Los cadáveres de Patricia Ramos Cueto (44) y Onelida Nieto Ramos (28), madre e hija que fueron cruelmente asesinadas el pasado fin de semana, fueron trasladados ayer hasta el cementerio general de la ciudad de Ilave (El Collao), donde sus deudos y la población general les dieron el último adiós.
Entre llantos y escenas de dolor, los familiares de las víctimas exigieron a las autoridades competentes, como la Policía Nacional del Perú, que esclarezcan el crimen y se dé con el paradero del autor o autores de tan horrendo crimen.
Por su parte, los pobladores ilaveños invocaron a la sociedad civil a organizarse para hacerle frente a este tipo de hechos, de manera que no se produzcan hechos semejantes en el futuro.
Alfredo Nieto Casas, como esposo y padre, lamentó no haber estado cerca cuando sucedió el crimen; según dijo, él se encontraba de viaje, por lo que descuidó a sus seres queridos.
Pese al total hermetismo de las autoridades respecto a la investigación que desarrollan en torno al asesinado de ambas mujeres, los pobladores de la provincia de El Collao respaldaron a los deudos y se unieron pidiendo justicia y una sanción ejemplar para el culpable.
CRIMEN
Según informaron las autoridades policiales, el crimen fue descubierto el último viernes a las 22:00 horas, por la hija menor de la difunta madre. Desconsolada, ella contó a los policías cómo hizo el horrendo hallazgo, cuando fue al domicilio de su madre, ubicado en el jirón Puno 109, a media cuadra de la Plaza de Armas, y a cuadra y media de la comisaría de Ilave.
Cuando entró a la vivienda donde funcionaba un hospedaje, notó que las puertas no estaban aseguradas. Ya en el segundo piso, vio un rastro de sangre que venía desde un baño hasta el dormitorio de las dos mujeres. Cuando ingresó a la habitación vio que ambas estaban maniatadas y quemadas en sus camas.