fórmulas importadas o discursos vacíos, se propuso la creación del socialismo peruano sin calco ni copia. En los “7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, nos enseñó que el problema del indio, de la tierra, de la educación y de la economía no son cuestiones aisladas, sino eslabones de una misma cadena: la de un sistema que históricamente ha marginado a las mayorías.

Parafraseando a Italo Calvino, podemos ciertamente reconocer que Mariátegui es un clásico, debido a que encarna a un pensador que no ha terminado de decir lo que tenía que decir. Su producción intelectual sigue viva y evolucionando en sus innumerables estudiosos y seguidores. Y claro, también en sus críticos. Como nadie lo había logrado hasta ese momento, el Amauta pudo colocar las bases de una contribución renovada y vivificante que permanece vigente en los días actuales, porque: Denunció la desigualdad estructural que aún persiste, donde millones de peruanos siguen excluidos del progreso y bienestar.

Defendió una lectura propia, aplicando de manera creadora el marxismo a la realidad peruana, rechazando copiar modelos ajenos sin crítica, algo clave en un mundo globalizado que amenaza con someter a nuestras culturas.

Creia en la organización popular – un partido de la clase trabajadora, los profesionales, los indígenas y excluidos, así como el frente único de las clases explotadas- como fuerza de cambio, principio esencial en una democracia que aún lucha por ser participativa y no solo formal. Planteó que la transformación debe ser económica, cultural y ética, recordándonos que no basta con los cambios materiales, sino también con la cultura y los valores de la sociedad.

Mariátegui no propuso recetas dogmáticas, sino un método: estudiar nuestra realidad con honestidad y actuar con audacia creativa. En un país fracturado por la corrupción, el centralismo y la desesperanza, su llamado a la unidad desde abajo, a la educación liberadora y a la justicia social es más urgente que nunca.

Reivindicar su legado no es nostalgia, es tomar las herramientas que nos dejó para enfrentar los retos de hoy. Su propuesta de socialismo como creación heroica nos señala el rumbo irrenunciable de construcción de la nueva sociedad, que germina de nuestra historia, nuestra tierra y nuestra gente.

En estos tiempos de ofensiva reaccionaria y del imperialismo yanqui, donde la ola neofascista pretende llegar a los gobiernos y dar su batalla ideológica para acrecentar el poder del gran capital transnacional contra los pueblos del sur global; en los tiempos donde en el Perú gobierna la coalición mafiosa de Dina Boluarte y el Congreso de la vergüenza, donde los partidos políticos se han convertido solo en plataformas de grupos de presión, de criminales y aventureros, es necesario refundar la política y el país inspirados en la vida y obra del Amauta Mariátegui. Que su ejemplo nos inspire a construir un Perú nuevo en un mundo nuevo. ¡Otro Perú es posible, unidos podemos lograrlo!

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