Por: Jhon Carlos Flores
Con 142,600 seguidores y casi un millón y medio de “me gusta”, el ex presidiario Johan Cristhian Maza Quezada ya tiene presencia en el mundo de las redes sociales y está siendo solicitado por algunos emprendimientos para publicidad.
Desde su primera aparición en 2017 y sus reiteradas detenciones, todo el mundo lo imaginaba muriendo en alguna reyerta o pudriéndose en una cárcel; sin embargo, el destino le deparó un futuro diferente, al menos por el momento.
Creó su cuenta en agosto de 2019 y, al principio, la usaba para publicar algo para sus amigos o familiares. No tenía mayores pretensiones, pero no contaba con que su rostro aún permanecía en la memoria del público.
BURLÓN
En 2017 apareció en un video completamente relajado y sonriente con un polvo amarillo, poco después de ser detenido por robar un celular. Si muchos peruanos se identificaron con su actitud ante un problema de esa magnitud, es porque lo tomó como muchos quisieran.
Si el peruano llorara por cada contratiempo, problema o desgracia, no habría espacio para una son risa. Actuar como si nada y mirar sin pena es quizá, la mejor forma de enfrentarse a la realidad peruana. Tenía 36 años y se sabía que trabajaba brindando seguridad en una discoteca y como soldador.
Lo llamaban ‘El Piurano’ y se dedicaba al robo de celulares en la calle. “Estuve tres días tomando, me faltaba plata y robé un celular”, explicó en una de sus detenciones. ‘El Piurano’ parecía arrepentido, pero luego se reía a carcajadas; felicitaba a las autoridades por su detención y seguía mostrando sus dientes.
Su arresto por el robo de un teléfono móvil en Puente Piedra lo llevó a las primeras planas, no solo por el delito, sino por la expresión de burla que mostró al ser capturado por la Policía Nacional del Perú.
Esa sonrisa desafiante le valió el apodo de “el ladrón burlón”. No fue el primero en mostrarse completamente relajado. Años atrás otro ladrón contaba de manera más descarada cómo fugó de su detención.
OCHO VECES
No fue la única vez; en otra ocasión también apareció con esa actitud relajada y despreocupada. Sin embargo, la tercera vez su rostro se veía más serio, quizá por el golpe que había recibido, cuya huella se notaba en sus pómulos.
En total, fue detenido ocho veces antes de ser enviado a la cárcel. “Quizás nunca tuve un padre que me corrigiera”, decía sobre su pasado, y hasta tomaba a un oficial de policía como la única persona que se preocupó por darle alguna lección.
Se dice que la cárcel es una suerte de centro de estudios superiores para los ladrones; es un lugar donde se vuelven avezados y aumentan sus contactos en el mundo del hampa. Los delincuentes suelen referir con orgullo haber pasado por un penal, y mencionan delitos mucho más graves de los que cometieron.
OPORTUNIDAD
El destino normal de una persona como ‘El Piurano’ habría sido su inclusión en alguna banda, para luego perderse en el mundo delictivo. Sin embargo, lo siguiente que se supo fue que dejó de ser ‘El Piurano’ y empezó a usar el nombre que le dio su madre, Johan Maza Quezada.
En el camino, aprendió a confeccionar pantalones, que vendía entre los clientes del emporio comercial de Gamarra, a veces siendo reconocido como “el ladrón burlón”. Tan pronto empezó a publicar en TikTok, sus videos rápidamente ganaron vistas, un poco por la fama que le había dado la prensa y otro poco porque se mostraba como alguien, al menos aparentemente, reinsertado en la sociedad.
Los usuarios de TikTok solían recordarle su pasado delictivo, preguntándole por el grupo Terna o haciendo comentarios como “¿Cuándo vas a robar esa tienda?” o “preparando el siguiente golpe”. Algunas mujeres se atrevían a decirle “guapo”, mientras que otros lo felicitaban por el cambio en su vida.
La publicación que le dio un giro a su actividad en redes fue una donde recordaba su detención en 2017, cuando se hizo conocido como “el detenido relajado”, “el choro burlón” y “el ladrón más fresco de Perú”. Tras este video, el alcance de sus publicaciones se multiplicó al nivel que muchos “tiktokers” sueñan con tener, y el siguiente paso fue ser solicitado para promover emprendimientos. “
Así como antes me paraba en una esquina a esperar una víctima a quien robar, ahora me paro esperando un cliente a quien venderle mi producto, ganándome el pan de cada día honradamente. Y este consejo lo doy porque sinceramente no quiero que sigan haciendo cosas malas.
Amigo, tú que estás haciendo cosas malas, es hora de que cambies y reflexiones, no esperes ir a un penal para después salir a cambiar”, señala en uno de sus videos en TikTok.
ÉXITO El éxito en este nuevo rubro no ha sido fácil, pero Maza parece estar decidido a mantenerse firme en este camino.
En sus videos, no solo promueve su mercancía, sino que también utiliza su experiencia en el comercio para hablar sobre perseverancia y la importancia de trabajar para obtener lo que uno quiere. Sus seguidores, que en muchos casos caminan al borde del camino honesto, han encontrado en él un modelo a seguir. La posibilidad de salir adelante, incluso después de haber caído en el delito, se encarna en Johan.