Por Gisela Vilca
Arequipa. “No te fíes de tus fuerzas, fíate de Dios”, es el lema que el reverendo padre Carlos S. Pozzo, fundador de la Federación de Círculos Sociales Católicos de Arequipa (Circa) dejó a las personas que hoy siguen su legado con mucho respeto y orgullo, el cual, el pasado 29 de junio cumplió 62 años.
“El padre Carlos Pozzo era un hombre magnánimo que no se amilanó ante nada y luchó por cumplir sus sueños, tuvo grandes retos y desafíos y nos dejó grandes lecciones de vida. Él miraba al prójimo como que miraba a Dios, y la pobreza le produjo mucha tristeza y es así, que empieza primero a evangelizar y construye iglesias y luego ve el tema de la educación a la par”, recuerda Julia Vizcardo, presidenta de la Asociación Educativa Popular María Madre y Maestra – Circa.
Solo la educación podía sacar de la pobreza a las poblaciones que tiempo atrás eran barriadas y el padre Pozzo, lo primero que hizo fue a organizar a la gente.
Por ello, a Circa se le conoce como una escuela de dirigentes que veían el tema del agua, la luz y las pistas. El párroco empezó con la ayuda mutua para que la gente tenga viviendas, colegios, albergues y capillas.
Julia Vizcardo es exdirectora del colegio San Pedro y San Pablo de Circa donde laboró hasta 2008 y, ahora es voluntaria que apoya a Circa.
”Yo soy maestra, trabajaba en Ilo y en 1988 conocí al padre Carlos Pozzo y me vine reasignada. Yo tenía familia y necesitaba estar acá en Arequipa; él me dio la oportunidad para venir a enseñar en Circa y me quedé porque me maravilló su obra, su entrega y confianza en Dios”, sostiene.
Recordó además que el padre Carlos Pozzo les enseñó a confiar totalmente en la Divina Providencia. Él decía que la plata era el cáncer de toda institución y por ello en Circa todos los dirigentes son voluntarios. Otros lemas que tenía el fundador quien era sacerdote jesuita fue “Amar y servir” y “Ser más, para dar más”.
La oración fue otra enseñanza que les dejó su fundador, pues recuerda, que se levantaba a las 3 de la mañana a orar y luego iba a visitar a los 8 Sumac Wasi (casas bonitas) que creó y que hasta hoy brindan cobijo a 300 menores cuyas edades oscilan desde un año hasta los 17 años. Varios son abandonados y otros los lleva la Fiscalía.
Muchos de los menores también reciben apoyo para seguir estudios universitarios con techo, comida, pasajes y lo que necesitan, pues ayudan con las casas bonitas; es decir, trabajan para Circa.
Estos albergues actualmente subsisten de la solidaridad de la población arequipeña que nunca se olvida del legado que dejó el padre Carlos Pozzo, también amigos del extranjero y la campaña de reciclaje de papel y botellas denominada “Todo lo que a ti te sobra, es lo que a mí me falta”.
Este año debido a la pandemia solo se recicla en las instituciones educativas de Circa donde las personas de buen corazón pueden dejar lo que desean, o también pueden llamar al número 054-400293. Los profesores también se suman a este apoyo al brindar un óbolo voluntario. Con estos recursos también se construye algunos ambientes en nuevos colegios.
COLEGIOS
Circa cuenta con 33 instituciones educativas que albergan a 17 mil estudiantes, cifra que aumentó debido a la pandemia, pues muchos menores de colegios privados se trasladaron y hoy la meta educativa está elevada desde el 2020 y en el presente año .
Lo que más se trabaja aquí es el tema de la conectividad, pues la pandemia de la covid-19 afectó ello. ”Hay muchas familias que tienen un solo celular, y por ello, tenemos dos horarios de estudio, en la mañana primaria y por la tarde secundaria y cuando no pueden en ambos horarios los atendemos sincrónicamente, los maestros tienen que ver ese seguimiento”, dijo.
HISTORIA
El presidente de la Federación de Círculos Sociales Católicos de Arequipa (Circa), Antonio Huacasi, recordó que el padre Carlos Pozzo fundó este legado hace 62 años el 29 de junio de 1959.
Recuerda que en esa fecha se fundó el primer Círculo Social Católico en Gráficos (Alto Selva Alegre) que surge a raíz de las necesidades que hay en Arequipa, pues en 1958 y 1960 hubieron terremotos y trajeron consecuencias.
”El padre Pozzo llegó a Arequipa en 1958 y pidió permiso a su congregación de los Jesuitas para atender las necesidades de la población. Se llaman “círculos” porque el padre a los pobladores los reunía en círculos y trataba los problemas de la sociedad; gestionaba ayuda para que levanten sus viviendas, pero no solo llevaba la ayuda material sino también la espiritual a través de su evangelización”, dijo.
Antonio conoció al padre cuando era niño y fueron sus padres quienes lo acercaron a él.
“El padre para mí fue un líder importante, quien siempre nos decía fíate de Dios, él era incansable, recuerdo que terminaba la misa y luego iba a trabajar, siento mucho amor por el padre Pozzo y Circa”, dijo el también profesor de primaria del colegio Sor Ana en Ciudad Blanca, quien hoy encabeza Circa y seguirá el legado del padre Carlos S. Pozzo.